jueves, 16 de marzo de 2017

De luchadoras


El pasado  miércoles 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. En ese marco este espacio se dedica a las luchadoras. Literal, porque nos referimos a aquellas que hacen la lucha en un espacio de seis por seis, rodeado por tres cuerdas, mejor conocido como ring.














En diversos periodos de la historia el desarrollo de las mujeres ha sido ir cuesta arriba, haciendo a un lado cantidad de prejuicios, estigmas y un largo etcétera de situaciones adversas. El trayecto no ha sido en vano y hoy en día mucho de lo que disfrutamos en materia económica, social, política, cultural es gracias a que quienes nos antecedieron estuvieron porfiando. La lucha libre en nuestro país no ha estado exenta de estas situaciones. Encuentros memorables como el de Irma González contra Vickie Williams tuvieron que trasladarse al Toreo de Cuatro Caminos porque la emblemática arena Coliseo y la México tenían cerradas sus puertas a las luchadoras, debido a la prohibición hecha por el Regente del Distrito Federal. El veto duró hasta 1986.  
      
Diversos libros y blogs de lucha libre indican que la primera mujer en luchar en nuestro país fue Mildred Burke, quien se presentó en 1935 en la Arena México (la antigua). Algunas fuentes citan que la primera luchadora mexicana fue “La enfermera del Médico Asesino”, la cual comenzó como acompañante de ese gladiador y gracias al apoyo del público incursionó en los cuadriláteros como luchadora bajo el nombre de La Enfermera; otras publicaciones refieren que la primera luchadora profesional mexicana en realidad fue Natalia Vázquez, quien también llegó a los carteles de la Arena México.

A ellas ha seguido una larga constelación de mujeres cuyo trabajo en los cuadriláteros ha contribuido a hacer de la lucha libre mexicana la mejor del mundo. A leyendas como Irma González, Toña la Tapatía, La Pantera Sureña, Martha “La diva” Villalobos, Lady Apache y tantas otras les tocó enfrentar y superar cantidad de etiquetas que les fueron endilgadas en su momento, por atreverse a romper esquemas en un tiempo marcado por el machismo.
En épocas más recientes, luchadoras como Marcela, la Princesa Sugey, Amapola, la canadiense (con varios años ya en México) Dark Angel siguen destruyendo estigmas, porque eso de poner etiquetas es también como una especie de deporte en la sociedad. Ellas no han tenido que vencer prohibiciones de que luchen en tal o cual arena, pero sí han tenido que plantarse para que sus contratos no sean tan desventajosos como los de los varones.

Han luchado por defender el respeto a su nombre de combate, a su máscara y a sus equipos, para que cuando cambian de empresa esta no se quede con los derechos y al rato le pase la máscara y el atuendo a otra persona, dejando en total indefensión a quien supo darle vida, fama y volverlo redituable.

Cortesíahttp://www.debate.com.mx/ y Marisa Pineda

No hay comentarios:

Publicar un comentario