miércoles, 16 de diciembre de 2015

ENTREVISTA A BLUE DEMON JR. «La muerte de cualquier compañero nos afecta»

 El luchador mexicano Blue Demon Jr. cumple 30 años sobre el ring. / D.R.

Su padre, Blue Demon, fue una leyenda de la lucha libre mexicana, pero el legado, importante para la iconografía del país, es el mayor poder de Blue Demon Jr., sobre todo ahora, que acaba de cumplir 30 años sobre el ring

El luchador espera en el vestuario. De puertas para afuera, en el recinto del hexadrilátero (según la ocasión, puede ser un cuadrilátero también), suena una música de endiablado ritmo que se entremezcla con el gritar del público, contrario y simpatizante. Se caldea el ambiente y se pone en juego algo más que la integridad física: el honor y el orgullo. El speaker, con expectación, anuncia la aparición de Blue Demon Jr.: "¡Aquí está! ¡Una leyenda internacional de color azul que llega para demostrar que puede recuperar lo que un día fue suyo!" Enfundada la máscara y puesta la capa, el guerrero saluda mientras se aproxima a paso firme hacia la lona. Allá, en lo alto, será coronado como el nuevo príncipe de la lucha libre mexicana.

GONZOO: Tú, como luchador, ¿eres producto del orgullo y del honor?

BLUE DEMON JR.: Creo que soy un producto de ambas cosas. Todo tiene ese orgullo y también tiene esa otra parte de honor. Efectivamente, y pensándolo, soy parte de orgullo y soy parte de honor.
G.: ¿Y hay espacio para el odio, aunque exista cierta afinidad, como en su caso con Espectro Jr.?

B.D.J.: En definitiva… sí. Hay un odio deportivo, por supuesto, pero no es un odio humano de persona a persona, sino un odio deportivo al cien por cien.

G.: Me pregunto cómo afecta a un luchador la muerte de un contrincante (como sucedió con Perro Aguayo Jr. cuando peleaba contra Rey Misterio el 15 de marzo de 2015). 

B.D.J.: Cualquier muerte de cualquier compañero, aunque no estemos en la misma lucha, nos afecta. Si fuera en la misma lucha sería un poco más fuerte porque te sientes responsable de alguna forma, y aunque sabemos que no hay responsabilidad, te sientes responsable porque el hecho sucede donde estás tú. Pero creo que, definitivamente, el hecho de que una persona fallezca arriba del ring es una tragedia. Por otra parte, es una manera de mostrarle a la gente que esto es real y que de ninguna manera es como todo el mundo piensa: actuado. Y decirles también que no es la única muerte, sino que ha habido muchas. Lo que pasa es que, en el caso de "Perrito" Aguayo, de alguna manera, es más fuerte porque es una estrella. Desgraciadamente, los jóvenes que empiezan y mueren no hacen ruido.

G.: ¿Hay que aprender a caer en la vida como en la lucha libre, practicando tumbling? Sobre todo porque el dolor es algo con lo que vivimos todo el tiempo.

B.D.J.: Así es. El tumbling es saber caer pero no te quita el dolor. Es saber acomodar, de alguna forma, el cuerpo, pero el dolor no te lo quita nadie. En la vida hay que saber caer, pero más que saber caer, hay que saber levantarse.

G.: ¿El retiro es algo que elige el público al no mostrar interés por un luchador o es la salud la que determina ese final? 

B.D.J.: Creo que es la decisión de cada persona. Definitivamente, el día que me retire lo haré porque mis cualidades físicas no están óptimas. Y bueno, sabemos que la lucha libre es un deporte muy longevo pero que es decisión propia. Lastimados estamos todos, claro, y eso sería motivo de retiro, sobre todo por cualquiera de nuestras lesiones, pero seguimos ahí.

G.: ¿Cómo van tus problemas con el Linfoma de Hodgkin, por cierto?

B.D.J.: Estoy en revisión hasta ahorita. Eso no me garantiza que no regrese en cualquier momento pero trato de estar pendiente y trato de estar cuidándome siempre.

