jueves, 22 de octubre de 2015

La Leyenda de una Mascara 1989




EL FILME "LA LEYENDA DE UNA MASCARA" DE JOSE BUIL: LUCHADORES, "THRILLER" Y CULTURA POPULAR 

  “El Ángel Enmascarado vive y vive por amor”, le confiesa el periodista Olmo Robles (Damián Alcázar) a su esposa Blanca (Marta Papadimitriou) cuando se encuentra encerrado en la cárcel por violar la tumba del citado luchador enmascarado, justo al final de la trama. En esta declaración al final de la película se concentra el profundo secreto en torno a un luchador mexicano de ficción que supuestamente fue sepultado. De este modo, la “leyenda” de dicho luchador enmascarado se construye en torno a este secreto en especial y a otros más sobre su vida como personaje de filmes e historietas y sobre su propia vida privada. Estos secretos definen el tema central de la película: El misterio de la identidad personal del luchador. Luego de la declaración de Robles, la voz en “off” del estrafalario personaje Juan J. Luna (Héctor Ortega) cierra la película diciendo que El Ángel volverá como personaje de ficción, para desconcertar aún más a los espectadores y hacerlos dudar sobre los límites entre la realidad y la ficción en todo el filme.

Esta secuencia final de la trama forma parte de la interesante y divertida película La Leyenda de una máscara (México, 1989) del director mexicano José Buil. Para diseñar el argumento de esta película, este filme toma algunos elementos biográficos del histórico luchador mexicano El Santo, El Enmascarado de Plata, cuyo nombre verdadero era, precisamente, Rodolfo Guzmán Huerta. Con este referente histórico, el filme juega con la realidad y la ficción, mezclando el cine de luchadores, el thriller y diversos elementos de la cultura popular (historietas, filmes, videos, carteles o pósters, radio y libros biográficos sobre luchadores). En general, esta película es un drama realista y una película de luchadores con asunto policiaco.

         Al principio del filme, Olmo Robles —periodista alcohólico, loser y empleado marginal— investiga la verdadera identidad personal de El Ángel Enmascarado, justo después de la misteriosa muerte del luchador legendario, por orden de su jefe López (Pedro Armendáriz), el director de la revista de lucha libre Costalazos.  El Ángel Enmascarado ha sido personaje de numerosas historietas y filmes de luchadores, como el histórico luchador mexicano El Santo. Durante la transmisión televisiva del funeral del famoso luchador enmascarado, un periodista describe positivamente al fallecido deportista y acuña la idea de que comienza la leyenda del atleta con su muerte. Este periodista dice en particular: “Muere el hombre, el luchador, el deportista. . . Nace la leyenda” (Buil). Entonces, Robles entrevista primeramente al mencionado J.J. Luna, un misterioso y estrafalario creador de las historietas y director de la editorial Aventuras, quien vive en un sombrío apartamento de un edificio. Luego, el periodista ve un video del director de cine Aníbal Quijano (Fernando Rubio), filmado antes de que muriera de cáncer este famoso cineasta. También, Robles entrevista a otras personas que conocieron al luchador (el cantinero Jacinto, un taxista) y poco a poco descubre en qué consiste la misteriosa “leyenda” del héroe enmascarado, la cual está entretejida con diversos elementos del cine negro, romances, fama y hasta la misteriosa y absurda creación de un supuesto doble del distinguido atleta del encordado. Finalmente, Robles entra en la lujosa mansión del Ángel y se entera que la actriz Lina Roma (Gina Morett), la amante del luchador, mató de un balazo al engendro creado por Luna y Quijano para sustituir al luchador original. En consecuencia, el luchador enterrado es el doble de El Ángel Enmascarado. Entonces, el periodista entra al cementerio y abre la tumba del extinto y famoso luchador, la policía lo aprehende justo en el lugar de los hechos y Robles es condenado a prisión por el delito de profanación de tumbas.

