Los hermanos del bando rudo a la orden de Satanás
Alfredo Sánchez y José Sánchez dos hermanos de sangre, mejor conocidos como Gemelo Diablo I y Gemelo Diablo II, dieron muestra de su poder y rudeza sin límites en el infierno desde muy jóvenes. Poco a poco sus contrincantes comenzaron a tenerles mucho miedo, por lo que fueron enviados a la tierra por el mismísimo Satán para poner en alto su dominio. Desde que se iniciaron profesionalmente en el mundo luchistico, se volvieron una verdadera pesadilla terrorífica para sus contrincantes.
Nativos de Guadalajara, llegaron a la capital del país recomendados por sus propios compañeros de profesión, pues veían en ellos cualidades inigualables entre los rudos de la época y rápidamente lograron estar en el elenco estelar de la Empresa Mexicana de Lucha Libre.
Muchos de sus contrincantes aseguran haber tenido temor de enfrentarlos al percatarse de un extraño olor a azufre, que también se percibía en las distintas arenas donde se presentaban.
A pesar de pertenecer a un bando poco agraciado entre el público, esta dupla se ganó el cariño del respetable al poner en alto el nombre de su reino y así sumaron miles de aficionados quienes se volcaron a apoyarlos ciegamente.
Muchos fueron sus logros como aquel de 1968 cuando derrotaron a Manuel Robles, en una lucha de apuesta (máscara contra cabellera), en la Arena Coliseo de Guadalajara. Después, en 1975 en un combate del mismo formato se impusieron a Coloso Colosetti y Rubí Ruvalcaba.
Todo iba viento en popa en sus carreras, pero algo ocurrió. De pronto el diablo mayor, el nativo del infierno, parecía estar furioso con el anuncio del primer torneo de la muerte en donde 12 enmascarados divididos en seis parejas se jugaban la incógnita, por lo que no dudo enviar a sus emisarios Los Gemelos Diablo. Santo y Huracán Ramírez; Halcón y Dr. Wagner; Blue Demon y Cien Caras; Septiembre Negro y el Cobarde y Solitario y el Rostro fueron otras parejas esa noche.
El diablo no tardó en girar instrucciones para que combatieran en ese torneo y regresaran al infierno victoriosos, pero el destino les tenía preparada una mala jugada aquella fatídica noche del 1 de mayo de 1975 en la Plaza México de la Ciudad de México. En un combate de alarido donde cientos de aficionados no se levantaron ni un momento de sus butacas, el Dr. Wagner y El Halcón derrotaron a los Gemelos Diablo I y II en una lucha de apuesta de máscaras. Al final del encuentro, tras perder sus tapas y ante el asombro del público, quedaron al descubierto los rostros idénticos de dos hombres gemelos que en realidad sí eran hermanos de sangre.
A pesar del dolor que le causó a Satanás la derrota de sus emisarios, esa noche el público los ovacionó de pie y ya si máscaras, comenzaron una meteórica carrera reconocida incluso a nivel internacional.
Aunque Los Gemelos Diablos nunca fueron campeones nacionales ni mundiales de parejas en ningún organismo, ni como equipo, o de manera individual, su espectacular rudeza al luchar les valió para ser reconocidos, no solo por la afición o la historia, sino por el mismísimo Satán, quien hoy puede estar tranquilo, pues al final sus enviados cumplieron con la misión encomendada.
Texto: Jorge S. Aldape.
Cortesía: http://www.aztecadeportes.com/
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