G.: ¿La herencia de la máscara acaba siendo una responsabilidad puesto que, además de llevar el honor paterno, se lleva también el orgullo de un país?

B.D.J.: Pues mira, aparte del orgullo paterno, se lleva el orgullo del país y el orgullo propio. No es nada más que llevar el nombre, sino llevar una carrera paralela a la de mi padre. Ya son treinta años de mi inicio en el ring. He hecho mi carrera y la gente ya sabe que somos dos personalidades diferentes: Blue Demon Jr. y Blue Demon.

G.: ¿Qué has encontrado en la lucha libre que no has podido tener en la vida? ¿Respeto?, ¿aprecio?, ¿visibilidad? Puede haber gente, sobre todo escolares, que traten de imitaros porque siendo luchadores, por ejemplo, conseguirían respeto en el colegio.

B.D.J.: Fíjate. A todos aquellos que quieren entrar yo les diría que estudien. Para mí ha sido muy útil haber tenido mi carrera para poder dar un tipo de entrevista como ésta y para contestar lo que realmente necesitan ustedes saber. En la vida personal me ha ayudado bastante. Definitivamente, puede valer para cualquier deporte (y no nada más nosotros, porque hay otra gente que se puede tomar como ejemplo), siempre y cuando sea un ejemplo positivo. No vale ser excelente en el trabajo o en el deporte y ser una celebridad si en la vida se es un desorden. No tiene caso. La vida no es tener lujos o tener más dinero. La vida no consiste en ser un triunfador. La vida consiste en ser una persona humana en todos sus sentidos. En ser una persona buena e ir con rectitud para no dar problemas y para no ser una persona a la cual se le tenga que estar diciendo algo negativo, sino al contrario, siendo un ejemplo para los niños y que lo vean positivo en todos los sentidos. Y no nada más en el sentido deportivo, sino en la vida familiar de cada persona.

G.: De todas formas, y supongo que por las modas, ¿es posible que los jóvenes luchadores quieran tener más fama que disciplina?

B.D.J.: Sí, definitivamente. Yo lo veo. Los jóvenes quieren ahora ser reconocidos pero quieren usar una máscara y se olvidan del sentido que tiene llevarla. Yo me he tenido que privar de ser conocido en muchos lugares de mi vida privada porque es una responsabilidad que yo acepté al usar la máscara (para no revelar mi identidad). Los jóvenes de hoy en día deberían luchar y dejar sus máscaras. En mi caso, todavía sigo conservando el misterio y el legado que mi papá me dejó.

G.: La lucha libre mexicana, por otra parte, es algo más cultural y continuo, observo. No tan show como en Europa, por ejemplo. No obstante, en EEUU es algo más. Sin embargo, cuando un luchador entra en la W.W.E., ¿la industria acaba condicionando la carrera del luchador al no dejarle tomar ciertas decisiones? Dos Caras Jr. renunció a su máscara para estar ahí, si no me equivoco.

B.D.J.: Así es. Mira, aquí tú aceptas entrar en una empresa para ganar dinero y te vendes a ellos para ganar dinero. Eso va en contra de nuestros principios, primeramente. Es cierto que es una industria que hacemos para tener dinero y para sobrevivir, pero creo que llevándolo de un modo adecuado y bien dirigido te mantiene y te deja vivir. Creo que una empresa que te condiciona lo que vas a hacer en tu vida futura no está bien. Son dueños de tu nombre, de tu personalidad, de tu manera de vestir… ¡de todo! Hay otras empresas que no, pero esas sí condicionan y quieren todo para ellos.

G.: Sin embargo, la gente aclama al enmascarado. ¿Es eterno quien nunca existió?

B.D.J.: Sí. Es eterno lo que no podemos sentir, lo que no podemos ver y lo que no podemos palpar, pero ahí está. Es la esencia.

Cortesía:  http://www.gonzoo.com y  Carlos H. Vázquez 

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