¡Felicidades a El Gráfico, por sus 96 años! La lucha libre se practicaba en la antigua Grecia y se le llamaba pancracio.
Estimados amigos: Quiero felicitar a la familia Eealy Ortiz por el aniversario 96 de El Gráfico, sin duda un diario llevado de manera estupenda por nuestra directora María Félix Escalante.
Personalmente tengo un afecto, que viene del agradecimiento, a este diario que desde hace tres años me abrió la puerta.
Para mí, tener un espacio para compartir historias es algo que considero un privilegio. Esos relatos se han convertido en parte de una tradición los viernes; eso es lo que me dicen los aficionados a este diario y a mis entregas. ¡Muchas felicidades a todos los que hacen posible este gran periódico!
En estas últimas semanas en que he leído documentos, periódicos y revistas especializadas en lucha libre con el propósito de enriquecer y tener datos precisos sobre la vida deportiva de mi padre, encontré esta interesante crónica del periodista J. Lozada, de la revista Arena de box y lucha, en su edición anual de 1967.
El origen de la lucha como deporte tiene alrededor de cinco mil años, ya que en las excavaciones de Mesopotamia, dentro de un templo de Kyafaje cerca de Bagdad, los arqueólogos descubrieron restos de piedra y bronce con imágenes de luchadores. Las posturas eran idénticas a las de ahora.
A través de los años, la lucha, junto a las carreras, saltos y lanzamientos, constituyen la base competitiva de las justas atléticas.
Se afirma que la lucha, como competencia, hizo su aparición en la edición 18 de los Juegos Olímpicos, 708 años antes de Jesucristo. Su primer vencedor fue el griego Euribates.
Griegos y romanos utilizaron la lucha y el pancracio como primer renglón de sus competencias deportivas. El más famoso luchador de la antigüedad blasona fue Milo de Crotón. Este campeón griego ganó en seis Juegos Olímpicos.
Muchos de ustedes posiblemente han escuchado hablar del término pancracio para referirse a la lucha libre profesional y existen diferentes significados.
Pancracio es un nombre propio y se dice que a la lucha libre se le llama de esta manera en honor a un luchador sumamente poderoso que llevaba este nombre.
En el pancracio se utilizaban técnicas de ambas disciplinas. Se permitían puñetazos en la cara y en los genitales, estrangulación y dislocación de miembros; eran técnicas de mucho éxito.
Además se empleaban tijeras para inmovilizar y enlazar el abdomen del rival con las piernas y asfixiarlo con las manos. Las únicas reglas penalizadas eran morder y meter los dedos en los ojos, nariz y boca del rival.
También a la lucha libre profesional se le conoce como el arte del gotch. Según las crónicas, esto se debe en honor a una figura inmortal: el estadounidense Frank Gotch, quien practicaba de una manera limpia y pura la lucha libre.
Espero que esta columna haya sido de su agrado, pues conocer la historia y los inicios de este bello deporte siempre es apasionante.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo
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