YA TENEMOS FECHA
Sábado 13 de octubre a las 11 de la mañana en la libreria Kalathos
Presentación del libro
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por: ©Carlos Zerpa
Sábado 13 de octubre a las 11 de la mañana en la libreria Kalathos
Presentación del libro
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por: ©Carlos Zerpa
Carlos Zerpa con una máscara del Dragón Chino
DOS PERSONAS CLAVES
para que este libro se hiciera realidad.
Fedosy Santaella, corrector de estilo y Juan Merceron, diseñador.
para que este libro se hiciera realidad.
Fedosy Santaella, corrector de estilo y Juan Merceron, diseñador.
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por Carlos Zerpa
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por Carlos Zerpa
https://3cnatashacardenas.blogspot.com/2018/03/biografia-de-fedosy-santaella.html?m=1
https://www.panorama.com.ve/experienciapanorama/Conoce-al-venezolano-que-gano-el-premio-latinoamericano-al-mejor-diseno-editorial-20160525-0097.html
César Acea, de la IMPRENTA, "Graficas ACEA", dice:
Hola CarlosApareció un detalle de última hora que estamos mejorando.
No se había tomado en cuenta un pegado que tenemos que ponerle a la portada contra la tripa, para asegurar la firmeza del libro.
Son detalles que van apareciendo en el camino, ya que se trata de un libro tan particular y muy poco común.
Por eso es difícil con un proyecto de esta dificultad comprometerse con un tiempo exacto, ya qué hay muchos detalles que cuidar y revisar paso a paso.
Yo creo que el viernes 22 de septiembre, ya estarán listos... Déjame ver cómo se desarrolla este último paso y te aviso.
Haciendo pruebas de "costura"
Para el libro.Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por Carlos Zerpa
Corregido por Fedosy Santaella y diseñado por Juan Merceron.
YA IMPRIMIENDO...
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por Carlos Zerpa
Corregido por Fedosy Santaella y diseñado por Juan Merceron.
Corregido por Fedosy Santaella y diseñado por Juan Merceron.
CONFIRMADO
La Leyenda viviente, el gran luchador de los años dorados de la Lucha libre " EL GUANCHE CANARIO" Estará con nosotros en la Presentación del libro en la LIBRERÍA KALATHOS
CONFIRMADO
va a la presentación del libro en la LIBRERÍA KALATHOS
En el mes de Agosto
Presentación del libro en la
LIBRERÍA KALATHOS
sábado 22 de Septiembre a las 2pm para la presentación del libro del Dragón Chino...
Carlos Zerpa Esta es la dirección de la Librería Kalathos..
Galpones de Los Chorros.
Centro de Arte Los Galpones.
Av. Avila con 8va Transversal de Los Chorros. Caracas . Venezuela.
Carlos Zerpa Esta es la dirección de la Librería Kalathos..
Galpones de Los Chorros.
Centro de Arte Los Galpones.
Av. Avila con 8va Transversal de Los Chorros. Caracas . Venezuela.
El libro del "Dragón Chino", está dedicado al GranJacobo Rossi Sarrat, estupendo luchador rudo, un gran ejemplo de constancia, héroe de mi infancia y ahora mi gran amigo.
Carlos Zerpa, te mando una fotito no recuerdo del 66 o 69, llegaron al canal 8 C.V.T.V. cuatro o cinco politicos que me saludaron el que me esta dando la mano era un ministro, espero que no sean de Caldera, jajaja,¿ dame el nombre, y a la Dcha. 3 sentados. Carlos un abrazo.
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Escrito por Carlos Zerpa
Corregido por Fedosy Santaella y diseñado por Juan Merceron.
Corregido por Fedosy Santaella y diseñado por Juan Merceron.
Joaquin Ortega (La Hora Verde) y Carlos Zerpa en los micrófonos y presentacion.
Van dos luchadores de la vieja escuela.
Van dos luchadores de la vieja escuela.
Muchas fotos de luchadores en la pantalla.
el mismo que se las hacia al Dragón.
CASI CONFIRMADO
(Ver para creer)
Wladimir Havriluk P
el que les hacia las mascaras al Dragón Chino, estará con nosotros, en la LIBRERÍA KALATHOS
El Sábado 13 de Octubre a las ONCE DE LA MAÑANA.
en la presentación del libro
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
CONFIRMADO
NUESTRA ANFITRIONA
Vanessa Silva... Gerente de la Libreria Kalathos, experta en Libros y en Café, estará con nosotros, en la presentación del libro en la
LIBRERÍA KALATHOS
(Ver para creer)
Wladimir Havriluk P
el que les hacia las mascaras al Dragón Chino, estará con nosotros, en la LIBRERÍA KALATHOS
El Sábado 13 de Octubre a las ONCE DE LA MAÑANA.
en la presentación del libro
Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s y 70s.
A la memoria del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
CONFIRMADO
NUESTRA ANFITRIONA
Vanessa Silva... Gerente de la Libreria Kalathos, experta en Libros y en Café, estará con nosotros, en la presentación del libro en la
LIBRERÍA KALATHOS
EL DRAGÓN CHINO EN LOS HERMANOS CHANG... UN ADELANTO.
