viernes, 8 de abril de 2016

¿Batman, Superman o El Santo?







Me quedo con El Enmascarado de Plata, porque es el personaje de mil realidades; los otros son héroes de mil historietas 
 
En estos días que está muy de moda´y proyectándose en los cines de México y del mundo la película Batman contra Supermán, les hago una pregunta: ¿Quién es mejor,   Batman o Supermán?

En mi opinión Batman es mejor, ya que  sin poseer grandes poderes como  volar, tener una fuerza descomunal o ser inmune a los cambios climáticos, es un  superhéroe  que cumple la importante misión de defender a la sociedad.

Es la imagen del defensor del débil y victimario de villanos.  Es millonario y es un ser humano normal, quien gracias a su riqueza  logra adquirir la más alta tecnología para combatir el mal.

Por lo tanto,  viéndolo desde este punto de vista, si realizáramos un triangular, El Santo es el mejor de los tres por el simple hecho de ser real.

Revisando las viejas revistas que tengo en la hemeroteca privada de mi santuario, encontré un interesante artículo en la publicación Deporte color, una revista semanal que salía a la venta los viernes. En este primer número con fecha 18 de mayo de 1973, en sus páginas centrales, hay un reportaje que hoy quiero compartir con ustedes.

   ¿BATMAN MEXICANO O SANTO NORTEAMERICANO?

“Alguien dijo que El Santo era el Batman mexicano. La verdad no nos gusta esa apreciación; en primer lugar nos suena a segundas partes y El Santo es original, en este caso por qué no pensar que Batman es El Santo norteamericano y si ponemos a los dos personajes en una balanza tenemos en que basarnos para aseverar que ésta se inclinaría, y por mucho, por del lado de nuestro encapuchado de plata.

No puede negársele méritos a Batman, defensor de causas justas, héroe de mil historietas y ejemplo de arrojo juvenil. Pero quienes conocemos a El Santo no podemos menos que aceptar sus intervenciones a favor de las mismas causas y el mismo arrojo, sólo que con la diferencia de que en tanto Batman es héroe de mil historietas, El Santo es el personaje de mil realidades.

El secreto del éxito de un actor es sentir, es vivir el personaje que representa y el enorme éxito de El Santo en todas sus actividades es precisamente ese, que vive las acciones, las siente, las desea, porque esa fiera que es luchador profesional, quien en el cuadrilátero hace rugir a las multitudes, que se encara a media humanidad, que es ídolo popular, artista de cine, ése Santo de la lucha libre, el de un público muy especial, es ejemplo de caballerosidad, de justicia, de arrojo, con un concepto de hombre, del deportista y del compañero que sí puede ser ejemplo para la juventud y admiración de la niñez.

Qué más da quién sea El Santo, qué nos puede interesar su nombre o su rostro  (que muchos dicen conocer), porque si bien es cierto que puede haber algunos puntos de comparación entre el heroico norteamericano y El Enmascarado de Plata mexicano como es tener un asistente como Alfred o el profesor Orlóf (respectivamente), un laboratorio con la más alta tecnología  y un auto deportivo a la puerta , también hay una enorme diferencia entre los dos personajes: Batman es leyenda y El Santo, siendo ya legendario, es realidad”.

Por todos estos atributos yo sigo pensando que Batman es mejor, claro que Superman es, como bien lo dice su nombre, un ‘súper hombre’ y también está y fue uno de mis favoritos de cuando era un niño; era imposible, como todos los niños, que no sucumbiera ante las historietas y caricaturas de la época pero también es verdad que siempre he tenido inclinación hacia Batman justamente por eso, porque es un personaje más humano como mi padre, porque es un personaje con el que te puedes identificar ya que Kal-El o Clark Kent, para empezar, es de un planeta llamado Kryptón, por ese simple hecho yo como niño siempre me apegue mas al murciélago.

 Le pregunte a mi hijo de 20 años lo que opinaba de esta película y me comentó lo siguiente: “Me inclino por el Caballero de la Noche”. ¿Y ustedes qué opinan?

Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.

El Hijo del Santo

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