jueves, 23 de noviembre de 2017

Cine Arena: la Lucha Libre…







“Respetable publico ¡lucharan 2 de 3 caídas sin límite de tiempo! en esta esquina el Santo, el Cavernario y en esta otra Blue Demon y el Bulldog”… dice la canción de la Sonora Santanera  inspirada en los personajes que luchaban en el ring y emocionaban y divertían a la gente.

Si la Arena México, ubicada en la Colonia Doctores de la Ciudad de México, es considerada la Catedral de la lucha libre mexicana; en Hermosillo, el Cine Arena era considerado por igual. Eran los mismos personajes que en los años ‘50s y ‘60s subían al ring los viernes por la noche.

El principal ídolo de niños y adultos, se incluyen a las mujeres, lo era el Santo, el enmascarado de plata, su nombre real era Rodolfo Guzmán Huerta del meritito Tulancingo, Hidalgo, donde nació un 23 septiembre de 1917 –hoy festejamos los cien años de su nacimiento-.

Sus compañeros eran Blue Demon, Huracán Ramírez, El Solitario, Black Shadow, Mil Máscaras, Rayo de Jalisco, Tinieblas, Neutrón, Cavernario Galindo, Lobo Negro, Atlantis, Tonina Jackson, Frankenstein, Wolf Ruvinskis; unos los “técnicos” y otros los “rudos”. Pocas eran las mujeres que “luchaban” y acompañaban a los ídolos del ring en sus giras por provincia: Chabela Romero, Toña la Tapatía, Marina Rey, La Yaqui y la Jarochita Romero.

Llegaban en una camioneta Chevrolet azul “oscuro”, vidrios pintados de negro –aún no se inventaba el polarizado-; entraban a la Arena por el portón de lo que originalmente sería el movimiento de los caballos de los picadores en las corridas de toros. Entrando, de lado derecho estaban los “camerinos”.

Ver a los luchadores, sus máscaras y algunos con atuendos a doc a sus nombres, era todo un espectáculo; en el ring desde la esquina “volaban” para impactar contra su adversario; las caras de los aficionados, sean niños o adultos, se transformaban de asombro y se preguntaban “como le hizo para volar”; siempre alguno salía “bañado” en sangre…y como bien dice la canción:

“y la gente comenzaba a gritar se sentía enardecida sin cesar / métele la wilson, métele la nelson, la quebradora y el tirabuzón, quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos, sácalo del ring métele la wilson, métele la nelson, la quebradora y el tirabuzón, quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos (sácalo del ring)”…

La gente en ese entonces no le daba importancia al valor del “autógrafo”, niños y adultos peleaban por acercarse a su ídolo, tocarlo, saludarlo, pocos se tomaron fotos con ellos –aún no se inventaban las selfings-. Eran amables con todos, pero principalmente con los niños.

Los luchadores al término de la pelea, buscaban al Chapo Romo para que les pagara el “resto”; en taquilla era el encuentro, ahí se protagonizaba “la lucha de la saliva” decía el Chapo Romo al otro día en la imprenta del Diablo Zayas; siempre decía que había perdido o salido “tablas”, nunca gano un peso. Nadie le creía pero le daban por el lado.

Los sábados eran los encuentros entre los de la Cinco de Mayo de arriba, los del Cine Arena y uno que otro venido de más allá, la  San Benito o la Huapalaina; en la recién inaugurada Placita Morelos, frente al internado Cruz Gálvez; en la placita construyeron un edificio donde se hicieron los primeros desayunos escolares que nos los vendían en 20 centavos: una “conchita”, un cuartito de leche con chocolate, un huevo cocido, a veces un plátano o naranja, en diciembre un puño de cacahuates y galletas de animalitos.

