EL FILME "LA LEYENDA DE UNA MASCARA" DE JOSE BUIL: LUCHADORES, "THRILLER" Y CULTURA POPULAR
“El Ángel Enmascarado vive y vive por amor”, le confiesa el periodista Olmo Robles (Damián Alcázar) a su esposa Blanca (Marta Papadimitriou) cuando se encuentra encerrado en la cárcel por violar la tumba del citado luchador enmascarado, justo al final de la trama. En esta declaración al final de la película se concentra el profundo secreto en torno a un luchador mexicano de ficción que supuestamente fue sepultado. De este modo, la “leyenda” de dicho luchador enmascarado se construye en torno a este secreto en especial y a otros más sobre su vida como personaje de filmes e historietas y sobre su propia vida privada. Estos secretos definen el tema central de la película: El misterio de la identidad personal del luchador. Luego de la declaración de Robles, la voz en “off” del estrafalario personaje Juan J. Luna (Héctor Ortega) cierra la película diciendo que El Ángel volverá como personaje de ficción, para desconcertar aún más a los espectadores y hacerlos dudar sobre los límites entre la realidad y la ficción en todo el filme.
Esta secuencia final de la trama forma parte de la interesante y divertida película La Leyenda de una máscara
(México, 1989) del director mexicano José Buil. Para diseñar el
argumento de esta película, este filme toma algunos elementos
biográficos del histórico luchador mexicano El Santo, El Enmascarado de
Plata, cuyo nombre verdadero era, precisamente, Rodolfo Guzmán Huerta.
Con este referente histórico, el filme juega con la realidad y la
ficción, mezclando el cine de luchadores, el thriller
y diversos elementos de la cultura popular (historietas, filmes,
videos, carteles o pósters, radio y libros biográficos sobre
luchadores). En general, esta película es un drama realista y una
película de luchadores con asunto policiaco.
Al principio del filme, Olmo Robles —periodista alcohólico, loser
y empleado marginal— investiga la verdadera identidad personal de El
Ángel Enmascarado, justo después de la misteriosa muerte del luchador
legendario, por orden de su jefe López (Pedro Armendáriz), el director
de la revista de lucha libre Costalazos. El
Ángel Enmascarado ha sido personaje de numerosas historietas y filmes
de luchadores, como el histórico luchador mexicano El Santo. Durante la
transmisión televisiva del funeral del famoso luchador enmascarado, un
periodista describe positivamente al fallecido deportista y acuña la
idea de que comienza la leyenda del atleta con su muerte. Este
periodista dice en particular: “Muere el hombre, el luchador, el
deportista. . . Nace la leyenda” (Buil). Entonces, Robles entrevista
primeramente al mencionado J.J. Luna, un misterioso y estrafalario
creador de las historietas y director de la editorial Aventuras, quien
vive en un sombrío apartamento de un edificio. Luego, el periodista ve
un video del director de cine Aníbal Quijano (Fernando Rubio), filmado
antes de que muriera de cáncer este famoso cineasta. También, Robles
entrevista a otras personas que conocieron al luchador (el cantinero
Jacinto, un taxista) y poco a poco descubre en qué consiste la
misteriosa “leyenda” del héroe enmascarado, la cual está entretejida con
diversos elementos del cine negro, romances, fama y hasta la misteriosa
y absurda creación de un supuesto doble del distinguido atleta del
encordado. Finalmente, Robles entra en la lujosa mansión del Ángel y se
entera que la actriz Lina Roma (Gina Morett), la amante del luchador,
mató de un balazo al engendro creado por Luna y Quijano para sustituir
al luchador original. En consecuencia, el luchador enterrado es el doble
de El Ángel Enmascarado. Entonces, el periodista entra al cementerio y
abre la tumba del extinto y famoso luchador, la policía lo aprehende
justo en el lugar de los hechos y Robles es condenado a prisión por el
delito de profanación de tumbas.
