viernes, 8 de agosto de 2014

Santo el “Enmascarado de Plata”

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Nacido en 1917 en Tula, Hidalgo, Rodolfo Guzmán Huerta mejor conocido como “El Santo…el Enmascarado de Plata”, ha sido el más grande ídolo que ha dado la lucha libre mexicana, poseedor de una gran técnica e inmenso carisma que hizo que las multitudes lo adoraran en la arena y en las películas por su eterna lucha contra el mal.
Este luchador, que se ubica entre los tres mexicanos más queridos y recordados por el pueblo -después de Pedro Infante y Mario Moreno “Cantinflas”-, fue elevado a las “alturas celestiales” porque representaba el bien en el cuadrilátero; valentía en el celuloide -en combates mortales contra zombis y vampiros- y porque fue un altruista reconocido por lo que recibió la Medalla al Mérito Presidente Adolfo López Materos.
Desde joven, quien un día en un programa de televisión se quitó la máscara al aceptar el reto de su entrevistador -Jacobo Zabludousky- y perder así su identidad tan celosamente guardada en el ring, desde joven lució un cuerpo atlético ya que posaba para revistas de modelaje, lo cual el daba para comer pero no lo dejaba satisfecho.
Fue su hermano el luchador “Black” Guzmán, quien junto con otros consanguíneos lo introdujeron a la lucha adoptando el nombre de “Rudy” Guzmán y después se hizo llamar “El Hombre de Rojo….Murciélago”, siendo descubierto por un gran conocedor del pancracio el Profesor Garza, quien barajeó varios nombre para el nuevo pupilo: como “Ángel” o “Demonio”, pero se decidieron por “El Santo” sin imaginarse que ése nombre se convertiría en una leyenda de la lucha libre nacional e internacional.
Ya como “El Santo” inició con los rudos para después pasar al bando de los “limpios” donde su valentía y osadía para aventarse desde la tercera cuerda, lo hicieron famoso y un gran aniquilador de enemigos con su clásico tope volador.
Odiado por algunos luchadores pero ampliamente querido, consentido y respetado por la afición, el “Enmascarado de Plata” alternó e hizo pareja con grandes luchadores de la época: “El Cavernario Galindo”, “El Médico Asesino”, “Blue Demon”, Enrique Lláñez, “El Enfermero” Black Shadow, “El Rayo de Jalisco”, “El Huracán Ramírez”, “El Halcón Dorado”, Ray Mendoza, “Mil Máscaras”, “El Solitario”, Alfonso Dantes, Beny Galán y “El Caballero Tigure”, sólo lo mejor de lo mejor en cuatro décadas. Su mejor compañero en el cuadrilátero fue Gory Guerrero.
Ganó muchas máscaras y cabelleras famosas como la de Black Shadow, que fue la primera lucha televisa y que hizo historia en la Arena Coliseo el 7 de noviembre de 1952, y también fueron recordadas por la afición las luchas con “El Gladiador”, “El Espanto”, “Halcón Negro” y Boby Lee, a quienes desenmascaró, peló o les ganó el campeonato en varias categorías.
Eso fue en los encordados, porque en los sets cinematográficos peleó lo mismo con hombres lobo, marcianos, lloronas, vaqueros, karatecas, pero eso sí, siempre rodeado de mujeres bonitas de la talla de Elsa Cárdenas, Lola Casanova y las hermanas Lorena y Tere Velázquez, y la “Tigresa” Irma Serrano y Sasha Montenegro, entre otras muchas más.

Cortesía: www.elpuntocritico.com

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