Tenemos más razones para gozar que para sufrir; hoy los espero en la Condesa para partir nuestra tradicional rosca
Estimados lectores de El Gráfico: Seguramente ustedes, igual que yo, ya se encuentran de regreso en sus labores cotidianas y también en la realidad que vive nuestro planeta y nuestro país.
Estas pasadas festividades, como sucede cada año, nos ayudan a escapar de la realidad, a buscar y encontrar momentos de paz, espiritualidad, reflexión, armonía interior y familiar.
En un lenguaje más coloquial, les diría que en estos días la mayoría de nosotros “cargamos las pilas” y de esta manera nos preparamos para enfrentar la realidad que nos espera al inicio de un nuevo año.
Regresamos con mayor entusiasmo al trabajo, a la escuela o a cualquiera de las actividades a las que nos dedicamos.
Sin embargo, no podemos tapar el sol con un dedo y hacer oídos sordos a los acontecimientos actuales que leemos en los encabezados de los periódicos, como son la corrupción y la impunidad en la delincuencia, en el tráfico de armas, en los femicidios. A ello se suma el aumento en el precio de la gasolina, el kilo de tortilla y un largo etcétera.
Esta realidad que enfrentamos no debe envolvernos en un entorno pesimista y negativo. ¡Al contrario! Para cada uno de nosotros es un nuevo reto que debemos resolver con optimismo, entusiasmo y una buena dosis de fe.
La vida no es fácil para nadie. Todos los habitantes de este bello país atravesamos por situaciones adversas y si nos quedamos de brazos cruzados, lamentándonos, no conseguiremos salir adelante. Y todos recordemos que la solución no siempre es el dinero.
Hay mucha gente que posee enormes fortunas y es plenamente feliz, pero muchos otros no pueden disfrutar su dinero porque están enfermos. Muchos viven perseguidos por la sombra de saber que su dinero es sucio. Incluso hay quienes cambiarían su riqueza por tener una familia con quien disfrutarla. Y algunos más, que acumulan millones, están en la cárcel o en una tumba.
Por esta razón, somos muy afortunados si contamos con un techo o una familia unida; si tenemos a alguien a quien amamos y que despierta a nuestro lado cada mañana; si disfrutamos día a día nuestro trabajo, nuestro hogar por modesto que éste sea, o si tenemos fe en nosotros y en un poder superior.
Así que hay muchas cosas por las cuales vivir y salir adelante, pero depende de cada uno de nosotros, de nuestras decisiones y de nuestro libre albedrío. Tenemos mucho por hacer para nosotros, por nuestras familias, nuestro país y nuestro planeta. Así que ánimo, porque cada día puede ser un gran día.
Y para mí hoy será un gran día porque estaré, en compañía de Santo Jr., en una convivencia con ustedes en la tienda de la Condesa para partir nuestra tradicional rosca de Reyes.
Los esperamos a las 7 de la noche en la calle Tamaulipas #219, a una cuadra de la estación del metro Patriotismo.
Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.
El Hijo del Santo
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