En general, la trama de la película de Buil configura la doble vida que lleva el protagonista. La pública, como luchador de los encordados y como héroe de ficción que representa el bien y la justicia en filmes e historietas, como una especie de James Bond del cine mexicano. La privada, con sus amores con Emilia y la actriz Lina Roma. Thriller y parodia del cine de luchadores, el filme de Buil es un homenaje indirecto a la historia de El Santo, quien muere en la década de los ochenta y es sepultado con la máscara puesta. Miles de mexicanos asistieron al funeral del famoso y legendario Enmascarado de Plata y las escenas fueron transmitidas por algunos canales de la televisión mexicana. La época grande de El Santo y la Época de Oro de la lucha libre mexicana se remontan a la década de los cincuenta, cuando el Enmascarado de Plata se enfrentó al legendario Black Shadow en un duelo de máscara contra máscara y cuando se transmitieron las primeras funciones de luchas libre por televisión. La película de Buil refiere que la amistad entre el editor J.J. Luna y El Ángel Enmascarado comienza en 1955. Sin embargo, cuando entrevistan a algunos luchadores durante el funeral de este personaje creado por la imaginación artística de Buil aparece el luchador El Demonio Rojo y éste menciona a El Santo como personaje todavía vivo y famoso. 

El filme de Buil es también un sentido, humorístico y creativo testimonio de la lucha libre mexicana y de toda la cultura popular que ha generado en torno a este deporte. Como se sabe, la lucha libre es uno de los grandes espectáculos y deportes nacionales durante los siglos XX y XXI. En especial, las máscaras ofrecen una gran carga de arte, misterio, mito y pasión colectiva. Incluso, las máscaras son un objeto de arte y artesanía muy importante en México desde la Época Prehispánica. En este sentido, el cineasta Buil explora temas muy mexicanos con mucha creatividad y talento: Las máscaras como objeto de culto y de misterio y la lucha libre. Junto a la lucha libre en los rings mexicanos, la película recrea la cultura popular propia de la segunda mitad del siglo XX con fina imaginación, punzante humor y atractivas técnicas fílmicas, tales como la inserción de la historieta como un muy imaginativo y artístico dibujo animado que relata brevemente una particular aventura del personaje de El Ángel Enmascarado dentro de un cómic en particular. Los elementos de la cultura popular integradas a la trama principal del filme de Buil son el cine de luchadores y de vampiros, las historietas, los videos, los carteles, el radio y los libros biográficos de luchadores. Con todos estos elementos poderosos propios de la cultura de masas del siglo XX, el filme se convierte en un interesante y bien construido thriller o cine negro, desarrollado en las calles de la Ciudad de México, durante la época contemporánea. En este caso, el protagonista de esta muestra de cine negro no es el clásico detective o el policía como el investigador central de la vida misteriosa de El Ángel Enmascarado, sino un  periodista de la lucha libre, un ser marginal que es alcohólico y loser y que, sin embargo, descubre grandes verdades sobre el fallecido luchador. Desafortunadamente, el periodista  termina en prisión y es visto por la justicia del Estado como un criminal, un loco y un alcohólico que solamente revela la verdad verdadera a su esposa. En este sentido, el punto de vista narrativo dominante no es el del Estado (la policía), sino el de un miembro de la sociedad civil, lo cual permite ocultar la gran verdad sobre el luchador mexicano. Así pues, Olmo Robles es un periodista del encordado y se convierte en un poderoso testigo de los hechos misteriosos y verdaderamente legendarios del protagonista, El Ángel Enmascarado: Su sobrevivencia secreta por amor a una mujer, la actriz Lina Roma.