En
general, la trama de la película de Buil configura la doble vida que
lleva el protagonista. La pública, como luchador de los encordados y
como héroe de ficción que representa el bien y la justicia en filmes e
historietas, como una especie de James Bond del cine mexicano. La
privada, con sus amores con Emilia y la actriz Lina Roma. Thriller
y parodia del cine de luchadores, el filme de Buil es un homenaje
indirecto a la historia de El Santo, quien muere en la década de los
ochenta y es sepultado con la máscara puesta. Miles de mexicanos
asistieron al funeral del famoso y legendario Enmascarado de Plata y las
escenas fueron transmitidas por algunos canales de la televisión
mexicana. La época grande de El Santo y la Época de Oro de la lucha
libre mexicana se remontan a la década de los cincuenta, cuando el
Enmascarado de Plata se enfrentó al legendario Black Shadow en un duelo
de máscara contra máscara y cuando se transmitieron las primeras
funciones de luchas libre por televisión. La película de Buil refiere
que la amistad entre el editor J.J. Luna y El Ángel Enmascarado comienza
en 1955. Sin embargo, cuando entrevistan a algunos luchadores durante
el funeral de este personaje creado por la imaginación artística de Buil
aparece el luchador El Demonio Rojo y éste menciona a El Santo como
personaje todavía vivo y famoso.
El
filme de Buil es también un sentido, humorístico y creativo testimonio
de la lucha libre mexicana y de toda la cultura popular que ha generado
en torno a este deporte. Como se sabe, la lucha libre es uno de los
grandes espectáculos y deportes nacionales durante los siglos XX y XXI.
En especial, las máscaras ofrecen una gran carga de arte, misterio, mito
y pasión colectiva. Incluso, las máscaras son un objeto de arte y
artesanía muy importante en México desde la Época Prehispánica. En este
sentido, el cineasta Buil explora temas muy mexicanos con mucha
creatividad y talento: Las máscaras como objeto de culto y de misterio y
la lucha libre. Junto a la lucha libre en los rings mexicanos, la
película recrea la cultura popular propia de la segunda mitad del siglo
XX con fina imaginación, punzante humor y atractivas técnicas fílmicas,
tales como la inserción de la historieta como un muy imaginativo y
artístico dibujo animado que relata brevemente una particular aventura
del personaje de El Ángel Enmascarado dentro de un cómic en particular.
Los elementos de la cultura popular integradas a la trama principal del
filme de Buil son el cine de luchadores y de vampiros, las historietas,
los videos, los carteles, el radio y los libros biográficos de
luchadores. Con todos estos elementos poderosos propios de la cultura de
masas del siglo XX, el filme se convierte en un interesante y bien
construido thriller o cine
negro, desarrollado en las calles de la Ciudad de México, durante la
época contemporánea. En este caso, el protagonista de esta muestra de
cine negro no es el clásico detective o el policía como el investigador
central de la vida misteriosa de El Ángel Enmascarado, sino un periodista de la lucha libre, un ser marginal que es alcohólico y loser y que, sin embargo, descubre grandes verdades sobre el fallecido luchador. Desafortunadamente, el periodista termina
en prisión y es visto por la justicia del Estado como un criminal, un
loco y un alcohólico que solamente revela la verdad verdadera a su
esposa. En este sentido, el punto de vista narrativo dominante no es el
del Estado (la policía), sino el de un miembro de la sociedad civil, lo
cual permite ocultar la gran verdad sobre el luchador mexicano. Así
pues, Olmo Robles es un periodista del encordado y se convierte en un
poderoso testigo de los hechos misteriosos y verdaderamente legendarios
del protagonista, El Ángel Enmascarado: Su sobrevivencia secreta por
amor a una mujer, la actriz Lina Roma.
La
parodia y el humor son esenciales dentro de toda la película de Buil.
