Aún sin reponerse de la muerte de su futura esposa, acaecida en noviembre, el luchador falleció en un terrible accidente de carretera
¿RECUERDAN que el pasado noviembre de 2017 les compartí el lamentable acontecimiento que sufrió mi compañero Black Silver en el Puerto de Acapulco? Este joven luchador y su futura esposa Liz, después de 11 años de vivir en unión libre, finalmente habían puesto fecha para la boda.
Fue ella, su mujer, quien lo animó a llevar este cartel a Acapulco, augurándole un rotundo éxito y fue así que Silver se animó a organizar dicho evento y nos invitó a Santo Jr. y a mí a participar en la función del octavo aniversario de su empresa “Lucha Libre Acapulco”.
Lo lamentable en esa ocasión fue que un día antes de la referida cartelera, Liz caminaba junto con la pequeña hija de él (de una relación anterior), cerca del lugar en donde se realizó la función y fueron arrolladas por una patrulla del municipio.
Cuando Liz vio que el vehículo venía contra ellas protegió con su cuerpo a la niña y recibió el brutal impacto, que la hizo volar casi 20 metros. Debido a eso, lamentablemente Liz falleció esa noche. Su noble acción salvó a la niña, que hasta ahora continúa estable, pero con fracturas en sus piernas.
Ese sábado 19 de noviembre, día de la función, le sugerí a Black Silver que estuviera con su esposa en el crematorio, pensando en que el público entendería su ausencia. Pero como todo un profesional, se presentó a luchar en la función.
Han pasado más de dos meses de ese acontecimiento y hoy les comparto mi tristeza al recibir otra terrible noticia: Que el pasado 3 de febrero mi compañero murió. Black Silver iba sobre la carretera Zihuatanejo-Acapulco cuando su auto se salió de la carretera y volcó. Instantáneamente, él perdió la vida. ¿Lo pueden creer? ¿Será cierto eso que dicen de que a veces vienen por nosotros nuestros padres, esposas o hijos después de haber fallecido?
A manera de reflexión y como no sabemos qué es lo que nos depara el destino, el día de hoy demostremos nuestro amor a nuestros seres queridos y disfrutemos este día al máximo, porque mañana quién sabe si podremos hacerlo.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo
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