El Hijo del Santo comparte una valiosa lección de vida que aprendió fuera del cuadrilátero
A una semana de haber dado inicio las clases de primaria y
secundaria y que se han terminado las vacaciones de verano y más de 30
millones de niños y jóvenes regresan al colegio, quiero compartir con
ustedes la historia de Benito Enrique Hernández López, un hombre
invidente de 45 años de edad quien no se ha dejado vencer por su
discapacidad y tomó la sabia decisión de regresar a la escuela, sólo que
ahora estudia algo que es un gran reto.
Este hombre se comprometió consigo mismo y decidió estudiar
fotografía. ¡Sí!, leyeron bien, estudia fotografía aún careciendo del
sentido de la vista que yo pienso es quizás el más importante para
ejercer esta profesión. Pero para él esto no ha sido un impedimento y es
motivo de admiración verlo caminar con la ayuda de su bastón blanco,
(ese bastón de aluminio que utilizan las personas invidentes como una
extensión de su cuerpo para guiar sus pasos), y con su cámara
profesional colgada al cuello.
Benito visitó nuestra tienda de la colonia Condesa y nos pidió
permiso para fotografiar cuadros, máscaras, pinturas y muchos otros
objetos que ahí vendemos, incluso, fotografió los rostros de las
personas que trabajan con nosotros.
El mayor reto de Benito es participar en un concurso de fotografía
que tiene como premio para el ganador una buena suma de dinero. ¿Pero
saben que hará con ese dinero, en caso de llevarse el primer lugar? Lo
primero que me imaginé cuando supe del premio es que él se realizaría
una operación, pero no será así.
Ese dinero lo destinará para ayudar a sus compañeros invidentes,
con el fin de que puedan continuar tomando sus cursos de fotografía, de
que compren equipo fotográfico y tengan dinero para imprimir sus
trabajos. ¿Qué les parece? Este hombre es un ejemplo a seguir, ¿no?
No es una regla que la gente con capacidades diferentes, que no
tuvo estudios o que no tiene la oportunidad de ir la escuela no logre
alcanzar el éxito.
El éxito se puede alcanzar teniendo fe, teniendo una mente
optimista y, desde luego, contando con el buen hábito de la disciplina,
tesón y el compromiso que nos lleva a conquistar metas. Todo ello a
través del trabajo, virtudes de las que mucha gente lamentablemente
carece.
Conozco a muchas personas que aún teniendo un título profesional
son un fracaso y seguramente es por su actitud pesimista y constantes
quejas de que no hay trabajo ni oportunidades. Pero haciendo un poco de
esfuerzo podemos cambiar esa actitud negativa por una optimista. No
debemos olvidar que nunca es tarde para estudiar y para prepararnos más
para la vida.
Así como Benito regresó a clases, yo también lo hice con enorme
entusiasmo, lleno de ilusión y pensando de manera optimista en los
planes futuros que realizaré cuando concluya el Diplomado en Diseño
Editorial Avanzado en periódicos y revistas que estoy cursando y que
seguramente me abrirá nuevas puertas y muchas más posibilidades de
éxito.
Este diplomado está dirigido a periodistas gráficos, publicistas y
diseñadores gráficos, así como a profesionales que editan medios
impresos y necesitan actualizarse con las técnicas de vanguardia
editorial. Se imparte en la UNAM, en las instalaciones de la FES Acatlán
y en la Academia de San Carlos, por un grupo de talentosos profesores
encabezados por los licenciados José Luis Rojas y Agustín Juárez,
quienes me han apoyado en esta nueva etapa de mi vida en la que busco
capacitarme en las nuevas tecnologías para estar a la vanguardia.
Tengo un amigo que es un actor famoso, pero no siempre lo fue.
Cuando comenzó su carrera las cosas eran difíciles; tuvo que dormir en
el sofá de sus amigos y escasamente podía pagar la comida. Él me dijo
que uno de los mejores consejos que recibió durante esa época vino de
parte de su profesor de actuación, quien le dijo:
“La perseverancia ganará sobre el talento cualquier día. La razón
por la cual ves a la misma docena de actores en cada película o en cada
programa de televisión es porque muchas de las otras personas
verdaderamente talentosas se cansaron de intentarlo, hicieron sus
maletas y se fueron a casa”.
Ésta fue una importante lección no sólo para su carrera, sino para toda su vida.
Las personas que observas disfrutando de sus sueños realizados son
aquéllas que nunca se dieron por vencidas, ni siquiera cuando el camino
se volvió complicado.
La perseverancia es una de las claves más importantes para
manifestar nuestras metas y convertir nuestros sueños en realidad. Nos
leemos la próxima semana para que hablemos sin máscaras.
Cortesía: http://www.elgrafico.mx
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