miércoles, 3 de septiembre de 2014

El Chiclayano, una gloria de la lucha libre en Sudamerica





Nuestro amigo y colaborador de CulturaComic.com, John Mulder, nos comparte esta entrevista que realizó a una gloria de la lucha latinoamericana, El Chiclayano. A continuación el texto de nuestro amigo.

…Gustavo Seclen Menchola es el nombre real de quien se consagrara en la arena de lucha libre como El Chiclayano, que estuvo mucho tiempo en la lucha libre profesional de Perú, Argentina, Cuba y Venezuela, enfrentando a grandes estrellas de la lucha de varias partes del mundo, incluyendo México…

¿Cómo llega a la lucha libre?

“Un día, a mi ciudad natal, Chiclayo, Perú, llegó un espectáculo de lucha libre de grandes pesos pesados de esa época, que recorrían las carreteras llevando lucha libre a este continente. Según recuerdo estaban el Dr. Charles Oltzelmer y El Gorila Español” Nick Olson, quien luego luchara con el nombre del “Tanque Americano”, y El Negro Jack Sabu, entre otros….

¿Cuándo llegó la primera lucha?

“Recuerdo que cuando llegué a la lucha llegué tarde por estar de enamorado. Se me olvidó que había lucha y con unos amigos me fui saltando de pared en pared hasta que llegamos al sitio. Mi primera visión de la lucha libre llegó con la imagen de Olson estrangulando al Negro Sabu y me gustó demasiado. Por tal motivo traté de conocerlos más y me hice su amigo, convirtiéndome en su guía dentro de la ciudad. Un día uno de ellos se lesiona un brazo y causó gran consternación dentro del grupo ya que no podían ejercer su show completo. Por lo tanto, junto a Nick Olson, nos fuimos por la ciudad buscando gente corpulenta que pudiera hacer el quite, pero nadie se animaba y eso que pagaban 50 soles. Como no encontraron quien lo hiciera, yo me ofrecí de voluntario ante la sorpresa de todos, pues en ese entonces mi peso era de aproximadamente 64 kilos y ellos eran animales de más de 140 kilos. Además de eso, yo no tenía ningún tipo de experiencia en la lucha libre, pero me gustaba tanto que lo hubiera hecho así fuera de a gratis. Me tocaría luchar contra Sabu y eso revolucionó mi ciudad ya que la lucha entre aquel joven delgado y aquella máquina parecía un suicidio. Incluso llegaron personas a mi casa para ‘salvarme’ de aquello que me predecían, pero tuvo sus cosas buenas ya que el espectáculo se mudó de la cancha a una plaza de toros, donde debuté como ‘Robertito de Chiclayo’. Además no tenía los implementos así que robé los zapatos, una pantalonera de baño y una toalla que le birlé a mi abuela. Con eso subí al cuadrilátero a luchar.

“Antes de la lucha Olson me dijo: ‘Si él te agarra, tú agarras la soga’. Así estuve tres rounds, corriéndole, y cuando me tomaba yo me agarraba de la soga. Así fue la lucha hasta que me derrotó y a pesar de eso el éxito fue para mí, para el aventurero que se atrevió a desafiar a Sabu”.

¿Qué pasó después de eso?

“Con esto di inicio a mi periplo por las arenas, luchando contra elementos de mi peso, pero la temporada se terminó y los luchadores se fueron. Vi entonces en el periódico una nota donde buscaban aspirantes a luchadores en Lima, así que recogí dinero entre todos en el pueblo y me fui a Lima, donde viví en casa de un tío; Ismael Menchola. Me inscribí en un campeonato de lucha libre organizado por la empresa de Mack Aguirre, pero pasaron tres programas de eventos y no me convocaban a pelear. Entonces me puse a aprender lucha en un instituto limeño. Una vez iba entrando al gimnasio y me encontré con aquel empresario. Le dije que dimitiría porque no me ponían a pelear. Él me contestó que no lo hiciera porque me tocaba pelear la semana entrante. La lucha se dio en un poblado llamado La Victoria, en un lugar de nombre ‘El Trianón’. Cuando subo al cuadrilátero me gritan: ‘¡Robertito! ¡Robertito!’ En aquel momento me di cuenta que el público constaba de medio Chiclayo. Hasta el que vendía pan fue a verme. En esa plaza gané ese y varios combates más. Luego luché en el Luna Park, situado en pleno centro de Lima. Eso ocurre entre los años del 45 al 48. Me convertí en una estrella, ya mis luchas eran las principales. Luché tres años más y de ahí me fui por unas temporadas a Chile, interior de Perú y Ecuador, donde realicé una corta temporada. Luego fui a Bogota y Cali.