(Esto es apenas un adelanto de Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO / magnífico libro de crónica y ficción que gira en torno a la vida de uno de los rudos más rudos de la lucha libre venezolana, toda una leyenda que debe ser recordada y traída de nuevo a nuestros tiempos. En esa labor se encuentra el maestro de las artes plásticas, Carlos Zerpa, quien se dedicó durante años a investigar y entrevistar a todos aquellos que saben y supieron de la lucha libre en Venezuela y, en especial, del gran Dragón Chino. Pronto el libro en Venezuela y en México... Vayan con Dios, amén).
https://hermanoschang.blogspot.com/2018/08/receta-para-hacerse-amar-por-los-hombres.html?m=1
(Esto es apenas un adelanto de Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO / magnífico libro de crónica y ficción que gira en torno a la vida de uno de los rudos más rudos de la lucha libre venezolana, toda una leyenda que debe ser recordada y traída de nuevo a nuestros tiempos. En esa labor se encuentra el maestro de las artes plásticas, Carlos Zerpa, quien se dedicó durante años a investigar y entrevistar a todos aquellos que saben y supieron de la lucha libre en Venezuela y, en especial, del gran Dragón Chino. Pronto el libro en Venezuela y en México... Vayan con Dios, amén).
https://hermanoschang.blogspot.com/2018/08/receta-para-hacerse-amar-por-los-hombres.html?m=1
LLEGARON LAS
CHAPAS PARA EL BAUTIZO.
Del libro
del Dragón Chino.
Corregido
por Fedosy Santaella y diseñado por Juan Merceron.
Y EN ESTA
ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO
Cuando la
Lucha Libre era de verdad - verdad…
Años 50s 60s
y 70s.
A la memoria
del gran «Dragón Chino», (1921-2002)
Por Carlos
Zerpa
Mi historia
es sobre el Dragón Chino, para ponerlo en una altura de héroe, así como lo es
El Santo para los mexicanos… Siempre con su máscara, nunca digo su nombre sin
máscara, verán al Dragón Chino como un gran héroe, con sus luchas con los
grandes. Es una historia con su toque de realismo mágico, para engrandecer al
personaje, es crónica pero también literatura… A la vez hablo del entorno del
país y de la Lucha Libre y el Catch as Catch Can de ese momento, entre los años
60 y 70 y de los luchadores... para sacarlos del olvido.
Bassil
Battah, El Gran Lotario, El Gorila con la dama de las cadenas, El Gran Jacobo,
El Tigrito del Ring, El Dr. Nelson, Henny Awed, Dark Bufalo, El Chiclayano, Bernardino
La Marca, El Gladiador Croata, Blue Demon, Lotario, El Guanche Canario, El
Medico Asesino, Santo el Enmascarado de Plata y El Dragón Chino con la
sustancia peligrosa.
Carlos Zerpa Cuando llegó el gobierno socialcristiano del doctor Rafael Caldera y de su partido político Copei, el canal 8 pasó a manos del Estado y nunca más les fue renovado el contrato a las empresas de Lucha Libre; de hecho, se empezó a manejar la idea represiva de que había que eliminar este tipo de programas porque eran nocivos para los niños. Uno de los voceros del gobierno, del partido Copei y quizás representante del Opus Dei, el señor Trino Muñoz denunciaba enfático en la prensa: «Estas transmisiones del llamado Catch as Catch Can son eventos cursis sin ninguna orientación educativa, ni tan siquiera entretenida, que deben llegar a su fin. Estas horas deberían dedicarse a programas de corte folclórico, para que se reflejen sus influencias en los niños y los forjen con la moral, el amor a la patria y el respeto a los mayores, para que los infantes no sigan sufriendo de ese mal llamado Lucha Libre, que daña sus mentes con pensamientos desviados. Es lamentable escuchar a un niño de nueve o diez años de edad diciendo que cuando sea grande quiere ser como el Tigrito del Ring o que quiere ser como el Dragón Chino, no pasando mucho tiempo sin que pierda el amor por los estudios siguiendo a un ídolo equivocado. Por eso es menester de las autoridades tanto educativas como las del Ministerio de Comunicación terminar de una vez por todas con estos combates de la lucha libre transmitidos por televisión, que destruyen la mente de nuestros hijos».
Yo no salía del estupor. Fue terrible vivir ese momento, como si fuera la propia inquisición en tierra venezolana. Por ese tipo de pensamiento reaccionario se terminó de transmitir la Lucha Libre en Venezuela, casi por mandato presidencial.
El Dragón Chino nos da su punto de vista: «El argumento para ejecutar la orden de prohibición de la Lucha Libre fue que la lucha producía muchas lesiones a niños y jóvenes que imitaban a los luchadores, lo cual fue un razonamiento sin sentido lógico, porque no hay deporte que no tenga sus riesgos, especialmente todos los de combate.
