martes, 28 de octubre de 2014

Comparaciones ociosas


Deslizando el dedo no sé si en el mouse o pulsando la flecha en dirección hacia abajo de la computadora mientras revisaba mi red social, me encontré con un texto que en las primeras líneas iniciaba con una idea más o menos así: los luchadores gringos impactan más con sus físicos, los mexicanos son unos panzones.

Esta forma de pensar la externó una persona, cuyo nombre no sé y si lo supiera no quisiera acordarme, en un foro de un diario de circulación nacional en donde preguntaba a sus lectores qué lucha preferían, la mexicana o la de Estados Unidos.

Incluso ésta misma persona habló también sobre su gusto por las luchadoras estadounidenses sobre las mexicanas y dio un ejemplo de dos gladiadoras, que si lo trasladamos a estas líneas rondaría en la discriminación, así que lo dejaremos hasta ahí.

Apelando a la libertad de expresión, no juzgaré la forma de pensar de esta persona y sólo diré que su punto de vista es muy respetable.

Pero sí entraremos en el tema planteado por el diario de circulación nacional, una situación que no es de ahora pero que ha estado ahí, ¿cuál es mejor, la lucha libre mexicana o la americana?

Desde el punto de vista de quien teclea estas ideas entrada la una de la madruga, un día antes de entregar esta columna, ambos estilos de lucha libre son totalmente diferentes y eso debe quedar de manifiesto desde el momento en que hablamos de dos países distintos, México y Estados Unidos.
Los físicos. Es innegable que los cuerpos de los luchadores de los dos países son absolutamente distintos, eso es hasta genético, no hay punto de comparación.

Mientras los norteamericanos son más altos, delgados, con un físico bien trabajado y si me apuran hasta manipulado con sustancias prohibidas, los luchadores mexicanos son bajos de estatura, con un físico grueso y bueno, sí, hay quienes tienen un exceso de peso, no vamos a decir quienes porque no queremos señalar a nadie.

Pero también hay una generación de luchadores nacionales que cuida su imagen, porque saben que es parte de lo que vende, que les ayuda sobre el cuadrilátero y que han invertido horas gimnasio para alcanzar un físico bien trabajado.

Estilos. Otra situación que es totalmente diferente entre los dos países vecinos separados por un río, una barda kilométrica, puentes internacionales y una patrulla fronteriza, la migra.

Si hablamos de la empresa estadounidense de talla internacional, esa que se quedó sin su principal súper estrella latina, misma que regresó a México hace unos meses, y que podría quedarse  también sin su enmascarado consentido del pasado, su estilo es más de los golpes y menos lucha, aunque eso no quiere decir que no sepan luchar, pero allá es más el contar una historia alrededor de los gladiadores y dedicar mucho mayor tiempo para que hablen al micrófono que la lucha misma.

Ya ni siquiera hablemos de que sea lucha libre, para ellos es una situación de entretenimiento.
Aunque no por eso se descalifica a la lucha norteamericana, pues fuera de esa empresa, hay otras más pequeñas y las llamadas Indies, en el circuito independiente, en donde se desarrolla buena lucha libre sin la presencia de los luchadores de más de dos metros de altura, gladiadores de peso medio con un buen luchar sobre el ring.

En el caso mexicano, hay una empresa con 81 años de existencia, que dejando de lado sus situaciones internas, respeta la lucha libre tradicional, esa a ras de lona, con llaveo, contrallaveo, castigos y vuelos.
Aquí se mantiene, por así decirlo, la esencia de la lucha libre mexicana, aderezada con las máscaras, ese misterio que envuelve a los luchadores y los convierte en héroes y semidioses sobre el cuadrilátero, y regresan a ser simples mortales debajo del ring, ya sin la máscara. Es una magia que encanta a los aficionados a la lucha libre.

Y bueno, si vamos más allá, a nuestro país llegan no sólo luchadores de Estados Unidos, sino de Japón y Centroamérica a aprender de la lucha libre mexicana.
Infraestructura. Acá también diremos la situación entre ambos países, también es distinta.
Mientras allá los magnos eventos se hacen en lugares como estadios de futbol americano con una gran infraestructura, acá se cuenta con Arenas, sí con Arenas, y así le dejamos. Acá la histórica, sí, es la Arena México.

Televisión. Aquí sólo diremos que en México desafortunadamente la lucha libre ha perdido espacios en la televisión abierta para migrar a los canales de paga.
Con todo esto, no hay necesidad de comparaciones ociosas. Mejor disfruten de la lucha libre mexicana, la mejor del mundo

Cortesía: http://laaficion.milenio.com y Cuachara Luchagor

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