lunes, 29 de mayo de 2017

En la esquina equivocada

Foto: Cortesía de Juanele/ @MocoComics
Foto: Cortesía de Juanele/ @MocoComics
Aquella tarde fatídica, Black Shadow perdió la máscara y la oportunidad de convertirse en el primer luchador enmascarado en filmar una película. Su verdugo fue El Enmascarado de Plata. Lo platica Black Shadow Jr., regio que adoptó la capucha y la sed de revancha. Surgiría la rivalidad contra El Hijo del Santo




PRIMERA CAÍDA.- En ocasiones, una mala tarde le cambia el destino a cualquiera. Le sucedió a Alejandro Cruz, hombre de manos grandes y bigote recortado. Black Shadow le decían cuando se ponía la máscara negra y se tranformaba en aquel luchador rudo que hacía temblar a más de uno entre las cuatro esquinas del cuadrilátero.
Black Shadow o Jungla Cruz (su primer nombre de batalla) había sido observado por algunos productores de cine, quienes tenían la idea de mudar a los enmascarados al séptimo arte. Y habían pensado en Shadow para una producción méxico-cubana. El filme se llamaría Black Shadow contra El Cerebro del Mal. Había planes para que el rudo y oscuro encapuchado hiciera época en aquel experimento de meter enmascarados en la pantalla grande.
Un pequeño detalle: el protagonista tenía que esconder el rostro bajo un trapo y por aquellos tiempos, en los años 50, Black aceptaba el reto de subirse al entarimado de la Arena Coliseo para apostar la máscara ante otro rudo que despertaba pasiones. Se trataba del Enmascarado de Plata, aquel rudísimo luchador que no respetaba jerarquías, ni reglas arriba del ring. El Santo fue el primer luchador en ser descalificado por abusar de la rudeza y en aquel combate se enfrentaría a otro rudo.
¡Hagan sus apuestas! ¡Saturen la Arena Coliseo! ¡Píquense los ojos! Retrocedan la página hasta el 7 de noviembre de 1952, cuando la pasión por mirar a estos rudos arrebatarse las máscaras llevó a 12 mil aficionados de distintos rincones del país a hacer sobrecupo en la Coliseo. La Arena estaba de bote en bote y otros seis mil espectadores se quedaron en la calle de Perú, en el Centro, para saber, aunque fuera de oidas, quién había perdido la máscara.
Black debutó en la capital derrotando precisamente a El Santo, por lo que la rivalidad de dio de inmediato. Luego, Black y Blue Demon crearon la pareja de los Hermanos Shadow, acompañando el demonio azul a la sombra en aquel pleito encarnizado.
A pesar de que Black era el favorito, la suerte la tenía de espaldas. La primera caída fue para el Enmascarado de Plata, quien utilizó su rudeza para dejar fuera de combate a Shadow. Y parecía que el santito se llevaría el pleito en dos caídas al hilo, sino fuera porque Black pudo safarse e imponerse en el segundo asalto.
En la decisiva, Shadow sacó a El Santo del ring y se lanzó con un tope volador que no dio en el blanco. Subió al cuadrilátero débil, el Enmascarado de Plata aprovechó para aplicarle una rana y quitarle la máscara.
Aquella tarde, también le arrebataría al cerebro del mal, a los hombres lobo y las mujeres vampiro.
SEGUNDA CAÍDA.- Cuando Black Shadow perdió la máscara ante El Santo, Juan José Salazar tenía un año de edad y vivía en un rancho de Nuevo León.
Mi pasión por la lucha libre se dio a los 11 años de edad, en Monterrey. Pagabas 20 centavos en la tienda de la esquina para ver las luchas por televisión. ¿Mis ídolos?: El Santo y Aníbal. Un día, mi mamá fue por mí para irnos al rancho Allende, le pedí que esperara a que terminaran las luchas. ¿Qué luchadores ni qué ocho cuartos!, me respondió, al tiempo que me llevó a jalones. Ese día decidí que de grande sería luchador”.
