viernes, 30 de enero de 2015

Gold Star, uno de los pilares de la lucha libre en Zitácuaro



Gold Star, uno de los pilares de la lucha libre en Zitácuaro
Zitácuaro, Mich.- Corrían los años sesentas cuando algunos zitacuarenses comenzaron a figurar en el renombrado Teatro Juárez, ahí tendrían la oportunidad de entretener al público amante de la lucha libre, ahí en medio del bullicio, de los gritos y de las porras surgió un luchador apodado Gold Star, quien protagonizó épicas batallas, no solo aquí, sino también fue embajador de la lucha mexicana en la ciudad angelina de los Estados Unidos.

Roberto Baca Garduño nació en Zitácuaro, Michoacán el 8 de octubre de 1951 hijo de Roberto Baca “El Calamaco”. Su primer nombre fue “El Halcón”, debutó a los 14 años de edad, posteriormente cambió de nombre por Gold Star. He aquí una entrevista con uno de los primeros luchadores que surgieron del renombrado “Teatro Juárez”, Gold Star.

Infancia. “Mi infancia fue como la cualquier niño, lleno de amor, lleno de amor de padres, de familia, con los peripecias que había que trabajar de niño, ir a la escuela, todas las cosas que hace cualquier niño, con un padre muy estricto con todos, ya que su manera de llevarnos por la vida fue una manera recta, ya que mi trabajo era la escuela y había que hacerlo bien, porque no le gustaban “los borrones”, con la herencia de un gran hombre, quizá no de mucho estudio él, ya que su escuela era la vida, pero esa escuela le dio gran fortaleza para hacer de nosotros mejores ciudadanos”.

Instructores. Maestros de la lucha libre vinieron directamente a enseñar a nuevos prospectos zitacuarenses entre ellos a Roberto Vaca, arribaron a estas tierras Pepe Casas, Black Shadow, Rafael Salamanca, incluso dos de ellos eran entrenadores de la selección nacional olímpica.

Hizo gran amistad con Yamba. “Me podía ya dar con los luchadores que venían de fueras, lo que no pudo pasar con los compañeros de fueras que por una cosa u otra ya no siguieron en esto, salvo el señor José García “El Yamba”, siguió y a la fecha sigue entrenando chamacos, al señor José García le enseñé los primeros pasos dentro del cuadrilátero, hicimos buena amistad y hasta la fecha la seguimos teniendo”.

Salió Gold Star en hombros con tremenda algarabía de la gente. “En una lucha expuse mi máscara con el Copetes de Oro, salimos sangrados los dos, fue una lucha que duró aproximadamente una hora, la arena era un manicomio, la gente alrededor estuvo del ring, estuvo muy bonita, me tocó salir con la cabellera de mi contrincante, la gente quedó satisfecha, me sacaron en hombros hasta el jardín, me llevaron por Revolución, bajaron por Hidalgo, me llevaron al jardín y luego me regresaron a la arena, es algo que nunca se olvida”.

Con Yamba hubo gran rivalidad. “Me enfrenté muchas veces con él, algunas veces ya no quería luchar con él porque ya era una lucha muy trillada, muy vista, pero como que había que darle jalones para que subiera con los demás, fue tan así que después él se codeo con luchadores de primera línea; yo tuve que dejar la lucha libre aquí en México porque emigre a los Estados Unidos, estuve tres años, alla estuve luchando en la arena de Los Angeles, una arena con la lucha mexicana, allá estaba Goliat, El Enfermeros, luchadores que los había conocido en México y que allá hicimos escuela para sacar elementos, con esos mismos luchadores hacer funciones ahí”.

“Otra gran lucha fue cuando le dispute el campeonato de la Arena Naucalpan a La Mosca, La Mosca fue un gran luchador que después se convirtió en el Lobo Rubio, quien estuvo luchando en la Arena México, llegó a ser campeón nacional welter y siento que dos o tres veces le gané, más que de golpeo fue de llaveo, todo lo que sea técnicamente válido”.

“La lucha me dejó muchos recuerdos muy bonitos, una anécdota que me da risa contarla, yo nunca luché de rudo, una vez me fui con compañeros a Tula, Hidalgo, ahí faltó un luchador, entonces me dijeron que subiera yo, como yo no se andar descalzo alguien me prestó unas zapatillas, que me quedaban dos tres pulgadas más grande, cuando subí al ring la gente me empezó a gritar ¡fenómeno!, entonces esto me orilló a hacerme rudo y traicionar a mi compañero”, añadió.