Bassil Battah comenta: «¿Saben por qué se terminó el Catch as Catch Can? Lo que pasó fue que cuando se montó el primer gobierno del doctor Caldera, el canal pasó a manos del Estado y no fue renovado el contrato. Comenzaron las prohibiciones, los acosos y las persecuciones. Ellos alegaban que les estábamos haciendo daño a las mentes de los niños, por lo cual se acabó la Lucha Libre hasta el día de hoy».
Jorge Battah nos dice: «Todo terminó cuando el canal pasó a manos del Estado y el doctor Caldera, como presidente, se dedicó a prohibir la Lucha Libre y comenzó con los acosos y las persecuciones. Los del gobierno nos veían como delincuentes».
Y este esquina... El Dragón Chino (fragmento)
Carlos Zerpa Cuando llegó el gobierno socialcristiano del doctor Rafael Caldera y de su partido político Copei, el canal 8 pasó a manos del Estado y nunca más les fue renovado el contrato a las empresas de Lucha Libre; de hecho, se empezó a manejar la idea represiva de que había que eliminar este tipo de programas porque eran nocivos para los niños. Uno de los voceros del gobierno, del partido Copei y quizás representante del Opus Dei, el señor Trino Muñoz denunciaba enfático en la prensa: «Estas transmisiones del llamado Catch as Catch Can son eventos cursis sin ninguna orientación educativa, ni tan siquiera entretenida, que deben llegar a su fin. Estas horas deberían dedicarse a programas de corte folclórico, para que se reflejen sus influencias en los niños y los forjen con la moral, el amor a la patria y el respeto a los mayores, para que los infantes no sigan sufriendo de ese mal llamado Lucha Libre, que daña sus mentes con pensamientos desviados. Es lamentable escuchar a un niño de nueve o diez años de edad diciendo que cuando sea grande quiere ser como el Tigrito del Ring o que quiere ser como el Dragón Chino, no pasando mucho tiempo sin que pierda el amor por los estudios siguiendo a un ídolo equivocado. Por eso es menester de las autoridades tanto educativas como las del Ministerio de Comunicación terminar de una vez por todas con estos combates de la lucha libre transmitidos por televisión, que destruyen la mente de nuestros hijos».
Yo no salía del estupor. Fue terrible vivir ese momento, como si fuera la propia inquisición en tierra venezolana. Por ese tipo de pensamiento reaccionario se terminó de transmitir la Lucha Libre en Venezuela, casi por mandato presidencial.
El Dragón Chino nos da su punto de vista: «El argumento para ejecutar la orden de prohibición de la Lucha Libre fue que la lucha producía muchas lesiones a niños y jóvenes que imitaban a los luchadores, lo cual fue un razonamiento sin sentido lógico, porque no hay deporte que no tenga sus riesgos, especialmente todos los de combate.
Bassil Battah comenta: «¿Saben por qué se terminó el Catch as Catch Can? Lo que pasó fue que cuando se montó el primer gobierno del doctor Caldera, el canal pasó a manos del Estado y no fue renovado el contrato. Comenzaron las prohibiciones, los acosos y las persecuciones. Ellos alegaban que les estábamos haciendo daño a las mentes de los niños, por lo cual se acabó la Lucha Libre hasta el día de hoy».
Jorge Battah nos dice: «Todo terminó cuando el canal pasó a manos del Estado y el doctor Caldera, como presidente, se dedicó a prohibir la Lucha Libre y comenzó con los acosos y las persecuciones. Los del gobierno nos veían como delincuentes».
Y este esquina... El Dragón Chino (fragmento)
Por Carlos Zerpa
¿QUIÉN ERA EL DRAGÓN CHINO?
Los dragones tienen fuego adentro, lo producen y luego lo vomitan. Se dice, que en verano, cuando el fuego interno es de muy alta temperatura, los dragones atacan a los elefantes. Esto lo hacen para beberles toda la sangre y calmar ese fuego interno, beben sangre de elefantes, que como nadie ignora, es muy fría.
A. Plinio
Libro Octavo de Historia Natural
El anunciador, el popular Pepe Pedroza, prácticamente gritaba:
«¡Eeeeeen Eeeeeeestaaaa Esquiiiiiiiiiinaaaaaa Eeeeel Dragóooooon Chiiiiinooooo, con ciento diez kilooooos… y un cuarto!»
