Aunque aquí no nos enteramos hasta 1990, los niveles de
popularidad de Hulk Hogan estaban por las nubes a mediados de los
80. El tipo era toda una estrella entre críos y fans de la lucha libre. Para
propulsar su fama, y la aceptación y seguimiento de la WWF, en la organización
pensaron que había llegado el momento de dar el próximo paso: protagonizar una
película a mayor gloria del personaje y la empresa a la que representaba.
El
resultado fue Lucha sin límite (No Hold Barred, 1989, Thomas J. Wright), una película que
rápidamente ha pasado a los anales del cine chungo por lo completamente risible
de su desarrollo. Cualquier persona por encima de los 9 años quedó decepcionada
con el nivel de tontería, ñoñez y autobombo aquí desplegado.
Hogan
es aquí Rip, el mayor campeón de lucha
del momento, capaz de atraer grandes audiencias para la TV que emite el
programa. Brell, (Kurt Fuller), el jefazo de un canal de
TV rival está que trina: ¡ese tipo tiene que trabajar para él! El muy
repugnante jefe y su séquito de chupatintas consiguen una cita con él y hacen
una oferta que no podrá rechazar. Pero, ay… Rip la rechaza. Lejos de tomárselo
con normalidad, el presidente de la cadena jura venganza. ¡Imaginaos a Carlotti
haciendo lo mismo!
Así que, junto a dos de sus esbirros decide crear su propio torneo
de lucha, y encontrar un campeón que acabe con nuestro héroe. Para ello decide
hacer lo normal: recorrerse los garitos más infectos del país, buscando “tipos
duros” para montar su propio campeonato. Ante el desfila un montón de tipejos
guarros, feos y miserables, como todos los luchadores. Menos Hogan claro: él es
un buen tipo que encarna unos buenos y muy americanos valores. Y por eso es el
campeón, claro.
Finalmente
aparece el elegido: Zeus (Tommy
Lister). Una máquina de destrozar negra, enorme y… bizca, sí. El tipejo lo único que dice
es “HODOR”, digo… eso, “Zeus”, y solo piensa en destrozar
a sus adversarios, cual Terminator a tope de esteroides. Cuesta imaginar como
un tipo así puede funcionar en nuestra sociedad, pero bueno, también me pasa lo
mismo con Kiko Hernández y ahí le tienen.
Con
Zeus como campeón, la “cadena triste” desafía a Hulk / Rip,
duelo que el héroe rechaza. Dolidos por el rechazo y auténticamente borrachos
de maldad, los ejecutivos secuestran a la novia de Hulk y dejan a su hermano pequeño
lisiado. Ansioso de venganza, Hulk acepta el combate que le ofrecen
para poder poner a los malos en su sitio. Por supuesto, una buena denunciar a
la policía por semejantes actos sería bastante más efectivo, pero bueno. En el
mundo de Hulk, los hombres resuelven sus propios problemas. Y a mamporros.
¿Quién ganará? Creo que más o menos os lo imagináis.
A lo
largo de la película, Hulk… digo Rip demuestra ser un dechado de virtudes, un
héroe sin duda, tara o defecto alguno. Es valiente, noble, honrado, fuerte, caballeroso, culto y
generoso. Lo único que le importa en la vida son sus obras de caridad,
habla francés y duerme en la misma cama que una modelo de ropa interior sin que
la más mínima tentación se pase por su cabeza. Y cuando su hermano queda lisiado… ¡es el propio Hulk el que
le ayuda en la rehabilitación!Nada de dejarle esas tareas a
una enfermera o personal cualificado no: aunque tengas el combate de tu vida
por delante, lo de entrenar no te hace falta porque es el mejor. Y punto.
Un
protagonista perfecto y, la verdad, sin ningún interés, por el ego de
Hogan en aquella época. Su actuación está a la altura, totalmente atroz y
repleto de ojos fuera de sus órbitas y narices aleteantes. Zeus no está aún
peor, sacado directamente de un episodio malo de He-Man (que ya es decir) y la protagonista
femenina es tan bonita como insípida.
Y
como hemos visto, el villano tampoco estaba a la altura. El empresario malvado
interpretado por Kurt Fuller, al que ya habéis visto en
decenas de miles de películas, actúa constantemente como un verdadero hijo de
puta, un tipo totalmente consumido por la ambición y el odio. ¡Y eso que no
existía Twitter!
Lucha
sin límite es un cruce entre Rocky IV y Mi amigo Mac.
Aunque quiere ser un épico enfrentamiento entre dos máquinas de luchar, la
necesidad de la WWF de hacer un producto totalmente apto para toda la familia
produce un film involuntariamente cómico y descafeinado. En un momento de la
película, el canal de TV malo recibe cartas quejándose de la violencia del
espectáculo extremo. No como en la WWF: tranquila, señora, que Hulk y la WWF
son aptos para grandes y chicos. Ahora, el argumento de la guerra de canales de
TV nos encanta: queremos un remake con Jorge Javier Vázquez como protagonista.
