Además de ser una gran estrella del cine, fue también el nombre de una leche "Santo Milk" y ahora lo será de un mezcal
Como siempre le doy las gracias a mi amiga la Dra. Janeth Peñafiel por el mandarme la columna de nuestro común amigo El Hijo del Santo, para compartirla con todos ustedes.
En el tiempo en que mi padre, Santo, El Enmascarado de Plata,
estaba lleno de actividades como la lucha libre, el cine, la historieta y
la televisión, siempre había personas que le sugeríamos hacer
diferentes negocios.
Y él, con la caballerosidad que lo caracterizaba siempre,
contestaba: “Yo pongo el nombre y el personaje y tú consigue la
inversión”. Fue así que algunos negocios se concretaron.
Uno de ellos fue por iniciativa de su gran compañero y amigo, Gory
Guerrero, quien radicaba en el Paso, Texas, y contactó a una empresa
productora de lácteos y le sugirió lanzar un producto que tendría enorme
éxito entre la comunidad latina.
Así apareció en todos los supermercados y tiendas Santo Milk,
logrando buenas ganancias para mi padre, la empresa y para Gory
Guerrero.
Siempre he pensado que a mi padre le faltó tiempo para
comercializar su personaje y alguien con la visión de hacerlo. Cuando me
lo entregó me dijo con mucha seguridad: “Cuida este personaje, es tu
patrimonio, con él podrás hacer buenos negocios y te dará muchas
satisfacciones”.
Afortunadamente, con el paso de los años he logrado hacer de El
Santo una marca y siempre analizamos qué es conveniente y qué no.
¿Por qué lanzar un mezcal? Ésa es la pregunta de mucha gente y de
los medios de comunicación. Siempre que voy a dar un paso, pienso en lo
que mi padre diría si viviera y sé que estaría muy complacido con el
lanzamiento de un mezcal llevando su imagen o, más bien, nuestra
imagen.
Las razones son muchas y empezaré por decirles que el personaje de
El Santo es parte de nuestra cultura popular mexicana y tiene una
tradición de 73 años. Con el trabajo que mi padre realizó en su momento
y con el mío, apoyado por mi gran equipo de trabajo —en realidad
consta sólo de mi mánager—, logramos que esta máscara plateada sea un
símbolo que representa orgullosamente a México en todo el mundo.
Así mismo, el mezcal es una bebida milenaria que forma parte de
nuestra historia y se produce en casi todos los lugares de México donde
hay agaves.
Como tantas otras bebidas alcohólicas nació no sólo cerca del
ceremonial y la fiesta, sino también cerca de los remedios y de la
medicina. En la medicina tradicional el mezcal, como el alcohol de caña,
se utiliza para asperjar, sobar y limpiar. Con él se bendicen también
las milpas, las construcciones y las cruces.
La unión de esta bebida con la imagen de un personaje querido y
respetado fue una excelente idea porque no estoy promoviendo que la
gente beba, estoy promoviendo una bebida que representa nuestras raíces.
Otro motivo sumamente importante es brindar apoyo a comunidades que
necesitan vender su producto. Nuestro mezcal es originario de San Luis
del Río, Oaxaca, y mi personaje es una plataforma para que estas
personas puedan dar a conocer su producto que tiene como característica
ser joven, 100 por ciento maguey espadín, cuyos hornos son cónicos
cubiertos por piedra y se utiliza madera de encino para su fermentación.
Es un producto orgánico, con calidad de exportación y algo muy
importante: somos una empresa sustentable. Para su venta tenemos
contemplados países como Holanda, España, Inglaterra, Japón y China; las
ganancias serán también para esta comunidad de productores.
Con mi marca hemos logrado generar diferentes fuentes de trabajo y
un claro ejemplo es en esta comunidad de Oaxaca. En este mes patrio ya
pueden adquirirlo, ya sea como regalo o para degustarlo y así
contribuir con los artesanos del agave nacional.
Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.
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