SANTO, DOMANDO AL TEMIBLE CAVERNARIO GALINDO
Segun las cronicas de el decano periodista, Jose Luis Valero, el joven Rodolfo Guzman, tulancinguense avencidado en la Capital mexicana, se dedico a varios deportes, como el beisbol, la tauromaquia y el judo. En su largo recorrido buscando chamba en la creciente CDMX, andubo chambeando en el sector de maquila de medias, y otros tantos oficios.
Sin embargo, Valero Mere, autor del libro “100 años de lucha libre en México”, de 1977, recalca que mas allá del tiempo la figura del Santo, siempre seria noticia.
Tan es así que después de 33 años de su partida física, el enmascarado de plata, sigue teniendo eco, como un mito popular, una pagina de identidad histórica de México y del espectáculo. El Santo lo mismo es recordado por sus películas, sus sangrientas luchas con el Cavernario Galindo o el Perro Aguayo, la honda rivalidad contra Blue Demon, sus autos convertibles, sus elegantes atuendos, su carisma, su caridad hacia los pobres, su sencillez, la idolatria, y sin lugar a dudas, por su emblemática mascara plateada.
El Santo era mucho mas que Rodolfo Guzmán. Ruddy, le quedo a deber al Santo todo. Pero el Santo nunca hubiera existido tan monstruosa y convincentemente, sin la férrea voluntad de Guzmán por labrarse un destino a punta de chingadazos, topes de cristo y miles de llaves a caballo.
La esencia de héroe del Santo, no era de a gratis. Es por eso que nos encanta su autenticidad. Porque detrás de el, existía un ser que lloraba, que sufría, que padecía la injusticia de la vida real, y que la resarció en su personaje, aunque fuera simbólica y fantasiosamente, como en cada una de sus películas.
Puedo afirmar que después de casi 25 años de dedicarme al análisis del tema lucha libre, que el Santo no solo era un gladiador del ring, si no todo un luchador social, que de acuerdo a la leyenda de su legado, no ha pisado suelo mexicano, un hombre tan idolatrado, tan querido y tan sencillo.
En estos tiempos que los lideres sociales están en extinción, al menos debemos tomar de ejemplo al temerario enmascarado de plata, porque afuera, en el mundo real, cruel y descarnado, allá donde no hay referís, hay una gran lucha que librar. Te extrañamos Santo, Como nos gustaría que al menos en el cine, volvieras a librarnos de nuestros nuevos enemigos.
Viva el Santo, el héroe, el hombre, la leyenda…!!!
Cortesía: http://enestaesquina.net y
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