jueves, 20 de agosto de 2015

El pelón siniestro del cine nacional: Nathanael Evaristo León Moreno Frankenstein




Hoy rendimos un sentido homenaje al extra más conocido de la pantalla grande (y la chica), cuyo inolvidable cráneo reluciente destacó en cientos de churros de luchadores, monstruos, marcianos y comedias bizarras con Viruta y Capulina.

Tres cosas en común tienen Arnold Schwarzenegger y Nathanael Evaristo León Moreno: 1. Sus nombres son muy complicados. 2. Los productores cinematográficos no los contrataban por ser buenos actores, sino por su impresionante aspecto. 3. Son iconos del auténtico churro cinematográfico.

A principios de los años 50, la Empresa Mexicana de Lucha libre lo contrató como enmascarado, donde no llamó mucho la atención, pero se grabó en nuestro inconsciente colectivo al quitarse la máscara y mostrarse ante el mundo como Frankenstein, el rudo pelón.

Ocurrió en una época gloriosa, cuando nuestra patria ofreció al mundo el cine de luchadores (sólo comparable al cine chino de artes marciales). 

La lucha libre arraigó fuertemente en México (al grado de que en la actualidad nuestra lucha es considerada la mejor del mundo, y hasta en un capítulo de Los Simpson Homero se roba la señal de cable para ver lucha libre mexicana).

Sus fieras expresiones no pasaron desapercibidas para el productor cinematográfico y en 1957 debutó en Los Tigres del ring, junto al Murciélago Velázquez, Wolf Ruvinski, Black Shadow y Lobo Negro.
A partir de entonces, Frankenstein se convertiría en un órgano vital del cine nacional, no sólo por la larga lista de películas donde aparece en escena, sino también como stunt (doble de cuerpo), arriesgándose por otros en escenas de peligro, saltando de azoteas y coches en movimiento sin que el espectador supiera que se trataba de él. 
 
Al principio, bastaba con que pusiera cara de loco para ser contratado como secuaz de villanos o asesino a sueldo, pero cuando su dulce carácter salió a relucir (contrastando con su aspecto siniestro), de inmediato pasó a convertirse en parodia de sí mismo (cuando en la serie de televisión Los Beverly de Peralvillo lo presentan como nuevo integrante de la familia, El Borras exclama al verlo: “¿Y esto qué es? ¿La Noche de los monstruos?”).

Frankentein es una expresión más del surrealismo mexicano, y lo mismo lo vimos en la tele como gángster tonto de la pandilla de Bartolo Taras (Enrique Guzmán), que como caníbal en el desastroso programa: El safari de Viruta. Salió en la serie infantil Naranjito, hizo teatro con la Compañía Haro Oliva y en 1987 la ANDA le otorgó la medalla Virginia Fábregas por sus 25 años de carrera artística, aunque todos sabemos que el querido Franky en realidad no sabía actuar, y esa era parte de su gracia (cuando le hablé a mi amigo Nostragamus para solicitarle la ilustración, exclamó: “De niño no sabía nada de actuación, pero me daba perfecta cuenta de que ese cuate no sabía actuar”). 

Como el caso de los repartos de John Waters (en su primera etapa), su mala actuación afecta al universo ficticio, creando un distanciamiento brechtiano: no me la creo, pero precisamente por eso me gusta. Un repaso a su extensa filmografía no da cuenta de lo afortunado que fue el entrañable Frankenstein, participando en múltiples churros, de esos que estremecen al México bronco en una sala de cine piojito.

 Destaco: Santo vs. Las mujeres vampiro (1962), Neutrón vs. El criminal sádico (1964), Gigantes planetarios (1965), Las mujeres pantera (1967), Un yucateco honoris causa (1967), La muerte en bikini (1967), Arañas infernales (1968), Dr. Satán y la magia negra (1968), La horripilante bestia humana (1969), Santo vs. Capulina (1969), El capitán Mantarraya (1970), La venganza de las mujeres vampiro (1970), El Águila Descalza (1971), Invasión siniestra (1971), Chabelo y Pepito vs. Los monstruos (1973), Los vampiros de Coyoacán (1974), Tívoli (1975), Campeones justicieros (1975, ésta vez como aliado de Capulina), El Santo Oficio (1974), El diabólico (1987), Corrupción (1984), Mi compadre Capulina (1989), Perros de presa (1992), amén de deambular entre los elencos de los Polivoces, los Beverly de Peralvillo y Viruta y Capulina. Nathanael Evaristo León Moreno, nació el 26 de octubre de 1915, en Veracruz, y falleció el 12 de septiembre de 2001. 

Su imagen perdura como un auténtico monstruo sagrado del cine nacional. Damos las gracias a Rafael Tonatiuh / El Ángel Exterminador, a Milenio.com y a Nostragamus por la ilustración, de este estupendo sentido homenaje.



No hay comentarios:

Publicar un comentario