Haber pisado nuevamente este lugar fue algo mágico para mí, porque mi mente regresó a esa etapa tan maravillosa de mi vida: mi infancia.
A pesar de que actualmente estos terrenos dan paso al Centro Nacional de las Artes y que está todo muy cambiado, los foros cinematográficos de los Estudios Churubusco aún permanecen en pie, no así la enorme selva en donde El Santo filmó un sinnúmero de escenas de sus películas.
Esta selva fue un lugar histórico en la época de oro del cine mexicano y en ella también se filmaron escenas de la serie televisiva Tarzán.
Los Hermanos Gurza, Humberto y Miguel, tenían su propio zoológico ahí dentro y sus animales fueron protagonistas de muchas películas; vivían en este lugar, estaban bien protegidos y cuidados por ellos.
Otro emblemático escenario que desapareció fue el Pueblo Vaquero, en donde también se realizaron cientos de escenas de películas de este género, como la de Santo contra los Jinetes del Terror.
Recuerdo con profunda nostalgia ese tiempo cuando yo tenía aproximadamente 10 años de edad y vine por primera vez a estos Estudios, acompañado por Carlitos Suárez, el representante de mi padre, y obviamente por El Santo.
Nos instalábamos en los camerinos en donde mi papá esperaba el momento de entrar en acción en alguno de los foros o en cualquier otro set de aquí dentro. Nos poníamos a estudiar nuestros diálogos, ensayábamos y mi padre me enseñaba cómo debía actuar en cada una de mis escenas. Aquí filmé Santo y Mantequilla Nápoles contra la Venganza de la Llorona y también La Venganza de la Momia, en la que fui protagonista bajo el personaje de Agapito, un niño huérfano que es adoptado por El Santo.
Don Carlitos Suárez me llevaba a saludar a los actores, al director, al productor y a todos los elementos de la producción. Regularmente cuando era el “corte” a comer, lo hacíamos en el restaurante de los estudios o en la calle, en el puesto de tacos que estaba junto a la salida. Eran los famosos tacos de La Güera, una señora muy querida y conocida por todos.
El pasado lunes tuve la oportunidad de regresar a trabajar a los Estudios Churubusco para realizar algunas escenas de un próximo proyecto (que pronto compartiré con ustedes), y me sentí feliz de volver a pisar el Foro 2 representando a El Santo, rodeado por los clásicos monstruos de sus películas.
Ahí estaban al acecho el Hombre Lobo, la Mujer Vampiro, el Zombie y el Monstruo de la Laguna Negra, a quienes combatí y logré vencer.
También disfruté el caminar por las calles de este lugar en las que se filmaban persecuciones y escenas de acción en automóviles y aproveché para visitar la bella casa en donde nací y pasé los primeros cinco años de mi vida, ubicada en la calle de Beisbol número 76, a escasos 500 metros de la entrada de los Estudios Churubusco, en la colonia Country Club.
“No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado para darte cuenta de cuánto has cambiado tú”, dijo Nelson Mandela.
Nos leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo
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