viernes, 8 de abril de 2016

Me Sobra Coraje





Estimados y fieles amigos de Él Gráfico, como cada viernes me dirijo a ustedes con mucho gusto en estas páginas y en esta ocasión quiero aprovechar para agradecer sus comentarios y que algunos de nuestros lectores me honren con guardar mis entregas en original para que se las firme ¡porque las coleccionan!


Muchas gracias por su preferencia y por su fidelidad a este diario.

De la alegría y el agradecimiento pasaré a temas que son poco común que hable y uno de ellos es el delicado caso de Dafne Fernández, la chica ultrajada por cuatro sujetos en Veracruz.

Si bien es cierto que trato de no opinar (como personaje), de temas polémicos como religión, narcotráfico, partidos políticos y todos estos asuntos que entran en controversia y que se vuelven sumamente complejos, mismos de los que yo, como El Hijo del Santo, siempre me mantengo al margen, y no porque no me de cuenta, porque no me entere y viva “en otro planeta” o porque no tenga interés de lo que pasa a mi alrededor y en nuestro México.

CAMBIO. Hoy, ustedes disculparán pero no puedo hacer caso omiso, y pienso que ustedes tampoco deberían de hacerlo, a lo que he estado viendo en redes sociales, periódicos y la televisión.

Amigos lectores, quiero decirles que estoy muy indignado y muy dolido por este hecho y por muchos otros. En particular este asunto me parece que ha rebasado cualquier limite de vergüenza, de tolerancia por parte de las autoridades correspondientes y de injusticia (hasta este momento) por parte de las leyes y la propia vida.

Al único Porky que había conocido es al de la caricatura y a mi compañero luchador José Alvarado, pero ahora resulta y me parece indignante que estos individuos llamados “Los Porkis” hayan sido capaces de esta atrocidad.

Yo me pregunto, hasta dónde vamos a llegar como personas, como seres humanos que somos o qué más bien, ¿cada día estamos más deshumanizados?

Y no sólo eso, hay otros temas terribles como el gravísimo caso del abuso sexual de niños, de bebés, como el del canadiense de 68 años que vive en Acapulco y que públicamente, en la Costera Miguel Alemán y delante del padre de unas pequeñas de tres años las besaba en la boca !a sus hijas! ¿Qué es esto? pregunto de nuevo.

Siempre he dicho que uno de los peores errores que cometemos como mexicanos es siempre estar culpando de todo a las autoridades y al gobierno.

Yo creo que nosotros tenemos una gran culpa de todo lo que nos pasa y lo que le pasa a este país y con esto no estoy disculpando a nadie, estoy diciendo que soy un firme creyente de que si cada quien empezamos primero por nosotros, después por nuestra familia y casa, luego por nuestra colonia, trabajo, escuela, ciudad, etcétera, nuestra vida sería muchísimo mejor.

Lo triste es que estos son solo dos casos atroces que se han ventilado gracias a los medios de comunicación y las redes sociales, pero ¿y todos los que no se ventilan? Todos los casos de los que no nos enteramos y que suceden minuto a minuto.

YA BASTA. No podemos hacernos los ciegos, ¡no podemos hacer como que no pasa nada! Como padres tenemos que tener más valor para afrontar las consecuencias de los actos de nuestros hijos.

No podemos decir que es mentira lo que se dice de ellos cuando ahí están los videos, en este caso, donde ellos mismos se inculparon ante las cámaras. ¿A quién queremos engañar? ¿Ése es el amor que se le profesa a un hijo, disculpándole todas su barbaridades? Eso no es amor señores y señoras, eso es ser un alcahuete y puede que hasta cómplice.

Me lleno de impotencia y es entonces cuando quisiera ser El Santo de las películas, el de las historietas, el que puede contra monstruos, vampiros pero también contra las bandas de malhechores, violadores y bandidos que viven haciendo el mal.

La realidad es que igual que lo fue mi padre, soy un ser humano con todas las limitaciones naturales; y la verdad es que me quedo con ese mal sabor, dolor y coraje de no poder solucionar estos problemas.
Confío en las autoridades de que tanto estos casos, como muchos otros, no quedarán impunes y serán castigados con todo el peso de la ley, así se trate de canadienses, ingleses, chinos, mexicanos o hasta rusos.

Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.

El Hijo del Santo

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