¿Cómo llega a Caracas?

“Un empresario de nombre Leopoldo Febles Cordero me contrata en Cali para venir a Caracas. Llegamos el 12 de octubre de 1949. El empresario Febles Cordero me trajo de Cali a Caracas para luchar en la plaza de toros conocida como el “Nuevo Circo”. Lo hice hasta el año 53.

La temporada de lucha libre en Cuba…

“De ahí un amigo luchador, El Zorro Italiano, viaja a la Habana y me consigue contrato. Me voy para allá donde luché dos temporadas, teniendo un éxito increíble al punto de que salía en las revistas y en la calle estaba rodeado por fanáticos que me apreciaban, pero luego regreso a Caracas donde se estaban dando las condiciones para que la lucha libre tuviera un auge increíble. Las luchas eran asiduas y muy buenas.

¿A que rivales enfrenta el Chiclayano en esa época?

“Entre los luchadores de la época estaba Antonino Roca (luchador italo-argentino), El Búfalo Argentino, Montañita Víctor, Jaime el Fantasma, El Zorro Italiano, Sandor, Centella, El Andarín, Dragón Chino (Carlos Wilson Prusing, que no era chino, sino chileno), Renato El Hermoso y el español Vicente García. De México vinieron El Médico Asesino, Máscara de Plata, Huracán Ramírez, Cavernario Galindo, el chino Ham Lee y El Gorila Mexicano. Además he luchado con muchos chilenos, mexicanos, argentinos, norteamericanos y cubanos. En ese tiempo la mejor plaza del mundo era Venezuela.

¿Quién fue su rival más fuerte en todo este tiempo como luchador?

“Un luchador cubano llamado Red Diablo. Era muy bueno y con él sostuve unas batallas increíbles.

Después de eso me parece que se dedicó a entrenar…

“Con el tiempo la edad empezó a afectarme y me inventé un nuevo luchador llamado el Sabatista, pero con el tiempo y después de haber tenido aproximadamente siete mil combates, me dedicó a entrenar a nuevas generaciones de luchadores como Tony Garibaldi, Ciclón Venezolano, Bernandino la Marca, Blaçk Diablo, Lorenzo Parente y a mi propio hijo, Roberto, quien fuera campeón con el nombre de El Chiclayano Jr., quien comenzó en el pancracio a los 19 anos, debutando en la ciudad de Caracas en el parque Naciones Unidas, enfrentándose al gran Caruzzo, de 125 kilos de peso y logrando con una plancha aérea su primera victoria de las muchas que lograría con el tiempo. En 1983 conquista su primer titulo ante el Pirata Portugués y se titula campeón peso medio. Luego, en pareja con el Chico Venezuela, se convierte en el campeón de parejas ante Comandante Cubano y Centella Venezolano. En 1987 viaja a Colombia y en una lucha contra el Hércules Panameño se convierte en campeón sur americano. Ese mismo año, en Bogota, expone su cabellera contra la máscara del Mandril I y logra conquistarla. A lo largo de su trayectoria como luchador profesional han sido muchas sus victorias y pocas sus derrotas, fruto del entrenamiento.

¿Qué pasa después con el Chiclayano?

“Ya más adelante, por mi fama como luchador venían aquí a buscarme para que apareciera en los programas musicales y en las novelas de televisión, así que me dedico al espectáculo. En la actualidad estoy retirado y me dedico a componer música. Cuento con más de 65 temas grabados por artistas de la época como Olga Guillot, Los Melódicos, Nelson Pineda, Tito Rodríguez, Lucho Barrios, Daniel Santos y Julio Jaramillo, además de tener composiciones dedicadas a Roció Durcal y Carlos Gardel, de quien soy gran admirador. Estoy trabajando en dos guiones cinematográficos: ‘El Sabatista’, inspirado en mi vida como luchador, y ‘Orinoco Lágrimas y Sangre’, filme de aventuras. También estoy escribiendo mi biografía, que comienza a los cinco años de edad.

Una leyenda de la lucha libre que le dio grandes glorias al deporte y que hoy en día sigue viviendo en el centro de Caracas, olvidado por los grandes medios que antes le celebraron sus proezas, en los días que los gladiadores de las cuatro cuerdas eran el circo que entretenía y divertía a la gente.

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