A principios de la década de los setenta, tuvo su propio programa de
televisión, al igual que en el cine rescataba de los malosos a los
desprotegidos. Recientemente festejamos los setenta y tres años de la aparición
en el mundo de la lucha libre de Santo, el enmascarado de plata (el domingo 26
de julio de 1942 en la antigua arena México, éste local ocupaba lo que ahora es
el estacionamiento de la arena México actual), en aquella ocasión el Santo fue
descalificado ante el Ciclón Veloz, como resultado final de una batalla campal.
De ahí en adelante, el esteta ganó el reconocimiento de los aficionados, cabe
aclarar que su estilo era el rudo, su fama se elevó gracias a las hazañas
conseguidas en los cuadriláteros donde figuró en varias oportunidades como
campeón nacional y mundial. El público quería verlo en otros ámbitos, para ello
se editó una revista de aventuras donde era el personaje principal, reconvirtió
en héroe por excelencia, enfrentando todo tipo de enemigos, poniendo en claro
que el bien siempre triunfa sobre el mal.
Obtuvo tanto éxito que se publicaba
tres veces por semana, el mundo del cine se interesó en él, Fernando Osés,
luchador español, lo convence y filman sus primeras películas: “Hombres
Infernales” y “El Cerebro del mal”, transcurría el año de 1958, cabe aclarar
que Fernando Osés tenía experiencia en el medio pues había participado en
diferentes producciones además de ser gladiador, había llegado a nuestro país
junto con Eduardo Bonada.
Éstas historias permanecieron en cartelera por dos
años con excelente respuesta del respetable, por ello le ofrecieron continuar
por ese camino, ahora con “Santo contra los zombies” (1961) y “Las Mujeres
Vampiro” (1962) con la cual fue galardonado en el prestigiado festival de San
Sebastián, en España, así empezó a internacionalizarse.
Los niños se
identificaban con él, por ello pensó en cambiarse al bando técnico, la
situación se puso a modo cuando acompañado de los Espantos 1 y 11, lo
traicionaron éstos y aprovechó para enfrentarlos días después en una revancha
acompañado de Henry Pilusso, desde entonces nunca regresó al equipo salvaje.
Santo tuvo afición a la tauromaquia, para ello se preparó hasta dominar la
especialidad, por ejemplo presentó éste espectáculo en Monterrey, acompañado de
otros luchadores como Carlos Moreno, Gladiador, Rolando Vera y Black Shadow,
todo un éxito.
Continuó su trayectoria junto a Capulina, toreaban en diversas
partes, Santo explicaba como se filma una película, finalmente daba una
exhibición de lucha libre, sus rivales eran entre otros La Sombra Vengadora o Ismael
Ramírez quien desde su debut en 1959 hizo gran amistad con el plateado. La fama
del legendario personaje llegó hasta Colombia, estando ahí el promotor le dijo
que como el público lo había visto enfrentar todo tipo de enemigos en las
películas querían que lo hiciera ante un tigre de bengala, Santo aceptó, el
escenario estaba repleto, salió airoso frente a su singular rival.
A principios
de la década de los setenta, tuvo su propio programa de televisión, al igual
que en el cine rescataba de los malosos a los débiles y desprotegidos, se
acompañaba de Paco Malgesto, Rubén Aguirre, Marcela Rubiales, Enrique Llanes
entre otros, después enfrentaba luchadores de la época como Sugi Sito, Ham Lee,
El Greco y Tony Salazar por mencionar algunos.
Todo lo que tocaba el
enmascarado era un éxito, Sergio Peña el productor, le propuso hacer una
historieta dirigida a la niñez; Santo le comentó la idea a José Guadalupe Cruz
con quien hasta entonces tenía vigente la otra revista, éste no aceptó y
amenazó con despojarlo de su personaje. Santo no quiso volver a aparecer en la
revista de José Guadalupe Cruz, éste lo suplió con el fisicoculturista Héctor
Pliego; el respetable no aceptó y fue el fin de la publicación, después de un
juicio engorroso, Santo demostró ser el dueño auténtico de los derechos del
personaje y Cruz tuvo que pagarle una fuerte suma económica.
Cortesía de:
www.excelsior.com.mx y Juan Daniel Barroeta Islas
No hay comentarios:
Publicar un comentario