El Dragón Chino nos cuenta su historia: «Quise llamarme y tomar el símbolo del Dragón Chino, porque el dragón representa las fuerzas de la naturaleza y del universo. Puede habitar tanto en la tierra como en el cielo, en el agua como en el aire, hacerse invisible y mantenerse presente. Se le asocia con la sabiduría y la longevidad en todas las leyendas, rodeado siempre de la energía positiva y sobrenatural. Según las historias registradas en la cultura milenaria china, los seres humanos podían convertirse en dragones, en seres de luz, a través de la magia. Así se cuenta que un hombre, tras estudiar las magias, logró transformarse en un dragón al ingerir una perla. Yo también ingerí una perla negra de la isla de Margarita, me la tragué una semana antes de subirme al ring por primera vez con mi máscara y atuendo del Dragón Chino. Desde ese instante, mi mirada atraviesa muros y, si es necesario, puedo lanzar fuego por mi boca. Yo soy el Dragón. Me presenté por primera vez como luchador profesional el primero de febrero de 1959, en el Palacio de los Deportes en Caracas. Lo mío era la velocidad en la lucha y, desde mi llegada, las cosas comenzaron a cambiar en ese lugar, pues no estaba interesado en una lucha estilo sumo, de dos mastodontes gordos casi bailando bolero. La idea estaba en dar golpes aquí, vueltas allá, saltos mortales e intercambio de acciones, moviéndome más rápido que la propia intuición de mis oponentes. Me di cuenta rápidamente que la lucha era noble y que podía hacer cosas arriba del ring mucho mejores y más espectaculares que las que hacían los mejores luchadores de ese entonces. Me di cuenta que el mundo de los rudos era mi mundo, me di cuenta de quién era y de quién soy.
»El Dragón Chino soy yo, yo mismo me inventé y me convertí en mi propia invención. Lo de chino viene por mis ojos que son achinados. Cuando era joven, las chicas de mi barrio siempre me lo decían y se enamoraban de mí aun antes de ser luchador. Cuando decidí buscar mi nombre artístico, escogí, por lo terrible, al dragón, ese ser mitológico aterrador que echa fuego por sus fauces y es temido por todos. Por mis ojos chinos, unidos a la imagen del dragón, llegué al nombre que uso y que identifica al personaje que soy. Mi nombre de hombre civil ya no interesa, ¿a quién le importa cómo me llamo? Algunos dicen que mi nombre es Jorge, otros dicen que me llamo Carlos y otros Ling. Mi verdadero rostro es el de esta máscara, éste es mi verdadero semblante, me llamo el Dragón Chino y todos al verme comienzan a temblar, pues soy malo, rudo y el mejor sobre el entarimado.
»Los organizadores de las luchas inventaron otros dragones que pelearan para suplantarme, pero eran sólo peleles, monigotes, títeres a los que les pusieron una máscara y les asignaron ese nombre para emularme. Me daban lástima, porque no tenían personalidad, no era nada. El verdadero Dragón soy yo, y si me topaba con ellos en el ring, los despedazaba y desenmascaraba por falsos. Era el Bassil Battah que intentaba sacarme del juego y poner en mi lugar a otro Dragón más manejable que yo y que no lo opacara a él. Jajaja.
»Mi papel era el de ser en verdad muy rudo y yo trataba de hacerlo bien. Hago honor al apelativo popular de ser el “rey de los sucios” y, por supuesto, nunca faltaron los insultos, las ofensas y hasta agresiones personales contra mi persona provenientes de la fanaticada, entre quienes se encontraba Paulita, la madrina de los luchadores, que se hacía la señal de la cruz apenas me veía, (“Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, del dragón Chino líbranos señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”) como si al verme estuviese viendo al mismísimo diablo. ¡Jajajaja, cuando ella me veía me sacaba una cruz y yo cuando la veía le mostraba los dientes y le gruñía, grrrr!»
Sergio Lagardez Jr. opina: «Recordamos perfectamente su violencia, su rudeza, su extrema crueldad en el ring. Era raro que una pelea en la cual el Dragón participara no culminara en un derramamiento de sangre».
El Dragón Chino vuelve a traer sus recuerdos: «Como ya les dije, fue el primero de febrero de 1959 cuando por primera vez comencé a luchar en Venezuela, en el Palacio de los Deportes. El dólar estaba a 3,40 bolívares y la empresa podía pagarme muy bien. Yo era la estrella y ganaba buen dinero».
Las máscaras, el atavío, las batas, las túnicas y toda la imagen fueron diseñadas por el mismo Dragón. Su primera máscara la hizo el mismo, pero la confección futura las hizo siempre Wladimir Havriluk. El bordado de sus batas lo realizaron monjitas de un convento de clausura en Chile y también las monjas de la orden de San José de Tarbes de Venezuela. Ellas primero bordaron flores, faroles, nubes y rosas en el frente, pusieron mostacillas, canutillos y pedrerías; luego, un poco asustadas, los grandes dragones de las espaldas. Estas batas de satén rojo, azul marino, verde esmeralda o negro profundo eran la admiración de las mujeres, que las tocaban con sus dedos al pasar el luchador por la primera fila, como si se tratara de un santo, como si se tratara de un mago, de una divinidad. Paradójicamente, siempre alguien se las rompía, con odio se las destrozaban, el público o sus contrincantes se ensañaban contra ellas. Eran tan elegantes y bellas y aun así las hacían jirones. Luego los pedazos eran recogidos, se los llevaban los fanáticos a sus casas, como talismanes, como recuerdos, como amuletos, como cada pedazo fuese un souvenir. Recuerdo que en el Mercado Municipal de Valencia, en un puesto donde vendían yerbas curativas, plantas medicinales y cosas de santería, entre los talismanes, cruces de Caravaca, semillas de peonía y pepas de zamuro, vi en bolsitas hechas de papel celofán pedacitos de tela de seda y satén, rojos y azules celestes con fragmentos de bordados, pedazos de la bata del Dragón Chino como amuletos para el mal de ojo y otras maldiciones; digamos que como protección contra todo mal. Se decía que si llevabas dentro de tu cartera un pedazo de tela de seda de la bata del Dragón Chino, la abundancia económica y el éxito con las mujeres no se harían esperar.
