Los estudios de animación Pixar, responsables de maravillas como Toy Story, Inside Out, Up o Wall-E pero últimamente muy apagados, encienden todas las luces de la inspiración y recuperan sus mejores colores para ofrecernos una nueva delicia. Cocotoma con imaginación y respeto la rica cultura mexicana sobre el culto a los muertos, convirtiendo lo truculento en tierno y reflexionando con delicadeza y sencillez alrededor del recuerdo y el olvido. «Si se acuerdan de ti, todavía vives», escuchamos en los diálogos del filme, soberbia lección para una animación infantil.
Cual Billy Elliott, Coco, el niño protagonista, quiere cantar en la única familia de todo México que odia la música, pues el tatarabuelo del chaval se fue un día de casa, como todo buen mariachi sinvergüenza de la legua. Nunca más se supo de él. El joven artista sueña con triunfar en un concurso de nuevos valores que se monta la noche del Día de Muertos. Pero no tiene guitarra y la va a robar al panteón de su admirado artista Ernesto de la Cruz, un Jalisco a lo Jorge Negrete. Esa es la puerta a la tierra de los muertos.
La gestualidad de los humanos dibujados es maravillosa -las expresiones del niño son maestras, plenas de sentimiento- pero las de los esqueletos no les van a la zaga: estos muertos están muy vivos. Hay un claro prodigio de diseño: el perro hijo de mil leches, con una lengua sin fin. Y las fotos, claro, las fotos cargadas de vida. Si nadie pone tu foto en el altar, eres un esqueleto que no saldrá la noche del recuerdo.
Negrete, Lupe Vélez, el Indio Fernández, Santo el enmascarado de plata o Frida Kahlo se dan la mano en una comunión perfecta. Y hay mucho de La novia cadáver y de Pesadilla antes de Navidad, pero también de Bajo el volcán, del folletón, de la estampa mexicana y del folclore azteca. Cuando la música de la cabecera de la Disney cambia a un corrido, cuando paseamos por el cementerio encendido de velas y atravesamos el puente dorado que separa el mundo de los vivos y los muertos, entonces de verdad que entramos en espacios a los que, hoy por hoy, solo la Pixar nos puede llevar.
Estados Unidos, 2017.
Dirigida por Lee Unkrich.
Dibujada por Danielle Feinberg y Matt Asbury.
Animación.
108 minutos.
Cortesía: https://www.lavozdegalicia.e y EDUARDO GALÁN BLANCO
No hay comentarios:
Publicar un comentario