El
Hijo de El Santo saltó al cuadrilátero del séptimo arte para compartir
detalles de la leyenda de la lucha de nuestro país en el viejo
continente
Queridos amigos, es muy grato para mí escribirles desde la bella
ciudad de París, lugar en el que se realizó el Festival de Cine Mexicano
Viva México, del 7 al 14 de octubre, en donde tuvimos el honor de
presentar el documental El hombre detrás de la máscara, producido y
dirigido por Gabriela Obregón e IMCINE.
Este largometraje alternó con otros documentales y películas,
como Elevador, Guten Tag Ramón, No se aceptan devoluciones y González,
entre otras producciones más.
Fue muy grato sentir el apoyo y cariño de todos los actores,
productores y directores mexicanos que estuvieron allá. Lo más
gratificante y enriquecedor fue sentir la unión que podemos tener los
mexicanos cuando nos lo proponemos.
En esta ocasión todo ocurrió en apoyo a nuestro cine, en un país en
donde las realizaciones cinematográficas son de un excelente nivel
mundial, con una selección hecha por Jean-Christophe Berjon, agregado
audiovisual de la embajada de Francia en México.
Considero que es importante compartir esta unión con ustedes,
estimados lectores, porque es una cualidad que no podemos perder los
mexicanos en ninguna situación o escenario.
También sentí el apoyo de una gran cantidad de paisanos que radican
en este país, muchos jóvenes estudiantes que han emigrado en busca de
nuevas o mejores oportunidades de vida.
La gran mayoría hablan francés y siguen estudiando para dominar el
idioma y trabajar con el apoyo de nuestra embajada en París en este
tipo de eventos culturales.
Este festival de cine es organizado por un sólido equipo de mujeres
formado por Bárbara Carroll de Obeso, Clémence Vazard y Julia
Villaseñor, quienes de manera voluntaria brindan su tiempo y trabajo
para enaltecer a nuestro país.
También vi con agrado que al término de las dos proyecciones de
nuestro documental, una considerable cantidad de hombres y mujeres
mexicanos que están casados con ciudadanos franceses y que tienen hijos
ya con la doble nacionalidad les inculcan nuestras costumbres y
tradiciones, como es conocer y admirar al más grande ídolo de la lucha
libre nacional: El Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario