viernes, 27 de mayo de 2016

Al ritmo de la lucha







El Santo, El Cavernario, Blue Demon y El Bulldog inspiraron a don Pedro Ocadíz y nació una canción inolvidable 

Estos cuatro pilares de la lucha libre mexicana recibieron jubilosos en el cielo al hombre que los inmortalizó con la canción Los Luchadores, melodía que hoy por hoy es el himno de este bello deporte espectáculo así como de bodas, XV años, graduaciones desde secundaria hasta licenciaturas, fiestas de grandes empresas y todos los festejos que se les puedan ocurrir.  Desafortunadamente aquí, en la tierra, no fue así la despedida que merecía don Pedro Ocádiz.

Es lamentable y sumamente triste que muchos seres humanos talentosos y creativos sean olvidados por las instituciones deportivas, culturales, de comunicación y de compositores; porque cuando están enfermos, son adultos mayores, ya no les resultan útiles y mueren en el olvido.

Tuve el gusto de conocer en persona al maestro Ocádiz en los estudios de ABC Radio una ocasión que lo entreviste en mi entonces programa radiofónico “Hablemos Sin Mascaras”. Ese día, este gran compositor me entregó una hoja de papel en la que, con su puño y letra, escribió para mi, una canción titulada “El Hijo del Santo”, lo que me llenó de emoción y orgullo, pues no a cualquiera nos componen una melodía y menos un talento como este especial compositor.

Esa ocasión la charla se enfocó a la historia de la canción que ha dado la vuelta al mundo y que la mayoría conocemos y bailamos en todo tipo de fiestas, de todos los ámbitos sociales. Ha sido bailada por presidentes, senadores, empresarios, cultos  e incultos, maestros de universidad y maestros de obra, infinidad de gente, incluyéndote a ti que estas leyendo estas líneas y cuyos protagonistas son El Santo, el Cavernario, Blue Demon y el Bulldog  y cuyo título es ¡Los Luchadores!

El maestro Ocádiz escribió la letra y la música con su socio, compañero y amigo Raúl  Zapata, en 1952. Ocádiz y Zapata se inspiraron siendo jóvenes aficionados y viendo a estos grandes luchadores de la época en la Arena Libertad; sus preferidos, dicho con sus propias palabras, eran Rudy, como también fue conocido El Santo, y su hermano Black Guzmán.

La guardó durante muchos años y fue hasta la década de los años ochenta cuando logró grabarla con el Conjunto África y hacerla sumamente popular. El maestro Pedro Ocádiz trabajaba con su orquesta en el emblemático programa de televisión El Club del Hogar, con Daniel Pérez Alcaraz y Madaleno.

En una ocasión, que el conjunto África estuvo como invitado en el programa, le pidieron al maestro Ocádiz algunas canciones y fue así que escucharon varias pero se enloquecieron con Los Luchadores y pronosticaron que sería un rotundo éxito, tal y como resultó.

 A finales del año de 1983 la grabaron y le llevaron el disco pequeño  en  45 revoluciones a El Santo, quien se presentaba  como escapista en el Teatro Blanquita. Mi padre escuchó la canción y les dio su visto bueno, pero debido a su deceso ya no tuvo la oportunidad de disfrutar el éxito que provocó esta pegajosa melodía en todas las estaciones de radio y programas de televisión, en donde el África la entonaba.

Al morir El Santo la canción alcanza una mayor popularidad y el maestro José Luis Hernández  escribe una nueva canción dedicada a la muerte de Santo “El Enmascarado  de Plata” de nombre “El SANTO” y una de las estrofas, se la dedicamos hoy al maestro Ocádiz por su reciente fallecimiento.

“Estoy triste, pero muy triste, oigan bien señores, pues se ha ido el luchador de grandes honores. / Estoy triste, oigan bien señores, pues se ha ido un gran compositor: el maestro Ocádiz. / Lo que sí estoy seguro es que se fue sabiendo que su canción lo había hecho ya inmortal en los mexicanos y hasta el resto del mundo”. ¡Descanse en paz, querido y admirado don Pedro!

Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras. 

El Hijo del Santo

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