Le escribo al Negro Casas para felicitarlo y expresarle otros temas
Estimado Negro: Esta carta que hoy te escribo y hago pública es para expresarte muchas cosas que he guardado durante varios años.
Antes que nada quiero felicitarte y decirte que me hubiera gustado compartir contigo el festejo de tus 40 años de actividad en el ring. Desafortunadamente no tuvimos comunicación.
Supe que publicaste un mensaje en redes sociales en el que expresaste tus deseos sobre quién te gustaría de rival para esa noche, pero jamás mencionaste a El Hijo del Santo.
Sinceramente no quise responderte y exponerme públicamente, pues tal vez ese mensaje era para otra persona y no para mí.
Me hubiera gustado que estuvieras como invitado en alguna ocasión en mi programa de radio Hablemos sin máscaras; en el de televisión, Experiencias o en nuestras funciones de Todo X El Todo en Europa.
También me hubiera encantado una llamada tuya cuando me lesioné la columna vertebral y me vi en la necesidad de alejarme de los cuadriláteros por poco más de dos años.
Una simple llamada le levanta el ánimo a cualquiera y cuando me llamaron algunos de nuestros queridos compañeros, como Blue Panther, Fuerza Guerrera, Scorpio Jr., Mano Negra, el Dandy, Baby Richard, El Fantasma y el mismo L.A Park, no sabes qué alegría sentí.
La pasé muy mal. Sólo quienes sufrimos una severa lesión que nos aleja de lo que más amamos, lo sabemos. Sin embargo, la ayuda de mi hermosa familia, mi esposa y mis dos hijos menores fue fundamental, así como el apoyo de muchos aficionados y amigos que me enviaron mensajes de aliento. Entiendo la posición en la que te encuentras.
Pero no te escribo únicamente para reprochar, sino para expresarte lo mucho que te admiro como rival y como compañero; aprendí mucho contigo y de ti.
Tenerte frente a mí en el ring como rival y como compañero siempre fue un verdadero placer porque nunca dimos una mala lucha, siempre entregamos el máximo esfuerzo en cada batalla, lo cual jamás olvidaré.
Desde aquella primera vez que nos enfrentamos en la Plaza Monumental de Monterrey bajo la promoción de don René Guajardo, enorme luchador, quien nos felicitó por la lucha que dimos.
Que un luchador de esa categoría te felicite, es todo un orgullo.
Quienes lean esta carta abierta quiero que estén enterados de que tú y yo no nos formamos en la arena México. El CMLL aprovechó nuestra ya veterana rivalidad para hacer grandes y consecutivos llenos.
Tú y yo nos forjamos e iniciamos nuestra rivalidad en la arena Apatlaco con don Raúl Reyes, hombre que nos apoyó mucho en los inicios de nuestras respectivas carreras, en Tijuana y en Estados Unidos, con nuestro querido y difunto amigo Benjamín Mora.
También con los mejores promotores que ha tenido este deporte en México en sus últimas décadas, no sólo por su talento y respeto a la lucha libre, sino por su trato gentil y humano hacia todos los luchadores. Me refiero a don Francisco Flores y al señor Carlos Maynes, empresarios del extinto coso de Cuatro Caminos.
Cómo olvidar las más de 15 derrotas consecutivas frente a ti al disputar el campeonato mundial ligero de la UWA o el domingo 28 de octubre de 1985 cuando el Toreo estaba absolutamente lleno y logré ganar el primer campeonato mundial de mi carrera al derrotarte a ti, mi gran rival José El Negro Casas.
Cómo olvidar nuestros viajes a Panamá, Japón, Puerto Rico y Los Ángeles, donde te rapé por primera vez teniendo como réferi al inolvidable Ray Mendoza.
Hay mucho que platicar y mucho que recordar, querido Negro. Ojalá algún día no muy lejano podamos tomarnos un café, como lo he hecho con algunos de nuestros compañeros. ¡Muchas felicidades!
Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo
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