martes, 27 de septiembre de 2016

El Santo: leyenda de plata

Rodolfo Guzmán Huerta, ese era el hombre debajo de la máscara que nació en Tulancingo, Hidalgo, un 23 de septiembre de 1917. EL INFORMADOR / J. López

Debutó en 1942 como 'El Santo

Su figura aún sirve como ejemplo deportivo y durante un año será recordado con cariño entre chicos y grandes para celebrar 100 años del nacimiento del hombre que dio vida al personaje




GUADALAJARA, JALISCO.- De capa pero sin super poderes. El Santo fue de esos héroes que se instalaron en la gloria de las máximas estrellas del deporte y el espectáculo, pero siempre entregado a su público, a esos niños que veían en su musculatura lo necesario para combatir el mal, que cautivó a los adultos con su destreza y rectitud sobre el cuadrilátero.

Siempre elegante, de máscara plateada, de botas firmes que no se dejaban derribar tan fácil, de un rostro que se mantuvo en el anonimato por años, pero que con su grave voz daba confianza, amabilidad.

Rodolfo Guzmán Huerta, ese era el hombre debajo de la máscara que nació en Tulancingo, Hidalgo, un 23 de septiembre de 1917. Aunque sus acrobacias en el ring marcaron época en la lucha libre mexicana destacándose como uno de los combatientes más temidos y admirados por sus llaves y sus estrategias para no dejarse domar por los adversarios, fue un infarto al miocardio el que lo hizo tirar la toalla, que no le permitió tocar las cuerdas para salvarse y que le arrebató la vida el 5 de febrero de 1984 en la Ciudad de México.

El Santo no sólo fue ejemplo de la disciplina deportiva, su niñez dejó en claro que las oportunidades para superarse están servidas para todos, saliendo triunfante de una infancia curtida en Tepito, el famoso barrio bravo al que llegó cuando tenía tres años siendo el quinto de siete hijos de una familia humilde que jamás imaginó criar a uno de los mayores ídolos de México que durante 40 años lideró y representó a la lucha mexicana mundialmente.

Sus 1.78 metros de estatura imponían gracias a la anchura de su espalda, a esos bíceps y abdomen de concreto que presumía con orgullo cuando defendía el honor y rebeldía de los rudos, bancada a la que perteneció sobre el cuadrilátero hasta su muerte con 66 años de edad.

Honores de por vida
El Santo no sólo se consagró en el ring, en el cine mexicano también ganó fama al acreditarse 53 películas donde él y su máscara eran los protagonistas absolutos de historias de fantasía que se pusieron a la altura de los dramas de ficción de Hollywood luchando contra monstruos populares, contra las momias de Guanajuato, vampiros, fantasmas, mujeres hermosas de mente diabólica, hombres lobo, mafiosos, villanos de todo tipo que lo marcaron como héroe sin armas de por medio más que sus piruetas y su cuerpo. Así se ganó los suspiros femeninos y el aplauso masculino.
En 2017 se conmemorará su centenario de cumpleaños y los festejos ya están en puerta en voz del “Hijo del Santo”, de Jorge Guzmán Rodríguez, hijo del también llamado “Enmascarado de plata” que siguió sus pasos en el cuadrilátero y que ha anunciado todo un año de celebración y homenajes para refrescar el legado de su padre no sólo en la lucha mexicana, sino en el impacto que causó en la cultura popular del siglo XX, en la literatura y las historietas, en el cine y televisión, en la música y hasta en el diseño de interiores que toma su máscara como uno de los elementos visuales principales para la decoración de estilo kitsch.

Entre las iniciativas proclamadas por Jorge Guzmán destaca la creación de un santuario-museo en el que se muestren máscaras originales, sus capas, libretos de cine, fotos y trofeos y demás artículos que pertenecieron al Santo y que su hijo guarda a modo de colección privada, pero que ahora estarán disponibles al público pensando instalarla en una casa de los años cincuenta en la colonia Roma o en la Condesa de la Ciudad de México.

El itinerario de festejos también contempla actividades culturales, deportivas y artísticas con exhibiciones públicas de lucha, así como dedicar una estación del metro capitalino al afamado luchador, además de convocar a creadores de diversas disciplinas para rendir homenaje en música, audiovisuales, literatura y plástica el legado del “Enmascarado de Plata”, proyectos que se darán a conocer el próximo 5 de febrero en el marco del aniversario luctuoso de Rodolfo Guzmán.

SABER MÁS
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El Santo tuvo sepultura en los Mausoleos del Ángel congregando a 10 mil personas para su despedida, además de que colegas del ring como Black Shadow y Blue Demon, fueron quienes cargaron el féretro hasta su última morada.

El Enmascarado de Plata comenzó a luchar bajo los pseudónimos de Rudy Guzmán, después como el Hombre Rojo y Murciélago II, hasta que en 1942 optó por quedarse con el título de “El Santo”.
Se dice que su entrenador Jesús Lomelí, fue quien le aconsejó hacer uso del color plata en su vestimenta, sugerencia que aceptó y comenzó a usar desde el 26 de abril de 1942, año en el que debutó en la Arena México.

La trayectoria deportiva del Santo sumó 16 campeonatos sobre el cuadrilátero.
El personaje de El Santo apareció por primera vez en las historietas en 1952, siendo el primer luchador en protagonizar un cómic mexicano.

Los autos fueron un distintivo en las películas de El Santo. Uno de los automotores más memorables es el MGA 1962 que apareció en el filme “El Santo vs. Las Mujeres Vampiro”.

NUMERALIA
La huella imborrable
1942  Año en el que debutó como "El Santo".
53 Películas protagonizó.
16 Campeonatos de lucha libre.
10 Hijos tuvo con su esposa María de los Ángeles Rodríguez Montaño.
40 Años de carrera deportiva.
1982 Año en el que se retiró del ring en la función de Toreo de Cuatro caminos.
11 Días antes de su muerte, El Santo reveló su rostro en el programa Contrapunto de Jacobo Zabludovsky.

Cortesía: EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ 

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