miércoles, 22 de noviembre de 2017

El Santo, hijo predilecto



Tulancingo, Hidalgo.- En esta ciudad hay muchos pobladores que orgullosos presumen ser paisanos de El Santo.





Aquí se conserva la pila bautismal donde le dieron el nombre de Rodolfo Guzmán Huerta al hombre detrás de la máscara plateada, y se puede ubicar el lugar en el que vivió en su infancia y en el que estudió.
Y pareciera que esta localidad, la segunda en importancia en Hidalgo, fue la ideal para que el 23 de septiembre de 1917 naciera quien años más tarde se convertiría en el más legendario luchador.
Desde la década de los 30, este lugar empezó a recibir funciones de lucha libre y boxeo, lo que motivó la aparición de siete arenas a lo largo de los años, una incluso llamada Arena Black Guzmán, en honor a Miguel, hermano mayor de Rodolfo y también gladiador.
Así lo relata Felipe Carrillo, músico y compositor que también es apasionado de la historia de Tulancingo y de la trayectoria de una de sus figuras: El Enmascarado de Plata.
"Hay dos cosas que yo admiro de El Santo. Una es la humildad, pues, a pesar de haber sido el más grande luchador y un personaje importante en la industria del cine, con muchos éxitos de taquilla, jamás perdió el piso", comenta Carrillo.
"Y la otra (virtud) es la bondad, pues mucho de lo que ganó lo invirtió en causas nobles, como mantener asilos de ancianos, casas de enfermos o de huérfanos, y daba funciones gratuitas en las cárceles", agrega Felipe.
Aunque colecciona diversos artículos de El Plateado, Carrillo asegura que lo que más valora son los documentos que revelan eventos importantes de Guzmán Huerta en Tulancingo.
"Los documentos referentes al lugar donde él nació es lo más importante de esta colección", señala sin dudar Carrillo, quien pudo dar con papeles como el acta de nacimiento y la fe de bautizo del luchador.
Agencia Reforma
Cortesìa: http://www.elmundodeorizaba.com/

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