martes, 7 de febrero de 2017

Héroes populares





Como Usted sabe este espacio toma su nombre del gusto de quien esto escribe por la lucha libre. 






A partir de ahí, y tomando en cuenta que este 5 de febrero se cumplen 33 años de la muerte de El Santo, sobra decir cuál será el tema de hoy. Cabe señalar también que este año, el 23 de septiembre será el Centenario del Natalicio de Rodolfo Guzmán Huerta, quien encarnó al máximo héroe que ha dado la cultura popular mexicana.

En la historia de la lucha libre mexicana, la mejor del mundo, es muy numerosa la cantidad de gladiadores que han alcanzado el nivel de leyenda, tanto por el bando rudo como por el técnico. La lucha, como suele abreviarse la referencia al deporte espectáculo, ha traspasado el espacio de seis por seis del cuadrilátero y ha llegado hasta los foros cinematográficos, a los escenarios de la música, el teatro y hasta la poesía, al igual que a la academia, convirtiéndose en un fenómeno social digno de estudio en libros y cuantiosas tesis de doctorado.

Quienes convivieron con Rodolfo Guzmán Huerta comentan que no sólo encarnó a El Santo sobre el ring y en la pantalla, sino que en repetidas ocasiones llegó a fundirse con su personaje en la vida cotidiana. 

Cuentan que era realmente difícil imaginar que aquel hombre de anteojos, con una conducta alejada de los reflectores, al momento de ponerse la máscara y la capa se convirtiera en el luchador cuya fama traspasó fronteras. 

De El Santo se ha escrito mucho y en varios idiomas. Difícil anotar aquí algo que resulte de novedad.

 Todos sabemos ya que nació en Tulancingo, Hidalgo. Que era un hombre de mucha fe, que antes de convertirse en luchador pasó por las aulas de la Academia de Artes de San Carlos. Sabemos igualmente que al principio luchó como Rudy Guzmán, que perteneció al bando rudo, que su primera máscara estaba hecha de piel, por lo cual cada que se la usaba terminaba con la cara raspada. 

Sabemos que a su original nombre de batalla le añadió “el enmascarado de plata” cuando aceptó encarnar al personaje de la historieta que con ese nombre se publicó por varias décadas.

Sabemos que El Santo filmó cantidad de películas que dieron origen al género llamado “cine de luchadores” y si bien –seamos honestos- son unos verdaderos “churros” en Europa se consideran cine de culto. En los filmes, El Santo llegó, luchó y venció a los villanos más inverosímiles, desde seres de ultratumba hasta los llegados del espacio sideral. 

En algunas de sus cintas se hizo acompañar de Blue Demon (¡idolazo!) y no podían faltar “el profesor” que era un científico, el inspector –la ley es la ley- y la guapa de formas voluptuosas.

Circulan por ahí algunas escenas candentes en las que las villanas aparecen con los senos al aire. La censura convertida en pleito legal ha impedido que salgan a la luz pública en México. 

La historia cita que el 5 de febrero de 1984, al término de su función en el teatro Blanquita, El Santo se sintió mal, sufrió un infarto al miocardio. Rodolfo Guzmán Huerta murió en lo que Santo, el enmascarado de plata nacía a la inmortalidad. 

Ya estamos en febrero y en A dos de tres estamos esperando con ansias la cartelera de actividades que –suponemos- se desarrollarán este año a propósito del Centenario del natalicio de Rodolfo Guzmán Huerta, Santo el enmascarado de plata. 

El máximo héroe que ha dado la cultura popular mexicana.

Cortesía: http://www.debate.com.mx/ y Marisa Pineda

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