El Dragón recuerda: «Es que desde pequeño siempre me gustaba lo mejor. Desde chiquitito mi madre me enseñó a andar limpio, bien arreglado. Siempre quería lo mejor para mí. Cuando comencé lo de la lucha, me dije: “Si debo usar capas, pues tengo que llamar la atención con las mejores. Me las mandé a hacer de terciopelo, tela de chifón y seda, con cara por ambos lados, todo un lujo».
Sergio Lagardez Jr. se pregunta: «¿Tuvo el Dragón alguna vez una interpelación, invitación o manifestación de curiosidad por parte de los chinos o de sus embajadores en Venezuela o el mundo? ¿Por qué lucía tanto lujo en el ring? ¿Por qué sus largas uñas las llevaba pintadas de negro a lo mandarín? ¿Por qué al caminar sus movimientos de pasos cortos con manos y brazos movidos eran en zigzag? Eso nunca lo sabremos».
El Dragón nos cuenta: «Recuerdo una vez que vino un grupo de chinos. Venían del medio diplomático a notificarme que era el invitado de honor de una comida que me habían hecho, a mí, al Dragón Chino. Hablaron con mi valet en francés. Decidí no acudir a la invitación y dejarlos plantados, yo era el Emperador».
Wilmer Ramos nos informa: «Hay gente que dice que el Dragón estaba en China en los tiempos convulsionados de las luchas políticas, y había sido objeto de una agresión muy fuerte, que le habían cortado la lengua y por lo tanto no podía hablar. Jajaja. Esto era una gran mentira, pues siempre lo escuchamos hablar en la televisión, profiriendo amenazas a sus rivales. Lengua tenía, y viperina».
Rocco Nocella asegura: «Al Dragón Chino, cuando se enfurecía, se le ponían los ojos todos rojos, la parte blanca roja, y el iris rojo también; era algo espeluznante. Lo que pasa es que como la televisión se veía en blanco y negro y él usaba máscara, no se le notaba. Pero el contrincante sí se daba cuenta. El que lo veía descubría que eran completamente rojos, inyectados de sangre como Drácula; por eso temblaban los que lo miraban».
Nos sigue contando el Dragón Chino: «El diseño de mis batas era mío. Recuerdo que los bordados de la primera que me hice fueron, paradójicamente, realizados por unas monjitas en Chile. No fue fácil persuadirlas, pues al parecer entreveían algo satánico en la figura del dragón que tenía que ir en la espalda; así que les mandé a bordar unas rosas en el frente y luego el resto. Esa primera bata era de terciopelo en doble faz con pedrerías orientales y con los mejores bordados que han visto mis ojos. Pero al igual que todas las otras batas, me las destrozaron aquí en Venezuela».
Raymundo Valentino Asad recuerda: «Lujoso equipo de batín al estilo mandarín y máscara con alegorías sugerentes de dragón. La Lucha Libre en Venezuela jamás conoció un peleador tan lujoso en sus atuendos».
(Esto es apenas un adelanto de Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO / CUANDO LA LUCHA LIBRE ERA DE VERDAD VERDAD, magnífico libro de crónica y ficción que gira en torno a la vida de uno de los rudos más rudos de la lucha libre venezolana, toda una leyenda que debe ser recordada y traída de nuevo a nuestros tiempos. En esa labor se encuentra el maestro de las artes plásticas, Carlos Zerpa, quien se dedicó durante años a investigar y entrevistar a todos aquellos que saben y supieron de la lucha libre en Venezuela y, en especial, del gran Dragón Chino. Pronto el libro en Venezuela y en México... Vayan con Dios, amén).
Cortesía:
Publicado hace 1 week ago por Los hermanos Chang
¿QUIÉN ERA EL DRAGÓN CHINO?
Los dragones tienen fuego adentro, lo producen y luego lo vomitan. Se dice, que en verano, cuando el fuego interno es de muy alta temperatura, los dragones atacan a los elefantes. Esto lo hacen para beberles toda la sangre y calmar ese fuego interno, beben sangre de elefantes, que como nadie ignora, es muy fría.
A. Plinio
Libro Octavo de Historia Natural
Libro Octavo de Historia Natural
El anunciador, el popular Pepe Pedroza, prácticamente gritaba:
«¡Eeeeeen Eeeeeeestaaaa Esquiiiiiiiiiinaaaaaa Eeeeel Dragóooooon Chiiiiinooooo, con ciento diez kilooooos… y un cuarto!»
