Talentos. El originario de Teocaltiche, Jalisco, era
dibujante, pintor, diseñador y guionista y todas sus facetas las desarrolló con
calidad. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)
La imagen de El Santo, el Enmascarado de Plata no hubiera
tenido la importancia que tiene hoy en la cultura popular mexicana de no haber
sido dibujada por José G. Cruz en una historieta que cobró gran fama nacional,
en el auge de este género en el país en la década de los 30. El nacido en
Teocaltiche, Jalisco, en 1917, dibujó las aventuras del héroe mexicano,
luchador enmascarado, pero además hizo carteles publicitarios, ilustró también
historietas como Adelitay la Guerrilla, la primera heroína mexicana,
y realizó guiones y argumentos para un gran número de películas de la Época de
Oro del cine Mexicano.
En parte por el auge de la televisión, o por la desmemoria,
la figura de José G. Cruz fue perdiendo popularidad hasta ser olvidada por el
grueso de la sociedad, sus fanáticos y quienes conocen la historia del cine y
de las historietas han ido conservando su recuerdo dentro de cajas,
coleccionando revistas y pósteres. En el marco de su centenario, el Museo de
Arte y Cultura Popular de Jalisco inaugura hoy una exposición que busca
rememorar a la gran figura y a su legado a través de piezas de colección,
revistas y otros objetos de la vida y la obra del jalisciense. La muestra se
titula De la tira cómica a José G. Cruz, primer centenario.
En entrevista Jaime Aurelio Casillas Franco, el curador de
la muestra, comentó a NTR que la razón de ser de la exposición, además de
celebrar el primer centenario del personaje, es contar una figura poco conocida
por las nuevas generaciones: “En el pasado fue un hombre muy celebrado y
reconocido, él inventó y creó a El Santo en revistas, el cómic nació en 1954 en
mayo y él inventó un proceso en el mundo de las historietas que era combinar el
dibujo con fotografías y luego creó las fotonovelas. Es un personaje
polifacético, un creador en todo el sentido de la palabra, fue actor, músico,
guionista y argumentista de cine, muchas de sus historias fueron parte de la
cultura del siglo 20”.
La exposición se divide en varias secciones como varias
fueron las ramas en las que se desenvolvió en vida. Por una parte datos
biográficos que arrojan luz sobre sus inquietudes, sus primeros diseños,
incluso imágenes publicitarias que se usaron en cajas de cerillos, hasta
carteles de grandes películas: revistas que datan de 1939, el primer número de El
Santo, la máquina donde escribió los episodios, entre otras piezas de
colección importante.
José G. Cruz comenzó a pintar desde muy joven, su familia
notó de inmediato sus dotes para el dibujo, debido a la Guerra Cristera, que en
muchas ocasiones inspiró sus obras, su familia tuvo que radicar en Estados
Unidos un tiempo y fue en ese país que una maestra de la escuela le dio un
premio por primera vez por su talento. Ya en su juventud se mudó a la Ciudad de
México, en donde sus historietas cobraron gran importancia, sobre todo cuando
las aventuras de El Santo, un luchador que apenas era conocido en el centro del
país, le dieron la vuelta a todos los estados
Por su parte la señora Griselda Cruz, hija del difunto
artista, comentó que el gran legado de su padre fue haber alfabetizado a una
gran parte de la población: “Debido a la pobreza que vino después de las
guerras y la guerrilla muy poca gente tenía educación, pero El Santo de
inmediato llamó la atención de todos, porque supongo que se sentían identificados
con las imágenes y las historias, además de que entonces las revistas en donde
se publicaban eran mucho más accesibles que la televisión o el cine”.
Cuando la película tomada de su historieta salió a la
pantalla grande y cobró la fama de la que aún goza, la figura de G. Cruz se fue
haciendo transparente. A finales de los 60 tuvo un fuerte conflicto con Rodolfo
Guzmán Huerta, quien personificaba en la lucha libre a El Santo, un conflicto
que fue a los tribunales en donde ganaría Cruz. Después de ello, cuenta su
hija, el caricaturista estaba cansado y se retiró, cerró su editorial, que
llevaba su nombre y se fue a vivir a Beverly Hills a pintar, esta vez al óleo,
hasta el final de sus días.
“Trabajó toda su vida y amó lo que hizo hasta el final,
el legado que dejó es incuestionable y nos habla de un mexicano trabajador que
soñó con grandes héroes”
Griselda Cruz, hija de José G. Cruz
Griselda Cruz, hija de José G. Cruz
Asiste
La exposición De la tira cómica a José G.
Cruz, primer centenario se inaugura hoy en punto de las 19:30 horas.
La cita es en calle San Felipe 211, esquina Pino Suárez, Centro de Guadalajara.
La entrada es libre
Cortesía: http://www.ntrguadalajara.com/ y Alejandra Carrillo
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