El Ciclón, en una sesión de fotografías, en la puerta de la Cinemateca Boliviana.
Antes de colocarse su máscara de luchador, Erasmo Chambi sonríe con
timidez. Pero apenas se la pone se convierte en El Ciclón; pareciera
que sus brazos se llenan de fuerza. "Siempre es una felicidad
regresar a Bolivia”, dice.
Y es que esta visita tiene un significado muy especial para El
Ciclón, ícono de la lucha libre boliviana y que vive en Argentina,
porque participará en el estreno de una película que retrata su vida. Se
trata del documental titulado La Paz en Buenos Aires, dirigido por el
argentino Marcelo Charras. La cinta será estrenada el jueves, a las
19:30, en la Cinemateca Boliviana.
Chambi lleva la lucha libre en las venas. Descubrió su pasión a los
tres años, cuando se pasaba horas y horas contemplando los afiches y las
películas de los famosos luchadores mexicanos. A esa edad, ya había
decidido su futuro. "Muy pocos me creen, pero a esa edad ya había
elegido mi nombre de luchador: El Ciclón”, recuerda.
Chambi cumplió su sueño de subir a un cuadrilátero como El Ciclón a
los 16 años, cuando debutó por primera vez en un ring. Poco a poco, su
personaje ganó fama en la televisión nacional y se convirtió en una
estrella de la lucha libre de Bolivia. Sin embargo, El Ciclón tenía
ganas de aprender más y convertir su pasión en una verdadera profesión.
Entonces, en 1994, se fue a Buenos Aires, Argentina, para promover la
lucha libre que entonces no se practicaba.
La primera vez que subió a un ring de un gimnasio de Buenos Aires dejó
sin palabras a los entrenadores y su contrincante. "Le hice una llave
sencilla y se puso a gritar”, comentó y luego agregó sonriendo: "En
Bolivia, los luchadores somos muy rudos y fuertes”.
Entonces, Erasmo decidió, junto a su esposa e hijos, migrar al país
vecino. Vivir en Buenos Aires no fue fácil. Se dedicó primero a la
costura, oficio con que aún gana dinero por su destreza como sastre.
Luego, decidió expandir su pasión y se puso a enseñar lucha libre en
las villas.
Poco a poco, consiguió patrocinadores y se puso a luchar. Hoy es
también conductor de un programa de radio que promueve el folklore
boliviano.
En los últimos años, la vida y la pasión de Chambi por la lucha
libre conquistaron la atención de los periodistas argentinos de
medios de comunicación como El Clarín, Telefe y otros.
Tras esas publicaciones, Erasmo captó la mirada de Charras, quien
decidió llevar al cine la historia de aquel inmigrante boliviano que
enseñaba lucha libre a los jóvenes en Buenos Aires.
Al principio, Chambi se mostró receloso ante la propuesta de documentar
su vida en un filme. "Me daba desconfianza, pero me sorprendió que él se
interese tanto en mi vida que hasta viajó a Bolivia para entrevistar a
mis compañeros de lucha libre”, dijo.
Después de insistentes llamadas telefónicas, Charras convenció al
luchador para rodar la película. Hoy El Ciclón está orgulloso por su
primera incursión en el celuloide.
Cortesía: http://www.paginasiete.bo y Anahí Cazas
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