Estos dos elementos son desmitificadores y permiten ver la historia de
El Ángel Enmascarado como mera ficción, más allá del enfoque público
sobre el destacado luchador mexicano. Por ejemplo, la vida privada del
luchador es un tanto absurda, pues vive y convive con su primera esposa
Emilia (María Rojo), siempre vestido con su característica máscara
dorada, y siempre mantiene su identidad personal oculta dentro de su
misma familia. Como consecuencia, el hijo de ambos cónyuges viste con
una mascarita dorada y aparece en algunas fotos con la capucha. Aunque
se enfatiza el misterio y la leyenda aun en la propia vida privada, la
exageración de algunas escenas deriva en humor. Por otro lado, el
supuesto destino futuro de la primera esposa tras el divorcio es un
asunto muy jocoso. Luego del divorcio, ella se va a los Estados Unidos y
se practica una operación de cirugía plástica con el propósito de ser
una verdadera persona anónima y liberarse de la fama de su exmarido. Es
decir, la nueva identidad de la esposa es como una máscara de piel.
Por su tema de los luchadores, el filme de Buil entronca con el drama teatral Máscara contra Cabellera
del mexicano Víctor Hugo Rascón, el cual fue publicado y representado
durante la década de los ochenta. Mientras que el dramaturgo Rascón
enfatiza la corriente teatral del Realismo Poético (Apolo es un
personaje con poderes sobrenaturales) y la del Realismo Verdadero (la
lucha sindical entre luchadores causa la muerte de Apolo), el filme de
Buil privilegia el humor desmitificador, la cultura de masas en torno a
la lucha libre (historietas, cine, radio, televisión, literatura,
carteles), la historia periodística y, en especial, la leyenda del
luchador mexicano, dentro de un contexto social realista de México.
Otros
elementos interesantes de la película de Buil son el tema del luchador
como auténtico héroe mexicano en contraste con los superhéroes
estadounidenses y el papel central de los medios de comunicación masiva
en la construcción de la fama y la leyenda de los luchadores.
Primeramente, la película contrasta el nacionalismo y el realismo del
luchador enmascarado en contraste con el superhéroe de ficción típico de
la cultura norteamericana (v. gr. Batman) y con el detective propio de
la cultura británica (v. gr. el ficcional James Bond). En segundo lugar,
los medios de comunicación masiva cumplen un papel determinante en la
construcción de la fama, de la ficción y de la parodia del cine de
luchadores. En consecuencia, dentro de la trama del filme, aparecen
otros documentos narrativos claves sobre el luchador protagonista. Por
ejemplo, las historietas sobre El Ángel Enmascarado son obra de la
imaginación creadora de Juan J. Luna, un editor que se viste
extrañamente como aviador de principios del siglo XX (chaqueta, botas y
gorra de cuero en color café). Por este motivo, la película incluye
bellísimas escenas de la historieta, pero en forma de un dinámico cómic
configurado con creativos dibujos animados. También, los filmes de
vampiros y luchadores aparecen de manera sincrética en las creaciones
del cineasta Quijano, se exhibe un secreto video en que Quijano habla de
su papel como director de las películas de El Ángel y se muestra un
libro biográfico sobre el legendario luchador enmascarado cuyo autor es
el fallecido escritor Zamarripa (Gabriel Pingarrón). En el video, el
propio Quijano sostiene un juicio cinematográfico polémico: Que “El
Ángel modernizó al cine mexicano” y que “nadie se dio cuenta de ello”
(Buil).
Finalmente,
la parte de la trama más inverosímil y paródica es que Luna y Quijano
crean un doble del luchador enmascarado cuando tienen problemas
profesionales y personales con El Ángel Enmascarado. Entonces, esta
secuencia es una absurda parodia y un intertexto de de la novela Frankestein
de la escritora británica Mary Shelley. En este episodio, se ve un
laboratorio secreto donde Quijano y Luna ponen una cabeza a un luchador
que yace en una mesa de operaciones y lo hacen vivir como Frankestein.
Este segundo luchador, fabricado en el laboratorio, se encuentra al
final de la trama con el verdadero Ángel Enmascarado dentro de la
mansión del famoso luchador, ambos luchan y, finalmente, Lina Roma da
muerte al falso luchador mediante un balazo con una pistola. En
consecuencia, este doble es el cadáver enterrado en el funeral público
narrado al comienzo de la película de Buil.
