Blue Demon vs. Santo y el luchador desenmascarado
Antes de Blue Demon, Alejando Muñoz
¿Cuál es el origen del “Demonio Azul”? El hombre bajo la máscara azul del Blue Demon era Alejandro Muñoz quien nació el 24 de abril de 1922 en una ranchería de Nuevo León. No acabó la primaria y tuvo varios trabajos desde que era joven para mantenerse: fue trombonista en una orquesta local, garrotero y trabajador ferroviario.
Poco a poco empezó a adentrarse en el mundo de la lucha libre. Mientras cumplía con sus otros trabajos empezó a entrenarse con Rolando Vera, precursor de la lucha en Monterrey (y quien después le puso el nombre al Demonio Azul).
Para 1948 debuta oficialmente en la lucha libre en Laredo Texas con los apodos que le habían puesto sus amigos del ferrocarril, como El Tosco y el Manotas y sin uso de máscara. Primero se entrenó y aprendió a ser un luchador profesional y después empezó a crearse un personaje poco a poco. Éste se construyó a partir de un nombre, una imagen y una historia, fue un largo camino hasta que su entrenador por fin le puso Blue Demon y el Muñoz pudo debutar oficialmente.
El nombre, junto con la máscara, son componentes fundamentales para completar el personaje de un luchador. A Muñoz le dan su máscara al mismo tiempo que su nombre. En el momento en el que se mandó a hacer una máscara de piel de cerdo, lo que tenía no era solo una pequeña baratija azul sino que es la base sobre la que se sostiene su persona: Blue Demon.
Máscara vs. Máscara
La máscara no hace al luchador, pero el luchador sí hace a la máscara. Blue Demon modificó la máscara con la que empezó a luchar al poco tiempo, agregando el antifaz plateado que tomó inspirado en la máscara de El Médico Asesino, otro famoso compañero del pancracio.
Desde un principio disfrutó luchar con la máscara y dice que siempre le gustó sudar en ella y ocultar su rostro ahí.
En septiembre del 48 debutó como Blue Demon en la Arena México (invitado por Jesús Lomelí, quien era el entrenador del Santo) y ahí empezó a hacer pareja con Black Shadow, con el que siempre hizo buen equipo.
En esa época la lucha libre gozaba de gran fama en todo el país. Principalmente porque desde que se consolidó en México posrevolucionario, la idea del gobierno era modernizar al país como diera lugar, una de las formas de hacerlo era a través del deporte y la competencia. La lucha libre era la disciplina ideal para hacerlo. Así empiezan a surgir grandes figuras en la lucha libre, eran tanto héroes populares como ídolos deportistas. Uno de los luchadores famosos de la época fue el Santo, con el que Blue Demon se encontró rápidamente durante su carrera.
El Santo, antes de consagrarse como el mayor héroe de la lucha libre en su tiempo, lo hizo como los grandes y en favor de Freud: asesinando al padre. El padre en este caso era el mayor ídolo nacional de la lucha libre, el famoso Black Shadow. Santo gana su título de ídolo de las luchas cuando lo desenmascara en 1952. Apostar la máscara es apostar la identidad y la trayectoria dentro de la lucha libre. Cuando gana Santo, se enloquece de la emoción y rompe una de las máximas dentro de la lucha libre: intenta quitarle la máscara al Black en vez de dejar que él mismo lo hiciera.
Es un pacto entre luchadores que a pesar de que se pierde la máscara ante el otro, es el portador de la máscara quien se la quita. En el momento en que Santo se acerca a Black Shadow para arrebatársela, Blue Demon le mete un patadón para impedirlo. Así, en el momento de mayor gloria del luchador más famoso de México, Blue Demon le recuerda violentamente las reglas y defiende el honor de su amigo y maestro. A partir de ahí, Santo y Blue serán enemigos por siempre. Después del pleito durante el desenmascaramiento de Black Shadow, la gente aplaudió muchísimo a Blue Demon y se confirmó que era técnico, es decir, un tipo bueno, un seguidor de las reglas.
Así, Blue Demon sella su destino y se dedica a tener luchas contra Santo para vengar a su maestro de lucha. El 7 de agosto de 1953, Blue Demon venció a Santo en la Arena Coliseo, por lo que decide retarlo para el campeonato Mundial Welter. Y el 25 de septiembre volvieron a luchar ante más de 9 mil aficionados. La primera caída de Blue, la segunda de Santo y la tercera de Blue con su llave, la “estaca india”.
Blue Demon, santo patrono de la identidad sagrada
La máscara de cualquier luchador significa muchas cosas al mismo tiempo. Detrás de ella se encuentra la larga tradición de uso de máscaras prehispánicas en México, todas ellas utilizadas en rituales especiales donde el que las usa, se vuelve otro en favor de algo sagrado. Este volverse otro de alguna forma también llega a los luchadores mexicanos. En 1934, un año después de que la lucha llega a México, el luchador La Maravilla Enmascarada se cubre el rostro por primera vez replicando un truco en la lucha libre estadounidense que se llamaba igual que él: “La maravilla enmascarada”, en donde los luchadores subían al ring cubiertos. El truco estadounidense se replica y se convierte en una forma de codificar la lucha libre. A partir de entonces, la máscara será fundamental para subirse al ring.
Los luchadores son más personajes que personas y en ocasiones, más actores que deportistas, no por nada hay estudiosos que han llamado a la lucha, el espectáculo del exceso. Este exceso, en el gesto, en el actuar y en el personaje es lo que hace a los luchadores.
Blue Demon utiliza la máscara para ocultar a Alejandro Muñoz Moreno, quien termina tan oculto que prácticamente desaparece. Lo que permanece entonces es la máscara, que se vuelve el rostro.
Mirar al rostro de Blue Demon, es mirar a su máscara. Máscara y persona se vuelven el mismo sujeto, y esa fórmula indivisible creadora de luchadores se defiende con todo, y ante todos. Aunque el adversario sea el nuevo héroe nacional. La máscara se defiende incluso a patadas.
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