El caso es que, por la tarde noche recalaban los niños y adolescentes que la noche anterior habían asistido a la lucha libre, y obvio, la adrenalina aun fluía en su inocente cerebro que le pedía aplicar “la llave” que le hizo el Santo al Cavernario; la mayoría estábamos en la escuela Heriberto Aja –también enfrente de la placita-, nos conocíamos y algunitos nos “traíamos ganas” y pa’cuando; uno, por lo general “el más grande”, “concertaba” el pleito entre Juanito y Pedrito (nombres ficticio por aquello de las represarías) y, los gritos de los presentes que apoyaban a uno u al otro no se hacían esperar.

La lucha era limpia, pero al calor del momento, sacaban sus mejores mañas aprendidas en el Cine Arena, piquete de ojos, patadas en las nobles partes y tierrita en los ojos. Chapucero le gritaban. Después de unos minutos de estar luchando, los separa alguien de los grandes que por ahí andaba “gateando” (palabra no con tintes peyorativos, era aceptada por unos y otras, pues era sábado y de ahí al baile, luego les cuento esta nostálgica historia); el pleito terminaba, el ganador se la creía, el supuesto perdedor por lo regular terminaba llorando. Niños al fin.

En la Casa Oloño, estaba por la Monterrey, frente al Mercado municipal Pino Suarez, donde hoy es el edificio Parían, vendía de todo, desde una aguja para tocadiscos, cuerdas para guitarra e instrumentos musicales, entre una variedad de artículos, la chamacada iba a comprar a sus ídolos, monitos –de plástico- del Santo, Blue Demon hasta del Cavernario Galindo, así, muchos hicieron su colección. Esto era porque los niños y adultos gozaban del espectáculo de la Lucha Libre.

Pero bueno, esto sucedió hace casi medio siglo, y desde entonces la mujer ya participaba de igual manera que los hombres en la lucha diaria por sobrevivir; las luchadoras del ring hicieron historia; hoy ya son parte importante en el Box y la Lucha Libre.
Pero como hoy oficialmente y legalmente tienen derecho al 50-50 y muchas dicen que la Alicia Arellano fue la primera mujer en ocupar una curul a nivel federal, lean la siguiente nota fechada el sábado 2 de abril de 1955 en La Opinión, decía, dice la nota:

“LA PRIMERA MUJER SONORENSE, SUJETA A VOTO POPULAR. MAÑANA TENDRA LUGAR LAS CONVENCIONES DISTRITALES DEL PRI EN NAVOJOA HERMOSILLO Y MAGDALENA, PARA DESIGNAR SUS CANDIDATOS A DIPUTADOS FEDERALES POR LOS TRES DISTRITOS.

En el avión de ayer del servicio regular de la Mexicana de Aviación regresaron los señores Luis Mendoza secretario general de la liga de comunidades agrarias del Estado, Emiliano Corella, prominente agricultor y ganadero Saturnino Saldiva, destacado líder obrero de la CTM, en el Yaqui, todos candidatos a diputados federales por los tres distritos de Sonora.  Como dijimos en nota anterior los señores Mendoza Corella y Saldívar, están abocados a ser designados candidatos del PRI, puesto que las centrales obreras y campesinas ya decidieron brindarles su apoyo son suplentes de ellos en el orden anunciado, los señores Santos Ochoa, Señora Francisca Córdova, Eulalio Vázquez, el primero conocido funcionario de Recursos Hidráulicos y Secretario General del al FTSE, la segunda Directora de Acción Femenil del PRI, y el tercero líder en el Mayo de la C.N.C.   La señora Córdova, tiene privilegio de ser la primera mujer sonorense que tomará parte en una posición de esa naturaleza en la lucha política del Estado y de seguro que los contingentes organizados tendrán mucho gusto al leer esta noticia, pues se trata de una vieja luchadora laborista. No sería pues remoto que en la próxima legislatura local tuviéramos a una diputada por algunos de los nueve distritos sonorenses”.

Pero mejor a’i se las dejo. Estas crónicas me gustan porque despiertan la memoria olvidada por el trajín de los tiempos modernos, es nostalgia…¡¡¡SARAVAH!!!

Cortesía: http://www.termometroenlinea.com.mx/ y Mario Munguía Murillo 

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