miércoles, 18 de enero de 2017

Sangre, sudor y máscaras: Parte II


sudor
Terra




El momento más esperado en un duelo de máscaras es, sin duda, cuando el perdedor tiene que despojarse de su capucha.
El preámbulo de ese momento es cuando el derrotado casi ve pasar toda una vida dedicada al deporte espectáculo del costalazo, antes de dar su nombre, apellido, lugar de origen y años en que luchó enmascarado.
Puede haber dimes y diretes entre ganador y perdedor, lo mismo que bravatas de último minuto pero, “como los machos”, el que pierde tiene que entregar la máscara a su oponente. Luego viene toda una carretada de fotos cuando da, finalmente, la cara.
Esos registros fotográficos van, por la vía de los periódicos y las revistas especializadas, al panteón del recuerdo, para luego saber quiénes fueron, quienes han sido y quienes son los que alguna vez fueron dioses enmascarados del encordado.
Obviamente hay de nombres a nombres, lo mismo que leyendas porque, no es lo mismo, Blue Demon que, sin menospreciar, “El Supremo” o “Ultraman”. Cada máscara tiene su peso y su historia.
Que recuerde, la culta fanaticada en materia de grandes luchas de apuesta de máscaras y duelos más que memorables, lo mismo que combates supremos por defender la incógnita, el ultimo que verdaderamente sacó chispas en la Arena México, ocurrió el viernes 17 de marzo del año 2000.
El protagonista fue Atlantis (hoy por hoy la máscara más cotizada, que llega al ocaso de su carrera) contra Villano III, que acabó en un baño de sangre, con el nombre del derrotado: Arturo Díaz Mendoza (“El Rey Arturo”).

Sudor
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En ese mismo escenario, hay que recordar el match entre El Rayo de Jalisco Jr. contra Cien Caras, el 21 de septiembre de 1990. La lucha, una de las más emocionantes de todos los tiempos mexicanos, comenzó con un guitarrazo propinando por el mayor de la dinastía de “Los Hermanos Dinamita”, sobre la cabeza del Rayo, se volvió una vorágine de sangre en el marco del LVII Aniversario de la Arena México.
Fue tal el aforo, que hasta se cayó una barda del graderío de gayola. El registro del combate, grabado para la televisión y luego reproducido a mansalva en VHS, permite constar que, la de México, por sobre las payasadas y encuentros entre bocones gringos de la WWE, Smack Down y demás, es la mejor Lucha Libre del Mundo.
Al final de la batalla, surgiría el nombre del perdedor: Carmelo Reyes, que ya si la máscara manifestó ser de Lagos de Moreno, Jalisco. Y con el tiempo se volvió más popular, que cuando luchaba como Cien Caras.
Ya en el terreno histórico, se puede ver en YouTube, con mediana calidad, el duelo de máscaras que protagonizaron en la Monumental de Monterrey, “El Solitario” y el “Dr. Wagner” (senior) papá del actual galeno del mal.
Los compadres en la vida (ir)real, se dieron con todo, sangraron los dos como los buenos y el Soli, en una lucha que cortaba el aliento, le quito la tapa al primer integrante de la llamada “Ola Blanca”, que dijo llamarse aquel 1 de diciembre de 1985: Manuel González.
El también de la Sultana del Norte, Blue “El Manotas” Demon arrancó varias capuchas.Entre los clientes que osaron retarlo a duelo de máscaras, se encuentran: “El Matemático”, que cayó en la Monumental el 27 de agosto de 1989. Su nombre de pila, Rodolfo García.
Un mes antes, nada menos que el original Rayo de Jalisco (senior), que en el ocaso de su carrera un 30 de julio de 1989, osó retar a Alejandro Muñoz, el inimitable Blue Demon, que murió el 16 de diciembre del año 2000, a las afueras del metro Potrero.

Así es la vida de la patada… voladora.


Cortesía: http://www.actualmx.com/ y Pepe Návar

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