En
suma, toda esta interacción de textos culturales y de documentos de la
cultura popular perturba el nivel de realidad que construye toda la
película. De esta manera, esta yuxtaposición de textos ficcionales,
algunos muy absurdos e inverosímiles, se mezclan con la supuesta
realidad inicial del filme, para subrayar el carácter legendario del
luchador enmascarado. Por esta razón, los espectadores del filme pueden
pensar que toda la película es, posiblemente, una película de ficción,
pues la película de Buil cierra con una repentina y curiosa declaración
de Juan J. Luna, quien informa que El Ángel volverá. Sin embargo, esta
declaración también puede referirse exclusivamente al Ángel ficcional de
las historietas y filmes. Según la resolución de la trama del filme, la
verdad descubierta por el periodista Olmo Robles —la existencia del
luchador enmascarado por amor— queda al final como un posible hecho más
dentro de la leyenda general construida en torno a El Ángel Enmascarado,
pues la prisión del periodista ocurre dentro del orden de realidad
social de México, la cual fue propuesta al principio de la película de
Buil. Esta verdad oscura y misteriosa sólo es conocida por un periodista
marginal, alcohólico y supuestamente criminal y loco. Con estas
interacciones de textos de la cultura popular, el filme se enriquece
narrativamente dentro de la ficcionalidad configurada por el cineasta
Buil.
Para
reforzar el nivel realista del filme de Buil, la película se ubica en
la Ciudad de México, especialmente en escenarios nocturnos: En sus
calles, bares, cines y monumentos históricos representativos. En
especial, hay algunas escenas en el Bar Montmartre, en el Cabaret El
Ratón, en el Monumento a la Revolución y cerca de la estatua de El Ángel
de la Independencia, la cual se encuentra situada en la Zona Rosa. En
particular, la resolución de la trama transcurre en una hermosa y
elegante casa de cantera, protegida por un elevado cerco, la cual
constituye la fortaleza de El Ángel Enmascarado. En general, el tiempo
de la historia central es cronológico, pero aparecen algunos retrocesos
en el tiempo para narrar, por ejemplo, un encuentro fugaz del periodista
Robles con el propio luchador leyenda cuando este deportista le regala
la credencial del luchador al primero y para contar, especialmente, la
vida familiar del luchador con su esposa Emilia y su pequeño hijo dentro
del hogar. Asimismo, en la trama se mencionan y/o aparecen otros
personajes históricos importantes dentro del medio de la lucha libre,
tales como El Santo y el famoso cronista mexicano Ángel Fernández, quien
actúa en una secuencia en la televisión con El Ángel Enmascarado.
La leyenda de una máscara
de Buil pertenece al Nuevo Cine Mexicano, una corriente de cine
desarrollada especialmente en las décadas de los ochenta y los noventa,
bajo el impulso principal del Instituto Mexicano de Cinematografía. El
guión y el argumento fueron escritos por el propio José Buil. La
película recibió cuatro Premios Ariel en 1991 por Mejor Ópera Prima (el
propio Buil), por Mejor Fotografía (Henner Hoffmann), por Mejor
Ambientación (Patricia Eguía y Alfonso Morales) y por Mejor Actor de
Cuadro (“La leyenda”). Buil dirigió también el filme La línea paterna durante la década de los noventa. El famoso sitio de cine www.imdb.com clasifica La leyenda de una máscara
como un drama y como un filme de acción y de crimen y le otorga una
calificación de 5.9 de diez puntos posibles (“La leyenda”).
Obras citadas
Buil, José, dir. La leyenda de una máscara. Instituto Mexicano de Cinematografía, 1989.
“La leyenda de una máscara.” IMDb. 5 mayo 2014. Amazon Company.
<http://www.imdb.com/title/tt0097738/>.Cortesía: http://roblesoscar6.blogspot.com y Óscar Robles
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