Cerremos los ojos e imaginemos: la lucha se realizaría en la arena y ciudad que ustedes elijan. Puede ser en Guadalajara, Monterrey, Lagos de Moreno o Tulancingo. Los réferis son Eddy Palau y El Fresero, hombres neutrales y serios como autoridad en el ring.
En el cuadrilátero hacen su aparición Universo y Mascara Año 2000, seguidos por Cien Caras. Después arriba el menor de los Guzmán: Jimmy, un joven alto, rubio y de ojos azules, seguido por el moreno Miguel Black Guzmán y atrás llega El Santo.
Ambos bandos están ataviados con chamarras, batas y capas que le dan elegancia y formalidad a la lucha libre. Suena el silbato. Universo y Jimmy son los primeros en luchar a ras de lona y después de unos minutos Andrés se queja de lo duro que es Jimmy. Se revisa los codos, brazos, manos y decide pedir el relevo a Máscara 2000, quien entra de un salto al ring, mientras que El Santo lo hace entre la segunda y tercera cuerda.
Intercambian llaves y es El Santo quien se lleva la mejor parte al aplicar una serie de palancas a los brazos de Jesús Reyes. Éste se rueda y pide el relevo a Cien Caras, quien entra sobre la tercera cuerda al ring. En tanto que Black lo hace de manera tradicional.
Inician las acciones con una toma de réferi y Black logra tirar de espaldas con un fuerte empujón a Carmelo, quien se levanta de prisa y vuelve a entrar a la toma de réferi. Entonces derriba a Miguel, pero éste, de manera astuta, aplica sus tijeras en ocho a la cabeza de Cien Caras y lo hace girar por el aire hasta derribarlo.
Sin soltarle la cabeza lo domina en la lona. Carmelo se levanta y Black Guzmán lo vuelve a tumbar, pero sin que los réferis puedan detenerlos; Universo y Máscara 2000 entran al cuadrilátero y patean sin piedad a Black para salvar a su hermano del duro castigo.
Los jueces ponen orden, pero no por mucho tiempo, pues los tres Dinamita golpean salvajemente a Jimmy, después al Santo y continúan con Black. Como no acatan las órdenes de Palau y El Fresero, son descalificados en la primera caída.
En la segunda caída los hermanos Reyes no tienen más remedio que obedecer a la autoridad y entran uno por uno. Es Jimmy quien logra aplicar una serie de topes a Universo 2000. Después es el turno de El Santo, quien aplica una par de candados y tijeras voladoras a Chuy, para después estrellarlo contra los esquineros de ring. Jesús reacciona con una patada al estómago del plateado, quien cerca de las cuerdas logra esquivar una segunda patada y Máscara 2000 sale del ring.
Black se encarga de Carmelo con una impecable serie de patadas voladoras y un abrazo de oso, pero Universo patea la espalda de su hermano y este cae encima de Black, quien queda en espaldas planas con Carmelo encima y Palau le cuenta las tres palmadas.
Máscara 2000 taclea al Santo y le aplica un doloroso cangrejo. Finalmente Universo 2000 detiene a Jimmy con un par de antebrazos que lo hacen salir del ring; esta caída la ganan los Dinamita.
La lucha se empata e inicia la tercera caída. Son los Dinamita quienes mantienen el control y respetando el relevo bajo la autoridad de los referís castigan uno por uno a los tres Guzmán. De pronto, El Santo reacciona y da una serie de rodillazos en pleno rostro a Carmelo, lo derriba y da el relevo a Black, quien entra lleno de furia y azota un par de veces contra la lona al mayor de los Dinamita para aplicarle una palanca a los brazos. Carmelo resiste, rompe el castigo y entra Universo con patadas voladoras que esquiva Black; acto seguido, le aplica una Nelson y lo acuesta para que El Santo, con su tope de clavado, caiga en su abdomen.
Tras el impacto, Andrés gira boca abajo y El Santo aplica la de a caballo. Black aplica una Gory especial a Máscara 2000 y Cien Caras, al ver que están a punto de ser rendidos sus hermanos, faulea en las partes nobles a Jimmy. De esta manera, los Hermanos Dinamita son descalificados por El Fresero y Palau.
Los ganadores son los Guzmán, pero los Reyes, a pesar de perder, se burlan cínicamente de sus rivales y se van entre chiflidos a los vestidores, encarando al público.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo
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