La
mayoría de su público no quiso acudir a ver lo que tenía gratis en casa, los
que fueron no quedaron convencidos, y la película hizo una flojísima taquilla que paralizó futuros proyectos con Hogan
y la WWF. En el fondo, y por lo que se sabe del carácter despótico del Hogan en
aquella época, que apenas permitió cameos de los otros luchadores, se lo
merece. Lo más triste es que, en su edición en vídeo en España, contaba con la
aprobación de Joaquín Prat y su campaña pro-alquiler “Se la recomiendo”. Ya te vale,
Joaquín, ya te vale.
Lucha sin limites
Dirección: Thomas J. Wright.
País: Estados Unidos.Año: 1989.Duración: 93 minutos.
Género: Acción.Reparto: Hulk Hogan, Joan Severance, Kurt Fuller, Tommy ‘Tiny’ Lister y Mark Pellegrino.
Guión: Dennis Hackin.
Música: Jim Johnston.
Fotografía: Frank Beascoechea.
Montaje: Tom Pryor.
Diseño de producción: James Shanahan.
Decorados: Lynn Wolverton.
Estreno en EEUU: 2 de junio de 1989.
País: Estados Unidos.Año: 1989.Duración: 93 minutos.
Género: Acción.Reparto: Hulk Hogan, Joan Severance, Kurt Fuller, Tommy ‘Tiny’ Lister y Mark Pellegrino.
Guión: Dennis Hackin.
Música: Jim Johnston.
Fotografía: Frank Beascoechea.
Montaje: Tom Pryor.
Diseño de producción: James Shanahan.
Decorados: Lynn Wolverton.
Estreno en EEUU: 2 de junio de 1989.
What’s you gonna do when Ripamania runs wild on you!!!?
El peor actor que ha pisado Hollywood, el único, el inigualable, el inmortal Hulk Hogan.
Así es amigos, Hulk Hogan, el luchador de wrestling más famoso de todos los tiempos, probablemente sea el peor actor de toda la historia como demuestra en títulos tan vergonzosos como 3 ninjas en el parque de atracciones (Sean McNamara – 1998), Mr.Nanny(Michael Gottlieb – 1993), Santa with Muscles (John Murlowski – 1996) y sobre todo esa bolsa de vómitos chorreante de pus de gato muerto que es Little Hercules in 3-D (Mohamed Khashoggi – 2009). El caso es que en la apestosa filmografía de “The Hulkster” hay un par de cintas, que si bien es cierto distan mucho de ser buenas, son aceptablemente entretenidas y capaces de entrar perfectamente en ese colorido conjunto que abarca todas las películas merecedoras de la denominación” tan mala que es buena”. Me refiero a la bochornosa Suburban Commando (Burt Kennedy – 1991), película que tuve la “fortuna” de ver en un cine malacitano gracias a el primer ¡boom! de la lucha libre en España a principios de los 90, y a Lucha sin Limites, el film dispuesto para lanzar la carrera interpretativa deHogan al olimpo de los héroes de acción pero que termino sumergiéndole en un mugriento wáter de aguas fecales.
Hogan en Lucha sin Limites da vida a Rip (así…sin apellidos, ni nada) el campeón mundial de los pesos pesados de lucha libre, un tipo bonachón, bueno con los niños y sobre todo un espectáculo viviente capaz de generar los mejores índices de audiencia que se recuerden en televisión. Brell, el director de una cadena rival, (interpretado por Kurt Fuller, uno de mis secundarios preferidos), cansado de ser vapuleado semana a semana por las exhibiciones del colosal luchador, le ofrece un cheque en blanco a Rip para que rompa su contrato y se convierta en la estrella de su canal. El wrestler declina la oferta y es entonces cuando Brell se lo toma como algo personal e intenta que firme a la fuerza. Tras un intento de secuestro estupido y una escena de acción con un par de momentos realmente bochornosos, nos topamos con Rip en una reunión con un montón de tipos con chaqueta y corbata dispuestos a decirle al luchador como explotar mejor su imagen. Entre todos ellos destaca la recién contratada Samantha Moore (la guapísima Joan Severance de la cual me enamore en No me chilles que no te veo), una mujer que quiere rentabilizar la figura del campeón a todos los niveles (aunque este insiste que lo primero son sus obras beneficas) y para discutir como decide llevarse al bruto a un refinado restaurante francés. Para sorpresa de Samantha, Rip se mueve como pez en el agua en ambientes distinguidos e incluso habla francés (esta chorrada del musculitos culto la hemos podido ver en Action Jackson, De profesión duro y tantas otras películas de acción). Entre tanto el malvadoBrell y sus secuaces acaban en un bar aun mas asqueroso que el guión de la película para presencia un espectáculo llamado “la lucha de los cocos duros” (con dos cojon€$). Brell, entusiasmado por el concepto de una lucha sin reglas (salvo matar… matar esta prohibido) decide convertirlo en un programa de televisión al que bautiza como “La Lucha de los Hombres duros”, entonces una bestia parda que atiende al nombre de Zeus (y que es estrábico perdido) hace acto de presencia y tras demostrar que es el gárrulo más bestia de estados unidos decide ir a por Rip para demostrar que es el autentico campeón mundial. Evidentemente Brell, con símbolos del dólar en los ojos, intentara por todos los medios (y por todos los medios me refiero a planificar asaltos a todos y cada uno de los seres queridos del campeón) presionar a Rip para que acepte un combate sin reglas contra el terrorífico Zeus y su ceja junta.