El Dragón Chino nos cuenta su historia: «Quise llamarme y tomar el símbolo del Dragón Chino, porque el dragón representa las fuerzas de la naturaleza y del universo. Puede habitar tanto en la tierra como en el cielo, en el agua como en el aire, hacerse invisible y mantenerse presente. Se le asocia con la sabiduría y la longevidad en todas las leyendas, rodeado siempre de la energía positiva y sobrenatural. Según las historias registradas en la cultura milenaria china, los seres humanos podían convertirse en dragones, en seres de luz, a través de la magia. Así se cuenta que un hombre, tras estudiar las magias, logró transformarse en un dragón al ingerir una perla. Yo también ingerí una perla negra de la isla de Margarita, me la tragué una semana antes de subirme al ring por primera vez con mi máscara y atuendo del Dragón Chino. Desde ese instante, mi mirada atraviesa muros y, si es necesario, puedo lanzar fuego por mi boca. Yo soy el Dragón. Me presenté por primera vez como luchador profesional el primero de febrero de 1959, en el Palacio de los Deportes en Caracas. Lo mío era la velocidad en la lucha y, desde mi llegada, las cosas comenzaron a cambiar en ese lugar, pues no estaba interesado en una lucha estilo sumo, de dos mastodontes gordos casi bailando bolero. La idea estaba en dar golpes aquí, vueltas allá, saltos mortales e intercambio de acciones, moviéndome más rápido que la propia intuición de mis oponentes. Me di cuenta rápidamente que la lucha era noble y que podía hacer cosas arriba del ring mucho mejores y más espectaculares que las que hacían los mejores luchadores de ese entonces. Me di cuenta que el mundo de los rudos era mi mundo, me di cuenta de quién era y de quién soy.
»El Dragón Chino soy yo, yo mismo me inventé y me convertí en mi propia invención. Lo de chino viene por mis ojos que son achinados. Cuando era joven, las chicas de mi barrio siempre me lo decían y se enamoraban de mí aun antes de ser luchador. Cuando decidí buscar mi nombre artístico, escogí, por lo terrible, al dragón, ese ser mitológico aterrador que echa fuego por sus fauces y es temido por todos. Por mis ojos chinos, unidos a la imagen del dragón, llegué al nombre que uso y que identifica al personaje que soy. Mi nombre de hombre civil ya no interesa, ¿a quién le importa cómo me llamo? Algunos dicen que mi nombre es Jorge, otros dicen que me llamo Carlos y otros Ling. Mi verdadero rostro es el de esta máscara, éste es mi verdadero semblante, me llamo el Dragón Chino y todos al verme comienzan a temblar, pues soy malo, rudo y el mejor sobre el entarimado.
»Los organizadores de las luchas inventaron otros dragones que pelearan para suplantarme, pero eran sólo peleles, monigotes, títeres a los que les pusieron una máscara y les asignaron ese nombre para emularme. Me daban lástima, porque no tenían personalidad, no era nada. El verdadero Dragón soy yo, y si me topaba con ellos en el ring, los despedazaba y desenmascaraba por falsos. Era el Bassil Battah que intentaba sacarme del juego y poner en mi lugar a otro Dragón más manejable que yo y que no lo opacara a él. Jajaja.
»Mi papel era el de ser en verdad muy rudo y yo trataba de hacerlo bien. Hago honor al apelativo popular de ser el “rey de los sucios” y, por supuesto, nunca faltaron los insultos, las ofensas y hasta agresiones personales contra mi persona provenientes de la fanaticada, entre quienes se encontraba Paulita, la madrina de los luchadores, que se hacía la señal de la cruz apenas me veía, (“Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, del dragón Chino líbranos señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”) como si al verme estuviese viendo al mismísimo diablo. ¡Jajajaja, cuando ella me veía me sacaba una cruz y yo cuando la veía le mostraba los dientes y le gruñía, grrrr!»
Sergio Lagardez Jr. opina: «Recordamos perfectamente su violencia, su rudeza, su extrema crueldad en el ring. Era raro que una pelea en la cual el Dragón participara no culminara en un derramamiento de sangre».
El Dragón Chino vuelve a traer sus recuerdos: «Como ya les dije, fue el primero de febrero de 1959 cuando por primera vez comencé a luchar en Venezuela, en el Palacio de los Deportes. El dólar estaba a 3,40 bolívares y la empresa podía pagarme muy bien. Yo era la estrella y ganaba buen dinero».