         La parodia y el humor son esenciales dentro de toda la película de Buil. Estos dos elementos son desmitificadores y permiten ver la historia de El Ángel Enmascarado como mera ficción, más allá del enfoque público sobre el destacado luchador mexicano. Por ejemplo, la vida privada del luchador es un tanto absurda, pues vive y convive con su primera esposa Emilia (María Rojo), siempre vestido con su característica máscara dorada, y siempre mantiene su identidad personal oculta dentro de su misma familia. Como consecuencia, el hijo de ambos cónyuges viste con una mascarita dorada y aparece en algunas fotos con la capucha. Aunque se enfatiza el misterio y la leyenda aun en la propia vida privada, la exageración de algunas escenas deriva en humor. Por otro lado, el supuesto destino futuro de la primera esposa tras el divorcio es un asunto muy jocoso. Luego del divorcio, ella se va a los Estados Unidos y se practica una operación de cirugía plástica con el propósito de ser una verdadera persona anónima y liberarse de la fama de su exmarido. Es decir, la nueva identidad de la esposa es como una máscara de piel.

Por su tema de los luchadores, el filme de Buil entronca con el drama teatral Máscara contra Cabellera del mexicano Víctor Hugo Rascón, el cual fue publicado y representado durante la década de los ochenta. Mientras que el dramaturgo Rascón enfatiza la corriente teatral del Realismo Poético (Apolo es un personaje con poderes sobrenaturales) y la del Realismo Verdadero (la lucha sindical entre luchadores causa la muerte de Apolo), el filme de Buil privilegia el humor desmitificador, la cultura de masas en torno a la lucha libre (historietas, cine, radio, televisión, literatura, carteles), la historia periodística y, en especial, la leyenda del luchador mexicano, dentro de un contexto social realista de México.

         Otros elementos interesantes de la película de Buil son el tema del luchador como auténtico héroe mexicano en contraste con los superhéroes estadounidenses y el papel central de los medios de comunicación masiva en la construcción de la fama y la leyenda de los luchadores. Primeramente, la película contrasta el nacionalismo y el realismo del luchador enmascarado en contraste con el superhéroe de ficción típico de la cultura norteamericana (v. gr. Batman) y con el detective propio de la cultura británica (v. gr. el ficcional James Bond). En segundo lugar, los medios de comunicación masiva cumplen un papel determinante en la construcción de la fama, de la ficción y de la parodia del cine de luchadores. En consecuencia, dentro de la trama del filme, aparecen otros documentos narrativos claves sobre el luchador protagonista. Por ejemplo, las historietas sobre El Ángel Enmascarado son obra de la imaginación creadora de Juan J. Luna, un editor que se viste extrañamente como aviador de principios del siglo XX (chaqueta, botas y gorra de cuero en color café). Por este motivo, la película incluye bellísimas escenas de la historieta, pero en forma de un dinámico cómic configurado con creativos dibujos animados. También, los filmes de vampiros y luchadores aparecen de manera sincrética en las creaciones del cineasta Quijano, se exhibe un secreto video en que Quijano habla de su papel como director de las películas de El Ángel y se muestra un libro biográfico sobre el legendario luchador enmascarado cuyo autor es el fallecido escritor Zamarripa (Gabriel Pingarrón). En el video, el propio Quijano sostiene un juicio cinematográfico polémico: Que “El Ángel modernizó al cine mexicano” y que “nadie se dio cuenta de ello” (Buil).

Finalmente, la parte de la trama más inverosímil y paródica es que Luna y Quijano crean un doble del luchador enmascarado cuando tienen problemas profesionales y personales con El Ángel Enmascarado. Entonces, esta secuencia es una absurda parodia y un intertexto de de la novela Frankestein de la escritora británica Mary Shelley. En este episodio, se ve un laboratorio secreto donde Quijano y Luna ponen una cabeza a un luchador que yace en una mesa de operaciones y lo hacen vivir como Frankestein. Este segundo luchador, fabricado en el laboratorio, se encuentra al final de la trama con el verdadero Ángel Enmascarado dentro de la mansión del famoso luchador, ambos luchan y, finalmente, Lina Roma da muerte al falso luchador mediante un balazo con una pistola. En consecuencia, este doble es el cadáver enterrado en el funeral público narrado al comienzo de la película de Buil.

