viernes, 25 de julio de 2014

El Santo, 72 años de historia y tradición




Primera caída:
El Santo
Hablar de El Santo, es hablar de la gran historia del luchador enmascarado más importante de la lucha libre nacional e internacional. Es hablar del luchador más taquillero, enigmático, idolatrado y querido que ha existido en nuestro país.
No hay nadie como Santo, Enmascarado de Plata! Y créanme que no estoy exagerando, ni hablo así de él porque tuve la gran bendición de ser su hijo. No, realmente no hay una persona, al menos en los países de habla hispana, que no sepan quién fue El Santo y si no son aficionados a la lucha libre, al menos han visto alguna vez una de sus películas.
En Japón es un luchador muy admirado. A pesar de que mi padre jamás pisó la 'Tierra del Sol Naciente' y puedo asegurarles que su historia es conocida. Este próximo sábado 26 de julio, su personaje cumple 72 años de historia y para compartirla necesitaría cientos de páginas, pero no quise perder la oportunidad de recordarlo en esta entrega a RÉCORD. El Santo es de esos seres humanos que igual que Charles Chaplin, Cantinflas, Bruce Lee, Pelé, Pedro Infante o Elvis Presley, por mencionar algunos ídolos, son elegidos por Dios. Estos personajes tienen historias de vida similares a la vida de cualquier ser humano, pero en ellos hay un modesto antes y un importante después.

Segunda caída:
El modesto antes del Santo Rodolfo Guzmán Huerta fue un niño que vivió los primeros años de infancia en un pequeño pueblito ubicado en un valle agrícola de nombre Tulancingo de Bravo, en el estado de Hidalgo. Junto con sus hermanos Jesús, Enrique, Miguel, Alicia, Josefina y Javier, creció dentro de una familia humilde y tradicional mexicana donde imperaba el respeto, la disciplina y la buena educación ejercida, sobre todo, por su madre Josefina Huerta Márquez, señora dedicada al hogar.
Su mayor diversión era montar al 'Merengue', un caballo blanco y preferido de su padre don Jesús Guzmán Campuzano, quien era comerciante y utilizaba a los caballos para que jalaran su carreta en donde transportaba sus máquinas de coser. Fue un 23 de septiembre de 1917, cuando Rodolfo Guzmán Huerta vio la luz y ese mismo año se promulgó la Constitución Mexicana.
Al cumplir los cinco años, emigró con su familia a la capital del estado y vivieron en Pachuca sólo algunos meses para después establecerse en la Ciudad de México, en las calles de Bolivia # 58 interior 6. Fue en la escuela Abraham Castellanos en donde terminó sus estudios primarios y se aficionó a los deportes, en específico al beisbol y futbol americano.
Cuando eran adolescentes, sus hermanos y él descubrieron un lugar donde varios musculosos jóvenes practicaban el Jiu Jitsu y lucha libre. Este lugar era conocido como El Casino de Policía y con trusa y tenis, los hermanos Guzmán Huerta iniciaron su entrenamiento y duro aprendizaje.
Rudy fue un joven con cierta sensibilidad artística y por tal razón ingresó a la Academia de San Carlos, donde aprendió a pintar y a dibujar, pero también necesitaba trabajar, pues su padre había fallecido recientemente en esta ciudad y era necesario sacar adelante a su familia y sobre todo apoyar a su mamá.
Durante la semana, trabajaba como obrero en una fábrica de medias para dama y sus hermanos ayudaban a mi abuela en la perfumería que entre todos habían instalado con el dinero que don Jesús les había dejado. Sin embargo, llegó el tiempo más esperado por los hermanos Jesús, Miguel, Rodolfo y Javier Guzmán Huerta al lograr alcanzar su sueño debutar como luchadores profesionales, excepto Enrique, quien prefiere la milicia como su profesión y tacha de locos a sus cuatro hermanos.
El 27 de mayo de 1943 en la Arena Anáhuac, ubicada en las calles de Manuel M. Flores en la colonia Obrera, en el DF, los aficionados vieron debutar a Rudy Guzmán contra el francesito Eddy Palau. Así dio inició la aventura de mi padre por los diferentes 'palacios' de la lucha libre como la Arena Peralvillo Cozumel, la Arena Escandón, la Titán, la Roma Piedad, la Casino Obrero, entre muchas arenitas más.
Lamentablemente, el 13 de agosto de 1934, la muerte aparece por segunda vez en su vida y ahora es su hermano mayor, Jesús, quien fallece a causa de una congestión cerebral después de luchar en la ciudad de Puebla.
Este acontecimiento tan doloroso hace que 'Doña Pepita', como cariñosamente le decían a mi abuelita, les prohiba al resto de sus hijos ejercer esta peligrosa profesión de la lucha libre, que le había arrebatado a su hijo mayor y, obviamente, no quería que sucediera lo mismo con los demás.
¿Pero cómo dejar la pasión por este deporte tan bello? ¿Y cómo desobedecer a su estricta madre doña Josefina? ¿La solución? "Luchar enmascarado", pensó mi padre, ocultando su rostro y así, en los carteles que se pegaban en las calles ya no aparecería el nombre de Rudy Guzmán. El 22 de noviembre de 1936 en la Arena Molino del Rey apareció un enmascarado que se hacía llamar El Hombre Rojo, quien se enfrentó en lucha estelar a Johnny Peláez.
Como El Hombre Rojo no logró destacar. Mi padre se empezó a desanimar, pero por consejo de su buen amigo don Jesús Lomelí, quien también fue el creador del personaje del Murciélago Enmascarado, se pone el nombre del Murciélago II y hace su aparición en la Arena Pro Hogar, el domingo 14 de septiembre de 1941, derrotando a Tarzán Urrutia.
'El Murciélago Segundo' logró tal éxito que inició giras alrededor de la República Mexicana, pero estando en Monterrey, mi padre recibió una carta en donde se le impide continuar usando el personaje del Murciélago, cuyo propietario es Jesús 'El Murciélago' Velázquez.
Rodolfo Guzmán, siendo un hombre educado y honesto, obedeció la petición de la Comisión de Box y Lucha y se olvidó de este personaje. Ahora, aunque se los ordene un juez, hacen caso omiso.

