sábado, 31 de enero de 2015
¡El Ingenio del Santo!
El Enmáscarado de Plata se atrevió a cambiar su imagen para comenzar a forjar su leyenda
Las primeras máscaras que existieron no tenían un diseño propio o característico, eran muy parecidas entre sí, todas tenían orificios circulares en la parte de los oídos, en los ojos, dos ovalados en la nariz y uno más grande en la boca. La costura de la cabeza sobresalía a la altura de la frente y en la parte trasera las agujetas para amarrarla. El Santo fue el primer luchador en hacer un diseño propio en piel y pintarla de color plata; apareció ante los aficionados con cambios sumamente notorios, pues los ojos ya eran rectangulares con un distintivo alrededor, como una especie de gota, cuyo orificio terminaba en pico.
Estimados amigos, hoy quiero darle seguimiento a la historia que les escribí hace dos semanas referente a los primeros luchadores enmascarados.
Las primeras máscaras que existieron no tenían un diseño propio o característico, eran muy parecidas entre sí, todas tenían orificios circulares en la parte de los oídos, en los ojos, dos ovalados en la nariz y uno más grande en la boca.
La costura de la cabeza sobresalía a la altura de la frente y en la parte trasera las agujetas para amarrarla.
El Santo fue el primer luchador en hacer un diseño propio en piel y pintarla de color plata; apareció ante los aficionados con cambios sumamente notorios pues los ojos ya eran rectangulares con un distintivo al rededor como una especie de gota cuyo orificio terminaba en pico. Años más tarde, en su máscara, estos picos aparecieron en la nariz y la boca.
Pero quien mejor que el mismísimo Enmascarado de Plata sea quien nos cuente como se le ocurrió hacer estos característicos cambios a su plateada capucha. Así que como la imaginación supera a la ficción y a la tecnología, hoy tenemos un entrevistado muy especial: Santo, El Enmascarado de Plata.
Papá, me encantaría que les platicarás tu mismo a mis lectores de El Gráfico, quienes te recuerdan con infinito cariño, ¿cómo fue que diseñaste tu emblemática máscara de plata?
Santo: Bueno hijo, antes que nada quiero agradecer a todos tus amigos que te leen en las páginas de este histórico y legendario diario, el hecho de seguir recordándome con tanto cariño y admiración.
No se sí les has platicado o si ellos ya sepan de mi gusto por la pintura, el arte y la arquitectura.
HDS: Seguramente muchos de ellos lo saben, yo no sé los he compartido.
Santo: Desde que era un niño me llamo la atención la lectura y las obras de arte. Cuando llegue a vivir a esta capital me impresionaron los grandes edificios y palacios, como el de Bellas Artes, el Palacio Nacional, el de Minería, el de Correos de México y todas estas grandes construcciones como el Monumento a la Revolución y el Ángel de la Independencia.
Por eso mis padres me apoyaron y a la edad de 14 años ingrese a estudiar a la Academia de San Carlos, era buen dibujante y al final de curso, en dos ocasiones, exhibieron mis dibujos en las paredes del lugar, lamentablemente tiempo después me salí de ahí.
HDS: ¿Por qué no seguiste estudiando?
Santo: Bueno, una de las razones fue por la muerte de mi padre, al faltar él mis hermanos y yo nos vimos en la necesidad de trabajar para apoyar a mi madre. Yo ingrese a una fábrica de medias para dama en donde me desempeñaba como costurero. Ya en ese tiempo luchaba profesionalmente y había practicado lucha libre y Jiu Jitzu en el Casino de Policía.
HDS: ¿Por qué elegiste el color plata?
Me apasionaba leer la novela de El Hombre de la Máscara de Hierro del escritor Alejandro Dumas y entonces yo soñaba en ser El Hombre de la Máscara de Plata ya ahí había elegido el color que tendría mi máscara.
DHS: ¿Cómo se te ocurrió el diseño de los ojos en forma de gota?
Santo: ¡Ah! Esa historia es muy simpática, resulta que ya siendo El Santo fui a ver don Salvador Lutteroth a las oficinas de la EMLL (Empresa Mexicana de Lucha Libre), él estaba ocupado atendiendo otros asuntos y me dijeron que si lo esperaba, me recibía, así que me senté mientras observaba las fotografías y trofeos que había ahí. Transcurrió el tiempo y llevaba conmigo un folder con documentos, los cuales enrolle e hicieron el trabajo de un telescopio.
HDS: ¿Cómo de un telescopio?
Santo: ¡Sí!, los tome con la mano enrollados y coloque un extremo en mi ojo y me puse a observar todo a través del folder pero afloje la mano y el folder quedo sólo unido de las orillas y se formo una especie de gota, cuando miré por ahí, en primer plano se miraba la gota y así me imagine ver a través de los ojos de mi burda máscara de cuero.
HDS: ¡Ah, entiendo! Pues sí que eras ingenioso papá. Muchas gracias por compartirnos estas interesantes historias.
Santo: Es un placer y cuando quieran que les platique más, me avisas mano.
Nos leemos la próxima semana para que halemos sin máscaras.
Escríbeme a santo.grafico@elhijodelsanto.com.mx
El Hijo del Santo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario