lunes, 25 de junio de 2018

5 luchadores mexicanos que nos daban miedo en el cine

santo contra un marciano maldito
El cine de luchadores también tuvo mucha cercanía con el cine de terror, con personajes que daban miedo a los niños.





Sí, es fácil y bajo insultar al cine de luchadores, prueba de eso es la reciente polémica en la que se vio envuelto Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, quien aseguró que las películas de El Santo eran “muy malas” e indignas de recibir un homenaje en la institución a su cargo. Más allá de las cuestiones técnicas del cine de luchadores, es innegable que marcaron a varias generaciones de mexicanos, que tuvieron su primer acercamiento al cine fantástico, de acción, terror e incluso de ciencia ficción, en las películas del Santo, Blue Demon, Mil Mascaras, Canek y hasta en las de Super Zan.
Aprovechando las fechas, decidimos recordar a 5 luchadores que brindaron momentos de verdadero terror a los infantes, o por lo menos a mi, cuando me entretenía como enano viendo cualquier película que pasaba por la televisión abierta.

5. Mascarita Sagrada/El Duende

El espectacular mini-luchador que ha dado vida a Mascarita Sagrada (AAA), Mascarita Dorada (CMLL), Mascarita Plateada (con el Hijo del Santo) y El Torito (WWE), participó en Nacho Libre interpretando a uno de los hermanos Duende. A pesar de sólo tener unos minutos en pantalla, Mascarita logra mostrar parte de sus gran agilidad, y dotar de cierto grado de acción sobrenatural -por su extraña apariencia y su rugido- al personaje que le tocó interpretar, que le hiela la sangre a cualquiera con los extraños sonidos que salen de su boca.

4. Nathanael “Frankenstein” León/Taras

Los luchadores rudos nos remiten a los maloras de barrio. Pero Nathanael León escapaba a esta tendencia por su espectacular físico, que no sólo era impresionante por lo alto y musculoso, sino también por su característico rostro, y la manera en que podía gesticular para expresar maldad pura con su inconfundible cara de loco.  Con su personaje de Frankenstein se ganó al público de la Arena Coliseo, y su salto al cine era inevitable.
Frankenstein participó en incontables películas de luchadores (y en muchas comedias), generalmente como secuaz del villano principal, además fue un doble de acción muy solicitado. Los fans del cine mexicano, sin duda, recuerdan la temible figura de Nathanael, que aparecía tanto enfrentando al Santo, como a Chabelo y Pepito, e incluso a Capulina. Particularmente recuerdo con nostalgia el temible momento en que, al inicio de Santo vs Las Mujeres Vampiro, la sacerdotisa vampiro, al más puro estilo de Mumm-Ra, utiliza los poderes de los antiguos espíritus del mal (en este caso  la diosa Selene) para rejuvenecer y revivir a sus esclavos vampiro (Igor, Marcos y Taras), entre los que destaca Taras, interpretado por el temible Frankenstein, a pesar de que los otros dos vampiros son los enormes Fernando Osés y Guillermo “El Lobo Negro” Hernández, este último tiene uno de los momentos que hielan más la sangre en la historia del cine de luchadores, cuando, después de una lucha es desenmascarado por El Santo, solo para revelar que es un temible hombre lobo.

3. El Indio Cacama/Hombre lobo

Sin duda Vicente “El Indio Cacama” Lara padeció la fortuna de ser peludo. Si bien era un rudo temible, no sobresalió a niveles de estrella por su físico de dimensiones normales. A pesar de que siempre mostraba fiereza en los encordados y tenía un cuerpo fibroso, no era suficiente impresionante como el ya mencionado Nathanael León. Afortunadamente, gracias a su abundante barba (que actualmente sería la envidia de Diego Fernández de Cevallos), pudo interpretar a El Hombre Lobo en Santo y Blue Demon contra los Monstruos ahorrándole a la producción cualquier tipo de maquillaje, logrando espantar a los niños con solo portar una dentadura postiza. Si bien, actualmente su caracterización es motivo de burla, e incluso hace décadas impresionaba poco, lograba transmitir miedo a los infantes, que tal vez no caían en el garlito de pensar que Santo se enfrentaba a un Hombre lobo, pero sí al famoso viejo del costal o a un tétrico vagabundo, uno de los miedos más comunes de los niños. La película también es digna de ver por la aparición de dos monstruos impactantes (que eran reciclados de la inigualable La Nave de los Monstruos) para la época: el temible cíclope de piel escamosa y el todavía más estrambótico enano con enorme cerebro… que daba más miedo que el mismo Cacama.

2. Tinieblas/Satán

tinieblas como Satán el jefe de las momias
El villano principal de la icónica Santo, Blue Demon, y Mil Mascaras contra Las Momias de Guanajuato fue interpretado por Tinieblas, que en ese momento estaba por iniciar su carrera como luchador. Tinieblas tenía un físico impresionante, pero todavía no pulía sus habilidades histriónicas ni luchísticas, que luego lo consagrarían como “el gigante Sabio”. En Las Momias de Guanajuato interpretó a Satán, un impresionante luchador de 2.20 metros que vivió durante el siglo XIX y que realizó un pacto con el diablo para convertirse en el mejor exponente del pancracio en el mundo, consiguiendo el campeonato mundial de Lucha Libre, pero, durante un torneo celebrado para festejar el aniversario de la independencia de México, es derrotado por uno de los ancestros de El Santo. A pesar de recibir incontables oportunidades para recuperar el campeonato, Satán nunca logró vencer al Santo primigenio, por eso, antes de morir, prometió volver más allá de la muerte para vengarse de los descendientes de su némesis. Lucifer le concedió el deseo de regresar después de 100 años, con su cuerpo intacto, pero con el rostro momificado. Satán, junto con su ejército de momias, regresa para infringir miedo entre los guanajuatenses, que ven como Blue Demon y Mil Máscaras no logran detenerlo. Es sólo con la llegada del El Santo, equipado con unas pistolas-lanzallamas que logran solucionar el enredo.

1. Wolf Ruvinskis/Argos

Santo contra la invasión de los marcianos
El genial letonio no solo fue uno de los grandes villanos de la época de oro del cine mexicano, compartiendo créditos con ídolos de la talla de Tin Tan, Jorge Negrete, Cantinflas y Pedro Infante, sino también una pieza fundamental en el cine de luchadores, no en balde era él quien se ocultaba bajo la mascara de Neutron, el enmascarado negro. Pero, por lo menos a mi, el papel de Ruvinskys que más me impactó en la infancia fue el que interpretó en La invasión de los Marcianos, donde dio vida a Argos, el líder de unos musculosos marcianos rubios de tres ojos que llegan a la Ciudad de México a secuestrar a sus habitantes, teniendo como misión acabar con nuestro planeta partiendo desde el Distrito Federal (así que, por lo menos en este caso, si aplicaba la frase “primero la Narvarte, después el mundo”). La cinta tiene momentos increíbles, como cuando Argos, vestido con unas mallitas, capa y un sombrerito que solo deja sobresalir su tercer ojo, describe a El Santo como “un terrícola que se viste extrañamente”. La película incluye metraje de archivo de lanzamientos de cohetes reales, y una genial introducción en la que Argos interrumpe los programas de televisión para anunciar, con pronunciación castiza:
“Somos habitantes del planeta que vosotros llamáis Marte. Sirviéndonos de nuestro adelanto científico, que supera al de vosotros en más de 5 siglos terrestres, hemos interceptado todas las televisiones del mundo. Vuestros radares, de los que están tan orgullosos, son impotentes para detectar nuestra llegada a la tierra. Pero vosotros los terrícolas, en lugar de utilizar vuestros adelantos científicos en provecho de la humanidad, los empleáis para vuestra propia destrucción, mientras luchabais con armas elementales, vosotros seréis las únicas victimas de vuestra ambición y egoísmo. Pero con el descubrimiento de la energía nuclear, y debido a vuestros locos experimentos con la bomba atómica, estáis a punto de trastornar nuestro sistema planetario. Pero antes de que esto suceda, queremos advertiros que estamos dispuestos a desintegrar a todos los habitantes del planeta Tierra.”
Después de ese épico discurso, Argos anuncia que México será usado como ejemplo para el mundo, y que si no quieren ser destruidos, deben aceptar el desarme total de la Tierra, acabar con las fronteras, usar un sólo idioma en todo el planeta (aparentemente el español) y establecer un gobierno mundial. A pesar de que las ideas marcianas suenan increíblemente buenas, el sabio narrador nos anuncia que, cualquier ideología, por más buena que suene, no puede intentar imponerse a través de la fuerza. Sí, al igual que ocurría en el cine serie B gringo, los marcianos del cine mexicano son usados como pretexto para combatir las ideas socialistas, en voga en la época, y que mejor que intentar socavarlas que poniendo al imponente Ruvinskys, ya todo un villano establecido, como el representante del comunismo de más allá de nuestro planeta.

í, es fácil y bajo insultar al cine de luchadores, prueba de eso es la reciente polémica en la que se vio envuelto Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, quien aseguró que las películas de El Santo eran “muy malas” e indignas de recibir un homenaje en la institución a su cargo. Más allá de las cuestiones técnicas del cine de luchadores, es innegable que marcaron a varias generaciones de mexicanos, que tuvieron su primer acercamiento al cine fantástico, de acción, terror e incluso de ciencia ficción, en las películas del Santo, Blue Demon, Mil Mascaras, Canek y hasta en las de Super Zan.
Aprovechando las fechas, decidimos recordar a 5 luchadores que brindaron momentos de verdadero terror a los infantes, o por lo menos a mi, cuando me entretenía como enano viendo cualquier película que pasaba por la televisión abierta.

5. Mascarita Sagrada/El Duende

El espectacular mini-luchador que ha dado vida a Mascarita Sagrada (AAA), Mascarita Dorada (CMLL), Mascarita Plateada (con el Hijo del Santo) y El Torito (WWE), participó en Nacho Libre interpretando a uno de los hermanos Duende. A pesar de sólo tener unos minutos en pantalla, Mascarita logra mostrar parte de sus gran agilidad, y dotar de cierto grado de acción sobrenatural -por su extraña apariencia y su rugido- al personaje que le tocó interpretar, que le hiela la sangre a cualquiera con los extraños sonidos que salen de su boca.

4. Nathanael “Frankenstein” León/Taras

Los luchadores rudos nos remiten a los maloras de barrio. Pero Nathanael León escapaba a esta tendencia por su espectacular físico, que no sólo era impresionante por lo alto y musculoso, sino también por su característico rostro, y la manera en que podía gesticular para expresar maldad pura con su inconfundible cara de loco.  Con su personaje de Frankenstein se ganó al público de la Arena Coliseo, y su salto al cine era inevitable.
Frankenstein participó en incontables películas de luchadores (y en muchas comedias), generalmente como secuaz del villano principal, además fue un doble de acción muy solicitado. Los fans del cine mexicano, sin duda, recuerdan la temible figura de Nathanael, que aparecía tanto enfrentando al Santo, como a Chabelo y Pepito, e incluso a Capulina. Particularmente recuerdo con nostalgia el temible momento en que, al inicio de Santo vs Las Mujeres Vampiro, la sacerdotisa vampiro, al más puro estilo de Mumm-Ra, utiliza los poderes de los antiguos espíritus del mal (en este caso  la diosa Selene) para rejuvenecer y revivir a sus esclavos vampiro (Igor, Marcos y Taras), entre los que destaca Taras, interpretado por el temible Frankenstein, a pesar de que los otros dos vampiros son los enormes Fernando Osés y Guillermo “El Lobo Negro” Hernández, este último tiene uno de los momentos que hielan más la sangre en la historia del cine de luchadores, cuando, después de una lucha es desenmascarado por El Santo, solo para revelar que es un temible hombre lobo.

3. El Indio Cacama/Hombre lobo

Sin duda Vicente “El Indio Cacama” Lara padeció la fortuna de ser peludo. Si bien era un rudo temible, no sobresalió a niveles de estrella por su físico de dimensiones normales. A pesar de que siempre mostraba fiereza en los encordados y tenía un cuerpo fibroso, no era suficiente impresionante como el ya mencionado Nathanael León. Afortunadamente, gracias a su abundante barba (que actualmente sería la envidia de Diego Fernández de Cevallos), pudo interpretar a El Hombre Lobo en Santo y Blue Demon contra los Monstruos ahorrándole a la producción cualquier tipo de maquillaje, logrando espantar a los niños con solo portar una dentadura postiza. Si bien, actualmente su caracterización es motivo de burla, e incluso hace décadas impresionaba poco, lograba transmitir miedo a los infantes, que tal vez no caían en el garlito de pensar que Santo se enfrentaba a un Hombre lobo, pero sí al famoso viejo del costal o a un tétrico vagabundo, uno de los miedos más comunes de los niños. La película también es digna de ver por la aparición de dos monstruos impactantes (que eran reciclados de la inigualable La Nave de los Monstruos) para la época: el temible cíclope de piel escamosa y el todavía más estrambótico enano con enorme cerebro… que daba más miedo que el mismo Cacama.