Las máscaras, el atavío, las batas, las túnicas y toda la imagen fueron diseñadas por el mismo Dragón. Su primera máscara la hizo el mismo, pero la confección futura las hizo siempre Wladimir Havriluk. El bordado de sus batas lo realizaron monjitas de un convento de clausura en Chile y también las monjas de la orden de San José de Tarbes de Venezuela. Ellas primero bordaron flores, faroles, nubes y rosas en el frente, pusieron mostacillas, canutillos y pedrerías; luego, un poco asustadas, los grandes dragones de las espaldas. Estas batas de satén rojo, azul marino, verde esmeralda o negro profundo eran la admiración de las mujeres, que las tocaban con sus dedos al pasar el luchador por la primera fila, como si se tratara de un santo, como si se tratara de un mago, de una divinidad. Paradójicamente, siempre alguien se las rompía, con odio se las destrozaban, el público o sus contrincantes se ensañaban contra ellas. Eran tan elegantes y bellas y aun así las hacían jirones. Luego los pedazos eran recogidos, se los llevaban los fanáticos a sus casas, como talismanes, como recuerdos, como amuletos, como cada pedazo fuese un souvenir. Recuerdo que en el Mercado Municipal de Valencia, en un puesto donde vendían yerbas curativas, plantas medicinales y cosas de santería, entre los talismanes, cruces de Caravaca, semillas de peonía y pepas de zamuro, vi en bolsitas hechas de papel celofán pedacitos de tela de seda y satén, rojos y azules celestes con fragmentos de bordados, pedazos de la bata del Dragón Chino como amuletos para el mal de ojo y otras maldiciones; digamos que como protección contra todo mal. Se decía que si llevabas dentro de tu cartera un pedazo de tela de seda de la bata del Dragón Chino, la abundancia económica y el éxito con las mujeres no se harían esperar.
El Dragón recuerda: «Es que desde pequeño siempre me gustaba lo mejor. Desde chiquitito mi madre me enseñó a andar limpio, bien arreglado. Siempre quería lo mejor para mí. Cuando comencé lo de la lucha, me dije: “Si debo usar capas, pues tengo que llamar la atención con las mejores. Me las mandé a hacer de terciopelo, tela de chifón y seda, con cara por ambos lados, todo un lujo».
Sergio Lagardez Jr. se pregunta: «¿Tuvo el Dragón alguna vez una interpelación, invitación o manifestación de curiosidad por parte de los chinos o de sus embajadores en Venezuela o el mundo? ¿Por qué lucía tanto lujo en el ring? ¿Por qué sus largas uñas las llevaba pintadas de negro a lo mandarín? ¿Por qué al caminar sus movimientos de pasos cortos con manos y brazos movidos eran en zigzag? Eso nunca lo sabremos».
El Dragón nos cuenta: «Recuerdo una vez que vino un grupo de chinos. Venían del medio diplomático a notificarme que era el invitado de honor de una comida que me habían hecho, a mí, al Dragón Chino. Hablaron con mi valet en francés. Decidí no acudir a la invitación y dejarlos plantados, yo era el Emperador».
Wilmer Ramos nos informa: «Hay gente que dice que el Dragón estaba en China en los tiempos convulsionados de las luchas políticas, y había sido objeto de una agresión muy fuerte, que le habían cortado la lengua y por lo tanto no podía hablar. Jajaja. Esto era una gran mentira, pues siempre lo escuchamos hablar en la televisión, profiriendo amenazas a sus rivales. Lengua tenía, y viperina».
Rocco Nocella asegura: «Al Dragón Chino, cuando se enfurecía, se le ponían los ojos todos rojos, la parte blanca roja, y el iris rojo también; era algo espeluznante. Lo que pasa es que como la televisión se veía en blanco y negro y él usaba máscara, no se le notaba. Pero el contrincante sí se daba cuenta. El que lo veía descubría que eran completamente rojos, inyectados de sangre como Drácula; por eso temblaban los que lo miraban».
Nos sigue contando el Dragón Chino: «El diseño de mis batas era mío. Recuerdo que los bordados de la primera que me hice fueron, paradójicamente, realizados por unas monjitas en Chile. No fue fácil persuadirlas, pues al parecer entreveían algo satánico en la figura del dragón que tenía que ir en la espalda; así que les mandé a bordar unas rosas en el frente y luego el resto. Esa primera bata era de terciopelo en doble faz con pedrerías orientales y con los mejores bordados que han visto mis ojos. Pero al igual que todas las otras batas, me las destrozaron aquí en Venezuela».
Raymundo Valentino Asad recuerda: «Lujoso equipo de batín al estilo mandarín y máscara con alegorías sugerentes de dragón. La Lucha Libre en Venezuela jamás conoció un peleador tan lujoso en sus atuendos».
(Esto es apenas un adelanto de Y EN ESTA ESQUINA… EL DRAGÓN CHINO / CUANDO LA LUCHA LIBRE ERA DE VERDAD VERDAD, magnífico libro de crónica y ficción que gira en torno a la vida de uno de los rudos más rudos de la lucha libre venezolana, toda una leyenda que debe ser recordada y traída de nuevo a nuestros tiempos. En esa labor se encuentra el maestro de las artes plásticas, Carlos Zerpa, quien se dedicó durante años a investigar y entrevistar a todos aquellos que saben y supieron de la lucha libre en Venezuela y, en especial, del gran Dragón Chino. Pronto el libro en Venezuela y en México... Vayan con Dios, amén).
FU MAN CHU
que maravilla, hoy hice contacto de nuevo, después de muchos años, con este amigo y luchador de la época de oro.
Vive en Maracay y hace mucho tiempo es pastor de una Iglesia evangélica.
El espíritu y la energía del Gran Dragón Chino, está atrayendo a todos sus amigos alrrededor de su libro.
