viernes, 9 de diciembre de 2016

Manita de puerco

Hace algunos años advertí sobre el peligro que corría la lucha libre mexicana ante la WWE; hoy está derrotada






Estimados lectores de El Gráfico: Hace algunos años, en 2008,  escribí de lo peligroso que era para la lucha libre mexicana la llegada de la empresa WWE a le televisión abierta en nuestro país.
La razón  es muy simple:  la televisión, desde mi punto de vista, fue un arma de doble filo para nuestro deporte. Por un lado  le dio una enorme popularidad, pero también saturaron y aburrieron al televidente.
Actualmente lo anterior está comprobado en México, pues tanto el CMLL como  la Triple A se la creyeron, dejando en su ambición el descuido de no renovarse y no preocuparse por los aficionados, quienes ya no tienen aquella pasión de encender el televisor para ver la lucha libre mexicana, antes catalogada como la mejor del mundo y que hoy, tristemente, carece de calidad y técnica deportiva. 
Sin embargo, la WWE —nos guste o no—, sigue adelante, innovando, produciendo e importando talento mexicano que aquí está muy desaprovechado.
WWE tiene muy clara la fórmula de atrapar al público, sobre todo al infantil, y de esta manera lograr que los niños idolatren a los luchadores. Por lo tanto,  éstos pequeños son quienes llevan a sus padres a los distintos eventos donde se presentan.
El éxito de esta compañía radica en saber manejar de manera extraordinaria su mercadotecnia en todos los niveles. Fue así que fácilmente logró desplazar al CMLL y a la Triple A de las televisoras mexicanas,  como Televisa y TV Azteca.
Los fieles y conocedores aficionados a la lucha libre mexicana no se dejaron atrapar;  sin embargo, el público nuevo sí,  ése que cree que la lucha libre nació a partir de la aparición de Rey Misterio Jr. en esta empresa estadounidense.
El pasado 3 de diciembre recibí la amable invitación de mi estimado compañero Místico (hoy Sin Cara), para verlo en acción y asistir al evento en el que la WWE. Llegó nuevamente a la Arena Ciudad de México, que registró una excelente entrada, a pesar de los altos precios de sus boletos. Créanme que me quedé impactado al escuchar a un público desconocido para mí, un público mexicano que hoy es cautivo de esta empresa y que con todo el respeto que me merecen, está totalmente enajenado a tal grado de que sus exclamaciones son las que caracterizan a los aficionados norteamericanos, que van de un ¡ooohhh! a un ¡uuuhhh!
Y lo más increíble es que los conteos no son en español, son en inglés,  y esto sólo se debe a la manera de trabajar de esta exitosa compañía.
Sinceramente “me quito el sombrero” ante la empresa de Vince Mc Mahón, para quien trabajé en los años de 1997-1998 cuando la cadena Univisión transmitía el programa Súper Astros, en donde participábamos luchadores japoneses, puertorriqueños y mexicanos; viviendo de cerca cada uno de los eventos que realizaban  y grababan para la televisión, bajo una gran producción y perfecta organización.
WWE no escatima en lo más mínimo con tal de agasajar a su fiel público que siempre abarrota estadios, arenas y auditorios en cualquier lugar de Estados Unidos o del mundo en donde se presenta.
Felicidades a Sin Cara, quien está aprovechando al máximo esta oportunidad al  ganarse  el reconocimiento y cariño de los millones de aficionados alrededor del mundo, forjando paulatinamente una exitosa carrera y demostrando que no es un ídolo de papel.
Lo dije en 2008: “La WWE empieza poco a poco a apoderarse de los miles de aficionados mexicanos”.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras. 
El Hijo del Santo

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