2. Tinieblas/Satán

tinieblas como Satán el jefe de las momias
El villano principal de la icónica Santo, Blue Demon, y Mil Mascaras contra Las Momias de Guanajuato fue interpretado por Tinieblas, que en ese momento estaba por iniciar su carrera como luchador. Tinieblas tenía un físico impresionante, pero todavía no pulía sus habilidades histriónicas ni luchísticas, que luego lo consagrarían como “el gigante Sabio”. En Las Momias de Guanajuato interpretó a Satán, un impresionante luchador de 2.20 metros que vivió durante el siglo XIX y que realizó un pacto con el diablo para convertirse en el mejor exponente del pancracio en el mundo, consiguiendo el campeonato mundial de Lucha Libre, pero, durante un torneo celebrado para festejar el aniversario de la independencia de México, es derrotado por uno de los ancestros de El Santo. A pesar de recibir incontables oportunidades para recuperar el campeonato, Satán nunca logró vencer al Santo primigenio, por eso, antes de morir, prometió volver más allá de la muerte para vengarse de los descendientes de su némesis. Lucifer le concedió el deseo de regresar después de 100 años, con su cuerpo intacto, pero con el rostro momificado. Satán, junto con su ejército de momias, regresa para infringir miedo entre los guanajuatenses, que ven como Blue Demon y Mil Máscaras no logran detenerlo. Es sólo con la llegada del El Santo, equipado con unas pistolas-lanzallamas que logran solucionar el enredo.

1. Wolf Ruvinskis/Argos

Santo contra la invasión de los marcianos
El genial letonio no solo fue uno de los grandes villanos de la época de oro del cine mexicano, compartiendo créditos con ídolos de la talla de Tin Tan, Jorge Negrete, Cantinflas y Pedro Infante, sino también una pieza fundamental en el cine de luchadores, no en balde era él quien se ocultaba bajo la mascara de Neutron, el enmascarado negro. Pero, por lo menos a mi, el papel de Ruvinskys que más me impactó en la infancia fue el que interpretó en La invasión de los Marcianos, donde dio vida a Argos, el líder de unos musculosos marcianos rubios de tres ojos que llegan a la Ciudad de México a secuestrar a sus habitantes, teniendo como misión acabar con nuestro planeta partiendo desde el Distrito Federal (así que, por lo menos en este caso, si aplicaba la frase “primero la Narvarte, después el mundo”). La cinta tiene momentos increíbles, como cuando Argos, vestido con unas mallitas, capa y un sombrerito que solo deja sobresalir su tercer ojo, describe a El Santo como “un terrícola que se viste extrañamente”. La película incluye metraje de archivo de lanzamientos de cohetes reales, y una genial introducción en la que Argos interrumpe los programas de televisión para anunciar, con pronunciación castiza:
“Somos habitantes del planeta que vosotros llamáis Marte. Sirviéndonos de nuestro adelanto científico, que supera al de vosotros en más de 5 siglos terrestres, hemos interceptado todas las televisiones del mundo. Vuestros radares, de los que están tan orgullosos, son impotentes para detectar nuestra llegada a la tierra. Pero vosotros los terrícolas, en lugar de utilizar vuestros adelantos científicos en provecho de la humanidad, los empleáis para vuestra propia destrucción, mientras luchabais con armas elementales, vosotros seréis las únicas victimas de vuestra ambición y egoísmo. Pero con el descubrimiento de la energía nuclear, y debido a vuestros locos experimentos con la bomba atómica, estáis a punto de trastornar nuestro sistema planetario. Pero antes de que esto suceda, queremos advertiros que estamos dispuestos a desintegrar a todos los habitantes del planeta Tierra.”
Después de ese épico discurso, Argos anuncia que México será usado como ejemplo para el mundo, y que si no quieren ser destruidos, deben aceptar el desarme total de la Tierra, acabar con las fronteras, usar un sólo idioma en todo el planeta (aparentemente el español) y establecer un gobierno mundial. A pesar de que las ideas marcianas suenan increíblemente buenas, el sabio narrador nos anuncia que, cualquier ideología, por más buena que suene, no puede intentar imponerse a través de la fuerza. Sí, al igual que ocurría en el cine serie B gringo, los marcianos del cine mexicano son usados como pretexto para combatir las ideas socialistas, en voga en la época, y que mejor que intentar socavarlas que poniendo al imponente Ruvinskys, ya todo un villano establecido, como el representante del comunismo de más allá de nuestro planeta.

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