martes, 20 de enero de 2015

Identidad secreta


El Hijo del Santo revela un secreto de familia que ocasionó que su padre se convirtiera en un gladiador enmascarado al arrancar su trayectoria sobre los cuadriláteros 
¿SABÍAN ustedes, estimados lectores de El Gráfico, que el primer luchador en usar una máscara fue un joven de nombre Mario Núñez?  Debutó, sin tapa,  un 28 de septiembre de 1933 en la antigua arena México. 
Según las crónicas del periodista José Luis Valero (qepd), Mario era un excelente estudiante de medicina y sus padres se oponían a que fuera luchador, pues  querían que se titulara en la universidad y por esa razón le pidieron que se retirara de este deporte.
No había otra solución,  así que Mario  tendría que renunciar al deporte que tanto amaba para darle gusto a sus padres. Sin embargo, un visionario hombre, don Jesús Lomelí se cruzó en su camino.
Cuando Mario le platicó con profunda tristeza lo que le habían dicho sus padres, don Jesús le sugirió que se enmascarara para que ellos no lo reconocieran y así, un 4 de marzo de 1934, surgió el precursor de las máscaras en México bajo una capucha negra y con el nombre de El Enmascarado,  causando gran expectación entre los aficionados.
 El segundo luchador en usar una tapa  fue la Maravilla Enmascarada,  conocido antes como Ciclón Mackey, quien e debutó un 22 de noviembre  de 1934 en la Arena Nacional  derrotando a Jack Gorman. 
El tercero luchador que cubrió su identidad fue El Enmascarado Vasco;  le siguieron El Murciélago Enmascarado y El Hombre Rojo,  quien bajo esa capucha ocultaba el rostro de Rudy Guzmán que tiempo después fuera El Santo.
EL MISMO GUIÓN. Mi padre, igual que Mario Núñez, se vio en la necesidad de ocultar su rostro para que su mamá no lo descubriera. El hermano mayor de mi papá, Jesús Guzmán, quien  luchaba bajo el nombre de La Pantera Blanca,  falleció el 13 de agosto de 1934 en la ciudad de Puebla a consecuencia de un accidente en el ring y por ese motivo mi abuela prohibió a sus demás hijos que practicaran este bello pero peligroso deporte. 
Para continuar luchando, la solución que encontró Rudy Guzmán fue enmascararse como El Hombre Rojo. A sugerencia de don Jesús Lomelí, cambió su mote por el del Murciélago II, pero tiempo después tuvo que dejar el nombre porque ya existía el Murciélago Enmascarado.
A todos ellos le siguieron otros enmascarados famosos como El Fantasma Dorado (Billy Canny), Gray Shadow (Daniel Aldana) El Cuervo (Polo Juárez) El Dragón Rojo (Sugi Sito), El Demonio Rojo (Guillermo García) y en 1942 el más popular de todos, El Santo. 
Él fue  el primero en utilizar máscaras de tela con su propio diseño, fabricadas por don  Ranulfo López, pues hay que recordar que mi padre ideó, confecciono y fabricó su primera máscara con piel de cerdo; más tarde, el material que utilizaban aquellos grandes luchadores en sus tapas era de piel de cabra. 
Tal vez ustedes tampoco sepan que Rodolfo Guzmán Huerta, en su juventud, trabajó como costurero en una fábrica de medias de nylon, aquellas que tenían una costura muy notoria en la parte de atrás de las piernas de las damas. 
Cuando él decide debutar como El Santo el 26 de julio de 1942, se enmascara por varias razones, no sólo porque no quería que su mamá lo identificara debido a aquella terrible muerte de su hermano, sino también porque con los nombres anteriores no había tenido éxito. 
Así que ésta era su nueva oportunidad de figurar,  lo que afortunadamente  sucedió. Era un hombre muy pobre y no tenía los recursos para mandarse a elaborar un equipo de lucha, razón por la cual  sus primeras máscaras las hizo con sus propias manos.
“No tenía dinero para comprar una buena máscara, tampoco para mallas y mucho menos para zapatillas”: 
El Santo 
Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras. 

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