Continuando
con el conocido editor José G. Cruz y Santo, comentaremos lo siguiente: después
del gran éxito que tuvo la historieta a lo largo de casi 26 años, la sociedad
de estos personajes tocó a su fin. Sucedió que en el año de 1974, surgió un
disgusto entre ellos, problema que desembocó en una demanda.
El
conflicto surgió a raíz de que José G. Cruz citó al Santo para tomar una serie
de fotografías para la revista, solo que en esos momentos el Santo, dados sus
múltiples compromisos tanto en presentaciones personales como por las
películas, no disponía del tiempo suficiente para asistir a la sesión
fotográfica.
A José G.
Cruz se le hizo fácil suplantar al personaje principal por un modelo que
físicamente en nada se parecía al Santo y que nada tenía que ver con la lucha
libre; tal vez los aficionados a éste deporte y los seguidores de la revista
del Santo se acuerden de esto.
Santo se
molestó muchísimo por la salida fácil que el editor había encontrado y por el
hecho de que en la revista aparecía un falso Santo y el personaje asesorado por
un abogado acudió a clausurar la editorial de José G. Cruz, cosa que propició
que éste denunciara al Santo argumentando que el Santo de su historieta nada
tenía que ver con el luchador llamado El Santo.
En plan
de venganza, el editor publicó al Santo sin máscara, y así fue como la gente se
vino a enterar de que tras la enigmática máscara plateada del legendario
luchador El Santo, se escondía el rostro de Rodolfo Guzmán Huerta… Y así, en el
año de 1974 terminó una gran amistad, que se iniciara en 1952 entre Santo, el
ídolo de las multitudes y el editor José G. Cruz.
En esta
fecha nacieron dos ídolos y resulta bastante increíble, ya que por lo general,
el que pierde la máscara se diluye en el anonimato, o como vulgarmente se dice,
pasa a “ser del montón”… Con Black Shadow no sucedió así.
Al haber
perdido la máscara, salió ganando, ya que detrás de esa máscara que llamaríamos
fúnebre, se escondía un verdadero ídolo, como lo fue Alejandro Cruz. Y a su vez
el Santo confirmaba también su calidad de ídolo, y por consiguiente se
convertía en verdugo de los enmascarados, ya que vendrían otros encuentros de
Máscara VS Máscara de la misma importancia de este que les narramos contra
Black Shadow, encuentros que en un cercano futuro serían contra El Halcón
Negro, El Gladiador y El Espanto Primero…
Esos
encuentros han quedado escritos en letras de oro para gloria del hermoso y
viril deporte de la Lucha Libre y deleite del aficionado.
Vaya un
saludo, Santo, donde quiera que te encuentres…
Humberto
Pérez Flores, “El Águila Real”
Colaboración
de Antonio Santillán Pimentel
Desde
aquí deseo agradecer a mi buen amigo el Maestro Antonio Santillán por enviarme
este material, se te aprecia amigo,
Bruno
Bernasconi
El Azote
Venezolano
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