En suma, toda esta interacción de textos culturales y de documentos de la cultura popular perturba el nivel de realidad que construye toda la película. De esta manera, esta yuxtaposición de textos ficcionales, algunos muy absurdos e inverosímiles, se mezclan con la supuesta realidad inicial del filme, para subrayar el carácter legendario del luchador enmascarado. Por esta razón, los espectadores del filme pueden pensar que toda la película es, posiblemente, una película de ficción, pues la película de Buil cierra con una repentina y curiosa declaración de Juan J. Luna, quien informa que El Ángel volverá. Sin embargo, esta declaración también puede referirse exclusivamente al Ángel ficcional de las historietas y filmes. Según la resolución de la trama del filme, la verdad descubierta por el periodista Olmo Robles —la existencia del luchador enmascarado por amor— queda al final como un posible hecho más dentro de la leyenda general construida en torno a El Ángel Enmascarado, pues la prisión del periodista ocurre dentro del orden de realidad social de México, la cual fue propuesta al principio de la película de Buil. Esta verdad oscura y misteriosa sólo es conocida por un periodista marginal, alcohólico y supuestamente criminal y loco. Con estas interacciones de textos de la cultura popular, el filme se enriquece narrativamente dentro de la ficcionalidad configurada por el cineasta Buil.

Para reforzar el nivel realista del filme de Buil, la película se ubica en la Ciudad de México, especialmente en escenarios nocturnos: En sus calles, bares, cines y monumentos históricos representativos. En especial, hay algunas escenas en el Bar Montmartre, en el Cabaret El Ratón, en el Monumento a la Revolución y cerca de la estatua de El Ángel de la Independencia, la cual se encuentra situada en la Zona Rosa. En particular, la resolución de la trama transcurre en una hermosa y elegante casa de cantera, protegida por un elevado cerco, la cual constituye la fortaleza de El Ángel Enmascarado. En general, el tiempo de la historia central es cronológico, pero aparecen algunos retrocesos en el tiempo para narrar, por ejemplo, un encuentro fugaz del periodista Robles con el propio luchador leyenda cuando este deportista le regala la credencial del luchador al primero y para contar, especialmente, la vida familiar del luchador con su esposa Emilia y su pequeño hijo dentro del hogar. Asimismo, en la trama se mencionan y/o aparecen otros personajes históricos importantes dentro del medio de la lucha libre, tales como El Santo y el famoso cronista mexicano Ángel Fernández, quien actúa en una secuencia en la televisión con El Ángel Enmascarado.

         La leyenda de una máscara de Buil pertenece al Nuevo Cine Mexicano, una corriente de cine desarrollada especialmente en las décadas de los ochenta y los noventa, bajo el impulso principal del Instituto Mexicano de Cinematografía. El guión y el argumento fueron escritos por el propio José Buil. La película recibió cuatro Premios Ariel en 1991 por Mejor Ópera Prima (el propio Buil), por Mejor Fotografía (Henner Hoffmann), por Mejor Ambientación (Patricia Eguía y Alfonso Morales) y por Mejor Actor de Cuadro (“La leyenda”). Buil dirigió también el filme La línea paterna durante la década de los noventa. El famoso sitio de cine www.imdb.com  clasifica La leyenda de una máscara como un drama y como un filme de acción y de crimen y le otorga una calificación de 5.9 de diez puntos posibles (“La leyenda”).  

Obras citadas

Buil, José, dir. La leyenda de una máscara. Instituto Mexicano de Cinematografía, 1989.

“La leyenda de una máscara.” IMDb. 5 mayo 2014. Amazon Company.
<http://www.imdb.com/title/tt0097738/>.
Cortesía:  http://roblesoscar6.blogspot.com y Óscar Robles

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