miércoles, 22 de febrero de 2017

Un luchador fuera y dentro del ring: Peter James, el Chamaco Ávila










Para un luchador la dificultad mayor a veces está fuera del ring, porque los problemas económicos y sacar adelante a la familia;  hay que enfrentarlas, sin límite de tiempo. Así lo hizo Anselmo Ávila Aguilar, profesional de la lucha libre desde 1943 hasta 1968. El Chamaco Ávila fue su nombre como luchador técnico; sin embargo también le tocó pelear por el bando de los rudos y entonces se hacía llamar Peter James y cubría su cara con una máscara.

Anselmo Ávila Aguilar nació hace 91 años en la Cd. de México y  debido a los recursos escasos en la familia, sólo tuvo la oportunidad de estudiar la primaria. Para salir adelante se ocupó en todas las actividades posibles: bolero, limpia ventanas, chofer y hasta en un laboratorio de cosméticos. Pero se encontró con una profesión que lo atraparía por 25 años: La Lucha Libre.

Con tan sólo 17 años de edad, ingresó a  “Comisión de box y lucha”. Se enfrentó a leyendas “tan temidas y poderosas en el coliseo” como lo son El Santo, Blue Demon, Atlantis, Octagón, Gran Davis, El Rayo, El Huracán Ramírez, Caníbal, Black Shadow, Frankestein, Solitario, El Enfermero y Jhonny James, con quien luchaba como compañero,  cuando usaba máscara y llevaba el nombre de Peter James. Fueron muchos más los nombres con los que compartió cartel.

Peter James recuerda una lucha en particular, una pelea que terminó en la calle, fue un encuentro contra el Caballero Tigre, un duelo en la que terminó en “un baño de sangre” y perdió la máscara. Existe otra ocasión de gran relevancia en la carrera de Anselmo Ávila, y ésta es la gran lucha contra El Santo, en una pelea en la que ambos luchadores dieron muestra de su habilidad para aplicar “llaves” a su oponente, aunque también lograron ponerse furiosos.

Un accidente dio inicio al final de la carrera de Chamaco Ávila, fue lanzado del ring hacia las escaleras y se golpeó  la espalda, fracturándose la columna. Le prohibieron luchar, en particular su esposa, Gloria Garduño, se lo pidió por sus hijos. Pero apenas Anselmo se recuperó y se iba a escondidas de su mujer, sus compañeros luchadores lo cuidaban durante los encuentros. Él considera que eso impidió que ya no fueron las “luchas épicas de antaño”.  Se retiró a los 42 años.

Sus hijos y nietos, lo describen como un gran amigo, “un hombre de palabra”, un luchador que enfrentó los problemas personales y protegió a la familia, “un caballero que escucha antes de hablar” y si alguno de sus hijos o nietos falla “tan fácil como hacerles una llave”, comenta su nieto Marlon Velázquez, bromeando.
El año pasado, durante la celebración de sus 90 años, la familia festejó en grande al padre, esposo, abuelo y profesional de la lucha libre; lo hicieron usando todos una máscara, para hacerle saber a Anselmo Ávila Aguilar que Peter James y  El Chamaco Ávila, que él mismo creó, son personajes inmortales en la Lucha Libre Mexicana.

Cortesíahttps://superluchas.com y Esther García Ramírez

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