Tercera caída:
El importante después de Rudy Guzmán
Los nombres del Murciélago Velázquez, Black Guzmán, Dientes Hernández, Ciclón Veloz, Bobby Bonales, Lobo Negro y Tarzán López, eran muy populares y es así como nace en la imaginación de don Jesús Lomelí, proponerle dos nuevos nombres a Rudy Guzmán: El Ángel o El Santo, para que intente de nuevo destacar dentro de este deporte.
Hay que recordar que mi padre siempre luchó como técnico y la idea de don Chucho era que un ángel o un santo serían aborrecidos por el público si fueran rudos y ésa fue la condición para Rudy Guzmán, quien como ya es de todos conocido, eligió el nombre de El Santo, se enfundó en una rígida capucha plateada confeccionada por él mismo (recuerden que era costurero), y debutó el domingo 26 de julio de 1942 en la Arena México hace 72 años.
Fue tal su éxito que se convirtió en el luchador más popular de México, con un sin número de triunfos. Pese a ser rudo, era admirado y querido por la gente. Por tal razón, el director de cine don René Cardona y el dibujante José G. Cruz, inventan un personaje inspirado en él, quien se caracteriza por usar una máscara de color plata y entonces escriben un guión cinematográfico titulado 'El Enmascarado de Plata' para que sea interpretado por el popular Santo, pero él rechazó este proyecto y es el Médico Asesino quien actuó en dicha película.
Setenta y dos años se dicen fácil. Al contar un poco de su historia en estas líneas pareciera que fue ¡así nomás! Pero no, puedo confesarles que llevó una vida de mucho sacrificio, fue un hombre muy pobre, sumamente trabajador, responsable, tenaz, soportó muchas críticas y a pesar de todo siempre se mantuvo firme; tuvo que defenderse en juzgados, arriba del ring y en el cine ya que sus películas fueron muy criticadas.
No vivió para ver que éstas se convirtieron, en el mundo, en un género. Siempre ha existido la historia de no perdonar el éxito de los demás y El Santo fue y es, gracias a sus películas y sus triunfos en el ring, un hombre exitoso. "Los hombres pueden morir, las Leyendas son eternas..." 

© Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.

Por El Hijo del Santo

No hay comentarios:

Publicar un comentario