Hay varios comentarios de FuManChu en el libro... Fue amigo del Dragón y compañero en Catch.
Uno de mis héroes infantiles, fué Mario Brito… Aunque quizás pocos lo recuerden por ese nombre. Pero como "El Gran Lotario", siempre será inolvidable.
Al Gigante de Ébano, lo vi pocos meses antes de su muerte, ya bastante viejo, con el pelo canoso pero igualmente grande y fuerte, fue a una exposición de arte mía en la Sala Mendoza en Caracas, en donde yo exhibía una fotografía suya como luchador. Llegó con otro gran amigo, Orlando Urdaneta. Recorrió la muestra y se detuvo frente a su retrato y me lo autografío, luego nos dimos un fuerte abrazo. Hice realidad un viejo sueño, abrazar a uno de mis Héroes Infantiles.
No se exactamente la fecha en que por primera vez vi la Lucha Libre; creo que fue en 1960 o en 1961, cuando yo tenía diez u once años de edad. La veía en blanco y negro en la televisión y tenía que hacerlo a escondidas porque mis padres me la prohibían, por lo fuerte y ruda que era.
Fue la época de oro de la lucha, y esta lucha era real, con arte y con maña, la Lucha Libre era de verdad, verdad…
Como la transmitían de noche y a causa de la prohibición paterna, tenía entonces que fingir que me iba a la cama. Luego a escondidas encendía la televisión, como si estuviese viendo pornografía.
Era fascinante. Los rudos y los técnicos, los héroes y los villanos, las luchas de máscara contra cabellera, máscara contra máscara, las batallas campales, la lucha de relevos y sus llaves: la doble Nelson, la patada voladora, el piquete a los ojos, la palanca al brazo, la puesta de espaldas, el cangrejo... Recuerdo los múltiples golpes de puño muy cortitos del Tigrito del Ring.
Estos gladiadores se golpeaban muy fuerte y sangraban de verdad, verdad. Admiraba a estos luchadores, todos ellos estupendos atletas, excelentes acróbatas y magníficos actores; ellos eran mis héroes, hombres con mucho valor, era otra época sin dudas.
Luego llegó el “Catch As Catch Can” y con esta nueva lucha llegaron. Bassil y Jorge Battah, El Gorila con la dama de las cadenas, El Gran Jacobo, El Dr. Nelson, El Fantasma, Joao Benfica, El Chiclayano, Bernardino La Marca, El Gladiador Croata, El Guanche Canario y El Dragón Chino con la sustancia peligrosa... Que maravilla.
Carlos Zerpa
El Gorila, con máscara peluda, llegaba encadenado y metido en una gran jaula de gruesos barrotes al ring, conducido por una mujer malvada llamada “La Dama de las Cadenas” que golpeaba a cadenasos a los adversarios. El Gorila era en verdad muy, muy rudo.
El Dragón Chino era el más rudo de todos los rudos, el hombre temido por todos. Con un pedazo de hierro que se sacába de las vendas, golpeaba a su contrincante y lo hacía sangrar de verdad.... y luego con su sustancia prohibida, untaba los ojos de sus oponentes y los desesperaba con el ardor, haciendo que se revolcáran por la lona con un dolor tan fuerte, que casi se les salían los ojos, que se les ponían rojos como el fuego. Llegaba al ring con "La Dragonesa", una perfida mujer que era su cómplice.
El Gorila y El Dragón eran un par de rufianes.
Carlos Zerpa
El Gorila y El Dragón Chino.
La Dragonesa y El Dragón Chino con una victima...
El Gorila
El Dragón Chino era el más rudo de todos los rudos, el hombre temido por todos. Con un pedazo de hierro que se sacába de las vendas, golpeaba a su contrincante y lo hacía sangrar de verdad.... y luego con su sustancia prohibida, untaba los ojos de sus oponentes y los desesperaba con el ardor, haciendo que se revolcáran por la lona con un dolor tan fuerte, que casi se les salían los ojos, que se les ponían rojos como el fuego. Llegaba al ring con "La Dragonesa", una perfida mujer que era su cómplice.
El Gorila y El Dragón eran un par de rufianes.
Carlos Zerpa
Ya hemos contactado al maestro. Nikos Petrou El Griego. De la época de oro de la Lucha Libre en Venezuela...
Haremos lo posible para que nos acompañe en la presentación del libro en la
LIBRERÍA KALATHOS
A mediados del mes de Septiembre (Pronto diré el día y la hora)
Haremos lo posible para que nos acompañe en la presentación del libro en la
LIBRERÍA KALATHOS
A mediados del mes de Septiembre (Pronto diré el día y la hora)
Saludos, se puede conseguir el libro via pdf, soy el Halcon Rojo, hijo de Rita Guerrero, luchadores de este gran pais, mi madre en los años 70, 80, 90, y yo de finales de los 80 siendo las ultimas luchas en 2000 al 2015. Saludos y excelente su blog
ResponderEliminarSeria bueno ver un reportaje de las mnujeres en la lucha libre venezolana.-