Asi mismo manifestó que “la gente no nos dejó bajar del ring, el sarcasmo que yo saqué les dije ¡bola de indios nopaleros!, agarraba yo y les escupía la sangre que les sacaba yo a los luchadores. Eran las 2, 3 de la mañana, la gente afuera y nosotros no podíamos salirnos, mi papá estaba con nosotros y me empezó a reclamar, le dije se me hizo divertido, para mi la lucha era una diversión, todos los luchadores llegó un momento en que nos reíamos, al ver mi papá que nos empezamos a reir, cambió su coraje a risa, risa y coraje”.

Mi padre nunca me regaló un triunfo, contrario a lo que la gente decía. “La gente decía es hijo del Calamaco, va a ganar, le van a regalar el triunfo, no fue la mentira más grande, más falsa, mi papá me obligaba a estar en el gimnasio, unos dos meses que le afloje para ir al gimnasio no me dio lucha, me dio luchas primerizas, pero nunca me regaló nada. Bueno regalarme sí, me dio un equipo de lucha, unas capas, pero en lo referente al deporte nunca me regaló un triunfo”.

La lucha libre de antaño y la actual. “En aquel tiempo no había tanta acrobacia como la hay ahora, no había tanta falsedad como la hay ahora, en aquel tiempo los luchadores se arremolinaban por querer luchar y ahora no. Había veces que los luchadores venían solo con lo del pasaje, eran luchadores que querían salir y darse a conocer. La lucha de ahora es más acrobacia, los trajes son más elegantes”.

A mi padre se lo llevaron del Teatro Juárez a la estación de policía. “La gente de aquel tiempo era gente inocente, gente que no conocía la lucha libre, eso de no conocer la lucha libre le costó a mi padre que lo llevaran detenido de la arena del Teatro Juárez a la estación de policía, entonces los luchadores protagonistas en una función estaban sangrando, estaba por ahí el señor Juan Rueda Juárez que escribía para el periódico La Verdad y la armó, al ver eso lo propusieron, entonces ya mi papá y el señor que traía los luchadores de México Héctor Valero, dio una explicación de lo que es la lucha libre y ya los dejaron venir”.

“En la lucha libre tanto la de aquel tiempo como la de ahora uno se juega la vida como por ejemplo los lances, el salto, la maroma, el brinco, toda la gente ve que ha habido muchos luchadores han pagado su vida con un error”.

Los dueños del Roble, asiduos aficionados. “Pues hay una arena en La Papillón me acuerdo de los papás del empresario Roberto Gutiérrez, tenían una mercería que era El Roble, eran asiduos aficionados, asistían ocho por ocho a las luchas del Teatro Juárez, entonces Beto se ha dado a la tarea de impulsar la lucha libre, tiene buena cantidad de elementos, creo que ha hecho buena campaña para destacar buenos muchachos de aquí; a los muchachos yo los he visto, les hecho ver en que están fallando, las palabras de alguien que estuvo arriba (en el ring), que limen sus pequeños errores”, agregó.

“Decía un amigo de los luchadores de antes, el que oye camina, el que no oye se va para abajo, porqué, porque había un luchador que se sentía estrella, que no dejaban caminar a los nuevos, lo lastimaban, le decían que se acordara que ellos habían así comenzado también, que no había porque ser abusivos con los novatos, luego en lugar de hacer caso se reian”.

Una mala experiencia. “A mi me tocó vivir una experiencia de esas, con un luchador que se llamaba Jorge Gutiérrez, estábamos entrenando en los baños Providencia en México y me agarró, me metió un candado en la pierna, no me soltó nunca el candado hasta que me desgarró la pierna, entonces estaba por ahí el señor Huracán Ramírez y ya fue el que le dijo que dejara, estaba llorando, me vio que me estaban escurriendo las lagrimas”.

La mejor de las suertes a Roberto Gutiérrez. “Ojalá y que los chamacos escuchen las palabras de los entrenadores y a mi amigo Beto que le siga echando ganas, su hijo tiene buen perfil, tiene mucho carisma con la gente, es joven, le falta ganar peso, edad, experiencia, pero si le sigue pegando al gimnasio y trabajando, ojalá tengamos un estrella más en Zitácuaro”, puntualizó Roberto Baca Garduño.

Cortesía: http://www.periodicoeldespertar.com y Gabriel Gómez

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