Sus inicios los hizo bajo el nombre de Pequeño Maravilla. Luchador de baja estatura, pero agresivo en el ring. Juan José también era admirador de Kalimán, personaje que seguía en el cómic y en el programa de radio. En su honor cambiaría su nombre de batalla por el de El pequeño Solín, con el que duró 20 largos años.
Después conoció a René Guajardo, el rudo Copetes que haría mancuerna con Karloff lagarde. “René me levó a su compañía y así me aparecí en la Ciudad de México. El Santo seguía siendo mi ídolo, pero por cosas del destino, conocí primero a Black Shadow”.
Sin proponérselo, Juan José Salazar adoptaría el personaje de Black Shadow Jr., debido a la amistad que hizo con Alejandro Cruz (Black Shadow) y por la invitación de éste para ocupar su lugar.
También heredaría la rivalidad contra El Santo, con el que Black Shadow Jr. tuvo tiempo de luchar. “También me enfrenté a Blue Demon y al Rayo de Jalisco, los originales”.
Don Alejandro Cruz, en su retiro, le relataría muchas veces lo que ocurrió aquella tarde fatal en la que perdió la máscara, la misma que no se dejó quitar en el ring y menos en manos de su verdugo. Pues Black, antes de dar a conocer su rostro y nombre, se fue corriendo al vestidor y ahí entregó otra máscara a Blue Demon (su compadre), quien se apareció en el ring para entregar la capucha.
Black Shadow Jr. buscaría vengar a don Alejandro.
TERCERA CAÍDA.- En el argot teatral ‘vuelta de tornillo’ significa dar un giro total a una historia. Así le ocurrió a Black Shadow Jr., quien, de ser armirador de el Enmascarado de Plata, se convertía en su rival.
La añeja rivalidad se repetiría en las siguientes generaciones, pues Alejandro Cruz, el viejo Black,  hacía debutar a Shadow Jr. nada menos que ante El Hijo del Santo. Aquella tarde, en el Toreo, los Shadow salieron con un dulce sabor de boca.
Siempre que he luchado contra El Hijo del Santo vienen a la memoria aquellas charlas con don Alejandro. Otra vez imagino al público saturando la Arena Coliseo, los gritos, la rivalidad entre dos rudos que pondrían de cabeza una arena que se hacía pequeñita ante tanto espectador. Don Alejandro me repetía lo cruenta que fue la batalla, los topes suicidas, los golpes excesivos, la sangre en el ring y la locura en las gradas. Black Shadow no hablaba mucho de que perdió la máscara y la oportunidad de convertirse en el primer enmascarado en aparecer en el cine”.
Porque a la vida del enmascarado negro también le dio una vuelta de tuerca. En este párrafo, el lector tendrá que imaginar qué hubiera ocurrido si Alejandro Cruz, el hombre de manos grandes y bigote recortado, hubiera derrotado aquella tarde de Coliseo y aullidos en las gradas a su archienemigo El Enmascarado de Plata. Quizá el cine se hubiera llenado de películas con títulos como Black Shadow vs. el Cerebro del mal, Black Shadow vs. las mujeres vampiro y Black Shadow vs. los monstruos, entre otros filmes que hicieron época.
Black Shadow terminó sus días en un puesto del mercado Hidalgo, sin máscara, sin películas y vendiendo bolsas y maletas de plástico.
Shadow Jr. puede presumir de haberle arrebatado el cinturón de campeón mundial ligero de lucha libre a El Hijo del Santo, “aunque tiempo después me lo quitó”.
Y llegó el 15 de diciembre de 1991, en la Plaza Monumental de Monterrey, cuando los juniors se retaron máscara vs. máscara. Tiempo de revancha.
Aquella tarde, Shadow Jr. también perdió la capucha.
Cortesìa: http://www.excelsior.com.mx/ y JC Vargas


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