A si, en frió y a grandes rasgos suena al típico argumento de película de deportes de contacto pasable, entretenida para una sobremesa dominguera pero…al estar rodada con incontestable incompetencia y desgana ( dirigida por Thomas J. Wright, un tipo que se ha ganado la vida dirigiendo episodios de series para televisión), tener lagunas de guión más grandes que el lago Ness, contar con interpretaciones pésimas (especialmente Hogan…el tío mira a cámara de manera descarada en más de una ocasión, como si estuviera tratando de popularizar entre la chiquillería el ridículo gesto que hace su personaje con los dedos) y en general tener ese tufillo a cinta rancia, de bajo presupuesto convierten al film en un horror, entrañable, pero un horror.
Hogan intentó dar el salto a la gran pantalla con este entretenido y “barato” (no por presupuesto, sino por presentación) bodrio de 93 minutos de duración en el que lo único que consiguió es agrandar la leyenda de su pequeño papel (y el mejor de toda su carrera de intérprete) en Rocky III como el gargantuesco Thunderlips (Sylvester Stallone – 1982). Todo, absolutamente todo, resulta hilarante; La actitud desdibujada, violenta y maniática del descontrolado Brell, la cursi historia de amor/relación entre Samantha y Rip, Zeus y su estrabismo, el guión, las caras de Hogan gruñendo a un secuaz que se ha hecho sus necesidades encima, el hermano lisiado del protagonista (que en algunos momentos pega unos gritos capaces de hacer olvidar el Oh my God de Troll 2) pidiendo que le giren la silla para poder ver que pasa a su alrededor, el entrenador de Rip y la frase que le dedica a Zeus en el combate final, los secuaces imbeciles de Brell y sus “pichitas pequeñitas”…todo, todo es un disparate, un canto de amor a todos aquellos a los que les gusta el cine más casposo, cutre y rancio pero capaz de dejarse ver.
No me estaña nada que con los años esta producción del 89 se haya ganado el estatus de cinta de culto entre los amantes del cine chungo y del wrestling. Lucha sin limites es una de esas cintas tan estúpidas que merece la pena ser vistas solo por lo bien que te lo pasas despellejándola y como a alguien se le ocurra hacer un juego de beber chupitos a cada mueca (eso no es actuar señores) de Hogan, acaba ciego como un piojo antes de llegar a los 40 minutos de metraje. Una joyita de la basura que se le ha pasado a más de un sufrido “amante” de esta denominación. Un tesoro de la Serie B con más encanto y carisma que los que se hacen expresamente así. Un despropósito necesario en los estantes de cualquier aficionado al trash cinema.
Curiosidades
- En la película aparecen los siguientes luchadores y personalidades vinculadas con el mundo del wrestling profesional: Jesse “The Body Ventura, Gene Okerlund, Howard Finkel, Joseph A. Marella, Bill Eadie (Ax en The Demolition), Stan Hansen, Mad Dog Bachony Jeep Swanson (al que vimos interpretando a Bane en la horrible Batman y Robin de 1997).
- Durante la producción se produjeron diferentes accidentes. Hogan rompió la nariz de Tommy ‘Tiny’ Lister (Zeus) mientras grababan una escena y en otra ocasión Hogan se corto con unos cristales.
- La película fue producida por Hulk Hogan y su jefe de aquel momento Vince McMahon (dueño de la WWF). Se sabe que cuando ambos recibieron el primer borrador de guión los desaprobaron y lo reescribieron ellos mismos.
- Aunque la película no fue el éxito que se espero tampoco fue un fracaso en taquilla. Lucha sin límites llego a recaudar más de 16 millones de dólares.
- Para promocionar la película Tommy ‘Tiny’ Lister comenzó a competir en la WWF como Zeus. Esta ridícula historia nos llevaba a un Zeus enfadado, perseguía a Hogan al mundo real porque no pudo derrotarle en la película. Debido a que la cinta no fue demasiado exitosa, todos los planes con Lister como luchador fueron abortados y tan solo participo en tres combates.
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