sábado, 20 de junio de 2015

La increíble historia del “gigante” Primo Carnera



Primo Carnera es un fenómeno impresionante en la historia del boxeo, fue el único boxeador que ha conseguido proclamarse campeón de los pesos pesados en las modalidades de boxeo y de lucha libre. Pero tras esta figura de grandullón entrañable se esconde una fascinante historia de superación, de éxito y fracaso, de dolor y engaños.

Carnera nació en 1906 en un pequeño pueblo del norte de Italia dotado de una envergadura sobrenatura, se dice que pesó ocho kilos al nacer. A los 14 emigró a Francia donde tras realizar los más diversos oficios se enroló en un circo ambulante como forzudo. Allí fue descubierto por un viejo ex boxeador francés que lo introdujo con éxito en los rings europeos. Su extraordinaria envergadura suplió con creces su absoluta falta de técnica para el boxeo y en poco tiempo se convirtió en  un púgil reconocido y peleó en las principales capitales europeas, ganando 14 de los 15 combates que disputó.



Era el momento de dar el salto a Estados Unidos, la meca del boxeo. Pero en el año 1930 un italiano como él y con su potencial se convirtió en juguete en manos de sus compatriotas de la mafia que lo utilizaron para sacar el máximo provecho, amañando combates y convirtiéndolo en un mono de circo con el que ganar mucho dinero a sus expensas. Peleas amañadas y derrotas dolorosas hicieron que el joven Carnera decidiera volver a su exitosa Europa para volver a sentirse boxeador.



Pese a que en Italia otro compatriota suyo, el mismísimo Mussolini, también se sirvió de su fama para vanagloriarse de la incipiente nación fascista, lo cierto es que Primo Carnera pudo reconciliarse con el éxito y con su deporte favorito, con victorias tan espectaculares como la que disputó en Barcelona contra PaulinoUzcudun ante más de 75.000 espectadores (record absoluto para un combate de boxeo en España).

Ante tamaños éxitos, Europa se le quedó de nuevo pequeña, así que se volvió a embarcarse en el sueño americano, aunque para su desgracia continuó en las fauces de unos mánagers que le utilizaron vilmente de nuevo. Pero Primo Carnera se había convertido entonces en un verdadero boxeador de primera, algo que confirmó arrebatándole el título de campeón de los pesos pesados a Jack Sharkey en 1933. Fue su gran año, pero también uno de los más dolorosos episodios de su vida: en un combate previo a su título mundial se enfrentó a a Ernie Schaaf, campeón de la Armada estadounidense, al que noqueó en pocos asaltos con la desgracia de que tres días después falleció a causa de los golpes. Fue ese  precisamente el golpe más duro de su vida, una terrible experiencia que lo acompañó el resto de su existencia.



Carnera pudo defender su título en dos ocasiones y pudo realizar una nueva gira por Europa y por Italia donde fue recibido como un héroe y nuevamente fue utilizado por Mussolini y el fascismo. Pero poco después su fortuna declinó a base de dolorosas derrotas. Dejó definitivamente el boxeo en 1938 acuciado también por una diabetes y por las deudas que le había dejado su carroñero mánager Lou Soresi.

Pero por suerte al Gigante Bueno, como lo llamaban en su pueblo natal, le volvió a sonreír la suerte en forma de mujer, Giuseppina Kovacic, con la que se casó al año siguiente. Fue ella la que guió el resurgir de Carnera esta vez como luchador profesional de lucha libre, controlando sus contratos y evitando que volvieran a engañarlo. Tras unos años en el circuito profesional y tras visitar multitud de países se retiró definitivamente de los rings e inició una nueva vida abriendo una tienda de licores en Los Ángeles y participando en diversas películas de serie B de Hollywood. El “gigante” volvía de nuevo al circo que le vio nacer en los que fueron los años más felices de su vida. Primo Carnera murió de cáncer en 1967 y su sepelio reunió a todo el pueblo de Sequals orgullosos de su gran campeón.

Cortesía: http://mrdomingo.com

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