[Foto:Rincondelawwe]
81 años de historia alcanza la lucha libre. Victorias,
golpes, derrotas, humillaciones y tradición convergen en el Consejo
Mundial de Lucha Libre, que ha mantenido un deporte que ya es parte de
la cultura nacional y sin el cual la idiosincrasia nacional no
alcanzaría a comprenderse con exactitud.
Hablar de esta
historia es conocer también la visión y éxito de Salvador Lutteroth,
quien comenzó con lo que sería la compañía más antigua del mundo en esta
disciplina, fundada como Empresa Mexicana de Lucha Libre, que celebró
su primera función el 21 de septiembre de 1933.
Aunque desde la segunda mitad del siglo XIX se tiene conocimiento de funciones de lucha libre en México, fue hasta la década de los 30 del siglo pasado cuando se formó la primera compañía mexicana especializada en este ramo.
Don Lutteroth comenzó con un primer cartel que incluía a luchadores de ese entonces como el irlandés Ciclón Mackey, quien fue el primer luchador enmascarado, el estadounidense Bobby Sampson y Yaqui Joe, entre otros.
La primera Arena México tenía capacidad para cuatro mil 500 personas, y dado el éxito y popularidad que alcanzó en la siguiente década, Salvador Lutteroth decidió remodelarla para crear un nuevo inmueble, que es el que actualmente se conoce con capacidad para más de 17 mil personas, la cual se inauguró el 27 de abril de 1956.
Antes, en 1943, se había creado la sede alterna de la EMLL, la Arena Coliseo, inaugurada el 2 de abril de 1943 con una rotunda humillación de Tarzán López a El Santo, quien no ganó ni una caída; asimismo, el “Embudo de Perú 77” ha sido sede de grandes batallas históricas, como la lucha de apuestas entre “El Enmascarado de Plata” y Black Shadow.
Según datos del propio CMLL, constituido como tal a partir de 1991, más de 100 máscaras han caído en la Arena México, siendo la primera la de El Gladiador a manos de El Santo, que también despojó al Espanto de su tapa en el mismo escenario.
Uno de los llenos más recordados se vivió el 21 de septiembre de 1990, cuando Rayo de Jalisco Jr desenmascaró a Cien Caras; otra gran entrada se dio dos años después, con Blue Panther quedándose con la careta de Love Machine, en los últimos años han revelado su identidad Villano III, Villano V, Averno, Volador Jr y la víspera Último Guerrero.
Así, la historia de la lucha libre en México sigue vigente con la tradición del CMLL. La nueva época le ha exigido buscar nuevos horizontes que ha encontrado en alianzas forjadas con empresas extranjeras como TNA, de Estados Unidos, y NJPW, de Japón, por citar algunas.
De esta manera, representantes nacionales han tenido oportunidad de optar a campeonatos en el extranjero, algunos los han ganado, pero también otros invasores han venido a despojar de algunos cinturones a los nacionales, lo que ha subido la rivalidad y la expectativa en este tipo de espectáculos.
Así, el deporte del “costalazo” en México se ha podido mantener y recuperar a sus seguidores, nuevas figuran nacen y las leyendas permanecen en ese museo del imaginario nacional, que a la vez se proyecta la tradición, como referente mundial para cualquier luchador que se digne de serlo.
Cortesía: http://www.criteriohidalgo.com y
Aunque desde la segunda mitad del siglo XIX se tiene conocimiento de funciones de lucha libre en México, fue hasta la década de los 30 del siglo pasado cuando se formó la primera compañía mexicana especializada en este ramo.
Don Lutteroth comenzó con un primer cartel que incluía a luchadores de ese entonces como el irlandés Ciclón Mackey, quien fue el primer luchador enmascarado, el estadounidense Bobby Sampson y Yaqui Joe, entre otros.
La primera Arena México tenía capacidad para cuatro mil 500 personas, y dado el éxito y popularidad que alcanzó en la siguiente década, Salvador Lutteroth decidió remodelarla para crear un nuevo inmueble, que es el que actualmente se conoce con capacidad para más de 17 mil personas, la cual se inauguró el 27 de abril de 1956.
Antes, en 1943, se había creado la sede alterna de la EMLL, la Arena Coliseo, inaugurada el 2 de abril de 1943 con una rotunda humillación de Tarzán López a El Santo, quien no ganó ni una caída; asimismo, el “Embudo de Perú 77” ha sido sede de grandes batallas históricas, como la lucha de apuestas entre “El Enmascarado de Plata” y Black Shadow.
Según datos del propio CMLL, constituido como tal a partir de 1991, más de 100 máscaras han caído en la Arena México, siendo la primera la de El Gladiador a manos de El Santo, que también despojó al Espanto de su tapa en el mismo escenario.
Uno de los llenos más recordados se vivió el 21 de septiembre de 1990, cuando Rayo de Jalisco Jr desenmascaró a Cien Caras; otra gran entrada se dio dos años después, con Blue Panther quedándose con la careta de Love Machine, en los últimos años han revelado su identidad Villano III, Villano V, Averno, Volador Jr y la víspera Último Guerrero.
Así, la historia de la lucha libre en México sigue vigente con la tradición del CMLL. La nueva época le ha exigido buscar nuevos horizontes que ha encontrado en alianzas forjadas con empresas extranjeras como TNA, de Estados Unidos, y NJPW, de Japón, por citar algunas.
De esta manera, representantes nacionales han tenido oportunidad de optar a campeonatos en el extranjero, algunos los han ganado, pero también otros invasores han venido a despojar de algunos cinturones a los nacionales, lo que ha subido la rivalidad y la expectativa en este tipo de espectáculos.
Así, el deporte del “costalazo” en México se ha podido mantener y recuperar a sus seguidores, nuevas figuran nacen y las leyendas permanecen en ese museo del imaginario nacional, que a la vez se proyecta la tradición, como referente mundial para cualquier luchador que se digne de serlo.
Cortesía: http://www.criteriohidalgo.com y
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