viernes, 28 de diciembre de 2018

El Delfín, una leyenda del ring







En la lucha libre hay figuras locales que, alejadas de los gimnasios del centro del país, se aventuraron a iniciar su carrera en los encordados con la pasión y la tenacidad como principal capital. Luchadores que a lo largo del camino fueron haciéndose de todo aquello que pudieron para dar lo mejor de sí a la afición, engrandeciendo así su nombre. Este fin de semana, sobre el ring del parque Revolución, se congregaron las leyendas vivientes del deporte espectáculo en Sinaloa para rendir homenaje al máximo ídolo de la lucha libre que ha dado Culiacán: el Delfín.

Entre las luchas estelares del programa, un caballete cubierto fue colocado en medio del encordado. Ante el asombro del respetable público, llegaron al ring las estrellas de la lucha libre sinaloense; gladiadores como el Olímpico, de Los Mochis; el Conde, de Mazatlán; Vick Zamora y tantos más. Los otrora enemigos sobre el ring se congregaron para sumarse al homenaje al Delfín, que ataviado con su capa plata y grana, fue recibido con una ovación.

Con casi 50 años de trayectoria, el Delfín se ganó a pulso su lugar como máximo ídolo en la lucha libre de Culiacán. Sus recuerdos y anécdotas alcanzan para escribir más de un libro, pero, sobre todo, son ejemplo para las nuevas generaciones de luchadores. El Delfín se formó en el gimnasio de Jesús Domínguez, ubicado entonces por la calle Colón, entre Obregón y Carrasco. Debutó luchando contra el mazatleco Costeñito, ya fallecido. Fue el primer campeón Wélter de la Costa del Pacífico, cinturón que perdió ante Vick Zamora, quien también le arrebató la máscara. No son pocos los gladiadores que al perder la tapa acaban su carrera, otros logran reinventarse y emergen de la derrota con renovados bríos, ese fue el caso del Delfín.

En su carrera, Jesús Noriega no solo fue el Delfín, también dio vida al Enterrador y al Loco del Campanario, personaje este último que se convirtió en un verdadero fenómeno de carisma entre la afición. Noriega tuvo el don de conquistar al público, con máscara o sin ella.

Cuarenta y cinco años después que subiera por primera ocasión a un ring como gladiador profesional, Jesús Noriega estaba de nuevo sobre el cuadrilátero. Esta vez no para obtener o defender un campeonato, o para hacer mancuerna con Santo, el enmascarado de plata, con quien hizo pareja en una docena de combates, o para quedarse con una lesión como recuerdo de un difícil combate. El Delfín estaba en el ring para recibir el homenaje que la afición y el municipio de Culiacán le brindaban, y que quedó patentizado en una placa y un retrato.

En la lucha libre hay figuras locales a quienes la historia todavía les sale debiendo. Figuras que son inspiración para aquellos que con pasión y tenacidad buscan protagonizar sus propias hazañas, hacer historia en el deporte espectáculo, convertirse, como el Delfín, en leyendas.

Muchas gracias por leer estas líneas. Comentarios, sugerencias, invitaciones, ‘mentadas’ y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com. El Twitter en @MarisaPineda. Que tenga una semana de triunfo total.

cortesía: https://www.debate.com.mx y Marisa Pineda

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