Súper Muñeco y Máscara Sagrada posan con sus reconocimientos
que les otorgó la novel revista ADN de Campeones
Las dos fotos de arriba son la mäscara de Super Muñeco de la colección del Azote Venezolano.
En el deporte los reflectores siempre van hacia las canchas,
las piscinas, las pistas o los cuadriláteros. Algo lógico, siempre hacia los
deportistas. Sin embargo, las historias no sólo están ahí…
Basta con mirar a las gradas, a las tribunas, para encontrar
algo que contar, como la afición de don Fermín Abelardo Pech Pacheco.
Para muchos, tener 62 años y ponerse un traje de payaso
podría ser ridículo, pero para Fermín, aficionado a la lucha libre, ir a las
funciones caracterizado como Súper Muñeco, desde hace casi 20 años, es todo un
homenaje a su gran ídolo.
En días pasados, en el marco de la presentación de la
revista deportiva ADN de Campeones, don Fermín se reencontró con Súper Muñeco,
quien llegó Mérida con Máscara Sagrada, otra de las leyendas del pancracio.
“Me gusta vestirme como él (como Súper Muñeco), llego así
las funciones y los niños se me acercan y se toman la foto conmigo. Yo siempre
les digo que no soy el original, que soy un aficionado”, platicó don Fermín,
mientras miraba al “payaso” enmascarado recibir un reconocimiento de manos de
Hugo Rosas, director de ADN de Campeones.
La admiración de don Fermín hacia Súper Muñeco fue un tanto
circunstancial. Nunca pensó que llegaría a trascender, pero hoy lo conoce todo
el que ha ido a una función de lucha libre en Yucatán.
“Fue para un carnaval. Necesitaba un disfraz y me compré la
máscara de Súper Muñeco, me la puse y todos querían una foto conmigo. Después
de eso me la empecé a poner en las funciones de lucha y luego decidí hacerme el
equipo completo. Actualmente tengo cuatro trajes diferentes”, comentó.
“Hubo un día en que Súper Muñeco luchaba en San Pedo Nohpat,
pero ese mismo día le programaron a mi esposo una operación de párpado. Él
estaba muy triste por no poder ir a la lucha, sin embargo, un medicamento se
agotó y no pudieron operarlo. Lo primero que dijo cuando salió fue ‘me voy a la
lucha’ y ese día platicó por primera vez con su ídolo”, recordó la compañera de
locuras de don Fermín desde hace 18 años, su esposa Gloria Araceli Centeno
Azcorra.
“Es día se me quedó viendo (Súper Muñeco) y pensé que me
reclamaría, porque no sólo me pongo la máscara como cualquier aficionado, sino
me pongo el traje completo y, como tenemos complexión parecida, pues es fácil
que nos confundan. Sin embargo, luego de su lucha, regresó del vestidor, me
regaló una playera y me dijo que cuando un aficionado me pidiera un autógrafo, le
hiciera un garabato, sobre todo si se trataba de un niño”, contó don Fermín,
quien labora como encargado de mostrador en una refaccionaria.
Un grande
Hablar de Súper Muñeco es hablar de uno de los luchadores
mexicanos más exitosos. Su trabajo ha llegado a todos los rincones de la
República, incluso a Estados Unidos y Japón. Suma un centenar de máscaras
ganadas —según él, sólo superado por Estrella Blanca y el Hijo del Santo— y
alrededor de 40 cabelleras, entre ellas la del yucateco Halcón Rojo padre, a quien
rapó en uno de aquellos llenos en el Polifórum Zamá, también presenciado por
Fermín.
“Cada que vengo a Mérida me acuerdo del Halcón Rojo. Cuando
éramos chavos tuvimos una gran rivalidad que terminó en un duelo de máscara
contra cabellera (el 4 de marzo 2007). Fue un gran luchador”, recordó Súper
Muñeco en una charla con el Diario en la que compartió su opinión sobre el
fanatismo de don Fermín: “Claro que lo conozco, lo he visto un par de veces,
hemos platicado y sé que lo que hace es como un homenaje y no como un
usurpador, porque a pesar de tomarse fotos con aficionados con mi equipo
puesto, siempre les dice antes que no es el original Súper Muñeco. Antes me
molestaba mucho, pero cuando lo conocí me dijo que no era luchador, que era un
aficionado y admirador de mi trabajo. No hay porqué enojarse. El admira mi
trabajo y yo admiro su afición”, aclaró el luchador.
En pleitos legales
La otra cara de la moneda la vive Máscara Sagrada, pues
últimamente se la pasa más tiempo en los juzgados que en los cuadriláteros,
debido a que su personaje ha sido “clonado” y vendido en arenas de todo el
país, como si se tratara del mítico enmascarado que, incluso, llegó a gozar de
los restos de la época dorada del cine de luchadores.
“Llevo muchos años en esto (debutó en 1978) y ya es hora de
ir pensando en el retiro, pero no me iré sin antes acabar con todas aquellas
personas que se ponen mi ‘tapa’ y andan por todo el país engañando al público
presentándose como Máscara Sagrada. Mis dos hijos (Máscara Sagrada Jr. y el
Hijo de Máscara Sagrada) son los únicos autorizados para usar mi personaje”,
aclaró el luchador, que agregó que el pancracio necesita del apoyo de los
medios para que sea el éxito de antaño. —
Cortesía: http://yucatan.com.mx
y Gonzalo Enrique Sandoval García Chalosando
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Muñeco y Máscara Sagrada posan con sus reconocimientos que les otorgó
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