ABRIÓ LAS PUERTAS DEL MUNDO PARA LA LUCHA NACIONAL
En la anterior entrega de nuestros Sensacional de Lucha Libre conocimos a uno de los integrantes de la recordada "Ola Blanca", hoy repasamos la impresionante trayectoria de otro de los laguneros que sembraron terror en las arenas que se presentaban: el inigualable Doctor Wagner.
A pesar de no ser nativo de la Comarca Lagunera, ya que vio la primera luz el 26 de mayo de 1936 en la ciudad de Zacatecas, es considerado torreonense debido a que su familia se mudó a esta ciudad cuando Manuel González Rivera, nombre que aparece en su acta de nacimiento, era aún muy pequeño. En "La Perla de La Laguna" obtuvo su crianza para la vida y también empezó a aprender los secretos de la lucha libre al asistir al gimnasio Hércules y bajo la batuta de Roy Velasco, aunque tuvo que pasar temporadas en Chihuahua y los Estados Unidos, trabajando para ayudar en la economía familiar, nunca abandonó su ambición de dedicarse a la lucha libre, al tiempo que alimentaba su reacia personalidad, perfecta para militar en el bando de los rudos.
Su debut como profesional en los encordados sucedió a principios de la década de 1960, lo hizo bajo el nombre de "Manny Rivera", sosteniendo algunos combates hasta que de regreso en su Torreón, el promotor Gonzalo Gómez lo bautizó como "Doctor Wagner", naciendo la leyenda del Galeno del Mal. Apunta el historiador de lucha libre Joel Flores, que Wagner debutó en la Plaza de Toros Torreón entre los años 1963 y 1964, mientras que su presentación en la Arena Coliseo de la Ciudad de México sucedió en 1966, dentro de un torneo de parejas en el que hizo equipo con Ángel Blanco, quien se convirtió en su inseparable amigo y en un extraordinario compañero para las batallas que sostendrían alrededor de todo el territorio nacional.
LA “OLA BLANCA
No pasó mucho tiempo para que a esa dupla se uniera el lagunero Gran Markus (Juan Chavarría, QEPD) para formar la inolvidable "Ola Blanca", equipo que sembraba el terror en cada arena donde se presentaba, al aplicar una rudeza implacable hacia sus rivales en turno. Con una ruda personalidad y capacidad técnica envidiable, el Doctor Wagner, también apodado "Simón Blanco", supo escalar hasta alcanzar la cumbre de la fama nacional y tuvo en sus manos cetros como el Campeonato de Parejas al lado de Ángel Blanco, el Campeonato Mundial Semicompleto de la NWA y el Campeonato Nacional Completo.
Con su carrera en ascenso, Doctor Wagner nunca olvidó a su querida Comarca Lagunera y aprovechaba cualquier receso para luchar ante sus paisanos, dándose tiempo para establecer su familia en esta ciudad al casarse con Magdalena Barrón, procreando a Óscar, César, Juan Manuel y Mayra, quienes son dignos herederos de la Dinastía Wagner y continuaron el brillante legado de su padre. Su calidad lo llevó a recorrer los más grandes escenarios de México, Estados Unidos y Japón, inmortalizando su equipo en color blanco y el atesorado antifaz que él mismo creó y que se convirtió en un emblema de la lucha libre mexicana, ayudando a que los gladiadores de este país ganaran respeto y fueran codiciados alrededor de todo el planeta.
Quizá la más dura derrota de su carrera la sufrió el 1 de diciembre de 1985, cuando en la ciudad de Monterrey, el "Galeno del Mal" perdió su máscara ante El Solitario, otra de las fulgurantes estrellas del pancracio nacional. Pero algo todavía peor llegaría el 27 de abril de 1986, cuando viajaba de Nuevo Laredo a Monterrey para cumplir con un compromiso de trabajo, el auto en el que se transportaba junto a Ángel Blanco, Jungla Negra, Solar y Mano Negra, sufrió una ponchadura y volcó aparatosamente. Ahí perdió la vida Ángel Blanco y el Doctor Wagner quedó prácticamente inválido, aunque los pronósticos apuntaban a que nunca más podría caminar, su fortaleza y voluntad le hicieron sobreponerse, aunque nunca más volvió a los encordados.
Regresó a su Comarca Lagunera para fundar un gimnasio donde entrenaban sus hijos y él mismo se hizo cargo de la formación de Misterioso Junior hasta que se convirtió en gladiador profesional. Manuel González incluso manejó un taxi, oficio que ejerció más por gusto que por necesidad, mientras disfrutaba pasar tiempo con su familia después de largos años de viajes constantes. La muerte lo sorprendió el 12 de septiembre del año 2004, cuando un infarto lo mandó al hospital, de donde no saldría con vida e iniciaría la gran leyenda de Doctor Wagner. Dicen quienes lo conocieron que era una persona "de pocas palabras, pero de gran corazón", quienes lo conocieron a través de la rica historia de la lucha libre mexicana, saben que sin duda es una de las más grandes estrellas de todos los tiempos en el pancracio nacional.
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Cortesía: www.elsiglodetorreon.com.mx y AARÓN ARGUIJO GAMIOCHIPI
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