martes, 10 de abril de 2018

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Erik Morales y un servidor nos preguntamos quién sería el vencedor entre un boxeador y un luchador





Existen dos disciplinas deportivas que a lo largo de la historia han estado unidas: Me refiero al boxeo y a la lucha libre. En la década de los años 30, los promotores tenían por costumbre combinar en sus carteleras peleas de box y lucha libre, desde entonces pugilistas y gladiadores hemos sido buenos camaradas.
Hace unos días Erik “Terrible” Morales recordó la fecha de su debut, hace 25 años, y en alguna ocasión en Rosarito (Baja California) estábamos comiendo en Puerto Nuevo cuando él me comentó que le gustaría entrenar lucha y enfrentarse a mí en un ring... ¡ya se imaginarán la polémica que se armó con el tema de quién podría vencer a quien! Bueno, ¡hasta camarones y langostas estaban atentos a la discusión entre ambos!, la cual se extendió hasta que subimos al auto. Cada uno defendimos a capa y espada su profesión. 
El Terrible Morales opinó que el boxeo es un deporte y la lucha libre es un espectáculo y obviamente él dice que ganaría el boxeador.
Yo, por mi parte, defendí a mi gremio y le dije que vencería el luchador. 
La polémica cada vez era mayor y recordamos la escena de la película Rocky, en donde Rocky Balboa enfrenta a Hulk Hogan. También rememoramos aquel enfrentamiento entre Muhammad Ali contra Antonio Iñoki. 
En una publicación de 1956, el reportero le pregunta a Gory Guerrero ¿Puede un boxeador vencer a un luchador? Y la respuesta de Gory fue contundente al decir: “Yo puedo derrotar a un boxeador de cualquier peso”. 
Entonces, para que el tema no se nos fuera de las manos y termináramos a golpes abordo de su auto (es broma), pedimos la opinión de un experto y fue el comentarista Alfonso Morales, quien afirmó que ganaría el luchador por su mayor cantidad de recursos. “La razón es que el boxeador se limita a los puños, mientras que el luchador está acostumbrado a castigar con brazos, piernas, puños, cabeza y en general con todo el cuerpo”
Lo que es verdad es que ambos dominamos las dimensiones de un ring, requerimos de un fuerte entrenamiento, somos deportistas de alto rendimiento y gozamos de popularidad y cariño del público. En conclusión lo que más nos une a los boxeadores y a los luchadores es la amistad y la camaradería. ¿Ustedes a quien le van?
Desde estas páginas le envió un fuerte abrazo a mi estimado Bobby Lee, quien el pasado martes 3 sufrió un Infarto cerebral y su hijo Carlos me informó que se encuentra estable y mejorando paulatinamente. Deseamos que muy pronto esté de regreso en su hogar.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo

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