"Dos putas añosas, dicho con el debido respeto, matan
a dos luchadores enanos". Así ha descrito el veterano cineasta mexicano
Arturo Ripstein la almendra de La calle de la amargura, la
película que, después de proyectarse con excelente recepción en Venecia o
Toronto, abrirá el 53 Festival Internacional de Cine de Gijón. La
cinta, que supone el regreso a la dirección del autor de Profundo Carmesí, El Evangelio de las Maravillas o La Virgen de la lujuria,
será la película de apertura, pero también aspirará a llevarse el
premio de la competición oficial con su revisitación, en un exquisito
blanco y negro, de los universos de Ripstein y su pareja y habitual
guionista, Paz Alicia Garcíadiego. El director, además, estará presente
en Gijón para hablar de su película.
Como en Profundo Carmesí, es la crónica de sucesos --todo un subgénero de la literatura popular en México-- la que suministra una historia verídica: la de dos luchadores "del género liliputiense", La Parkita y Espectro Jr., envenenados accidentalmente por dos prostitutas que pretendían robarles. Pero, más allá de la una realidad que rivaliza con la ficción más desbocada, Ripstein y Garcíadiego conectan como de costumbre con su maestro Buñuel y, más allá del calandés, con el espíritu del esperpento valleinclanesco.
A partir de ahí y en ese registro, La calle de la amargura, despliega una especie de retablo de la miseria cotidiana en la que Ripstein salvaguarda en todo momento la dignidad e incluso las noblezas de sus personajes, encarnados por un reparto que encabezan con dos interpretaciones muy elogiadas Patricia Reyes Spíndola y Nora Velázquez.
Cortesía: http://www.asturias24.es
Como en Profundo Carmesí, es la crónica de sucesos --todo un subgénero de la literatura popular en México-- la que suministra una historia verídica: la de dos luchadores "del género liliputiense", La Parkita y Espectro Jr., envenenados accidentalmente por dos prostitutas que pretendían robarles. Pero, más allá de la una realidad que rivaliza con la ficción más desbocada, Ripstein y Garcíadiego conectan como de costumbre con su maestro Buñuel y, más allá del calandés, con el espíritu del esperpento valleinclanesco.
A partir de ahí y en ese registro, La calle de la amargura, despliega una especie de retablo de la miseria cotidiana en la que Ripstein salvaguarda en todo momento la dignidad e incluso las noblezas de sus personajes, encarnados por un reparto que encabezan con dos interpretaciones muy elogiadas Patricia Reyes Spíndola y Nora Velázquez.
LA CALLE DE LA AMARGURA | Trailer
Cortesía: http://www.asturias24.es
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